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Carlos Coloma se viste de bronce

Carlos Coloma se viste de bronce

Rioja2

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Testarudo como pocos, motivado como muchos, pero confiado en sus posibilidades Carlos Coloma, además de cerrar el medallero de España en los Juegos Olímpicos de Río (17 en total) ha demostrado una fortaleza mental, además de física, al alcance de los elegidos. Dando pases de torero, agarrándose la entrepierna y gritando “lo sabía” cruzó la línea de meta por detrás del intratable suizo Nino Schurter y del checho Jaruslav Kulhavy.

Su guerra estuvo en las tres últimas vueltas después de un arranque espectacular donde no perdió la estela del suizo y del checo. El trío se quedó en dúo porque Carlos Coloma no aguantaba el fuerte ritmo impuesto a algo más de cuatro vueltas por disputar. El riojano apeló a la sensatez. No se quemó. Cogió su ritmo y esperó acontecimientos. Entonces vino por detrás un francés reservón que quiso desgastar al de Albelda.

Faltaban tres vueltas y Marotte le dejó hacer a Coloma. Olvidándose del dúo cabecero –el suizo Schurter ganó la prueba con 50 segundos de ventaja sobre Kulhavy- se centró en el bronce. En dosificar, si podía, para dar el arreón definitivo. El galo hubo un momento en el que quiso probarse, como si hubiera visto flojear al riojano. Forzó pero el albeldense respondió. Tanto que en el último giro al circuito –constaba de siete- fue poniendo una marcheta difícil de seguir.

SE VA DE MAROTTE

La preparación pugilística le vino de maravilla cuando en el momento de la verdad apretó la máquina, tiró de oficio, de veteranía pero también de garra, de bemoles, de poderío. Marotte se quedaba. No había que flaquear. La medalla estaba ahí. Sólo había que aguantar, que resistir. Consciente del hito para el deporte riojano, y para pasar a la historia, hasta saboreó el triunfo del tercer puesto.

Que nadie piense que ha sido sencillo. Por de pronto, no entraba en las quinielas. En Londres, hace cuatro años, fue sexto. Dio un aviso. Y esta temporada había centrado toda su preparación en la carrera de este domingo 21 de agosto de 2016, fecha que Carlos Coloma nunca olvidará. En estos últimos meses ya había mostrado su potencial acabando entre los diez primeros en tres pruebas de la Copa del Mundo, por no hablar del Campeonato de España conquistado en tierras gallegas en la última cita disputada de ‘cross country’ en la Península.

Sin embargo, el de Albelda, con su bigote mexicano, dio la sorpresa. Seguro que para el ‘biker’ no lo fue porque ha mimado el calendario de citas para asegurar su presencia en Brasil y ha sabido exprimirse para subir a un podio histórico: tercero en ciclismo de montaña –tercero español tras el de Marga Fullana en 2000 y Hermida en 2004- a 1 minuto y 23 segundos del vencedor. Sus lágrimas mientras recibía la medalla y escuchaba el himno suizo reflejaba el sufrimiento vivido, el esfuerzo realizado. Sin duda, una lesión en el hombro le ha hecho más fuerte. Sus primeras palabras tras cruzar la líena de meta aclaran su sentimiento: “Para toda España, para los riojanos y para mi familia. Esta medalla va para todos”. Somos afortunados de poder contarlo.

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