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Coma lo que quiera...con polifenol

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El estudio, recogido por la Fundación para la Cultura del Vino, ha sido publicado en el último número de “The FASEB Journal”, de la Federación de Sociedades Americanas para la Biología Experimental.

Según los investigadores, el polifenol, sustancia antioxidante presente de forma natural en el vino tinto, las frutas y en algunos vegetales, palía los efectos que las comidas grasas ejercen sobre la salud de las personas.

Este hallazgo podría hacer que, del mismo modo en el que se añaden a la gasolina ciertas sustancias que mejoran su combustión, la industria alimentaria trabaje por este camino para reducir los riesgos asociados a la comida con mucha grasa.

Estos “aditivos alimenticios” podrían estar basados en trabajos de los investigadores israelíes que descubrieron que consumir polifenol junto con este tipo de alimentos reducen el riesgo de salud asociado con la misma.

Según explicó el responsable del estudio, Joseph Kanner, el descubrimiento sugiere “una nueva hipótesis para explicar la acción del polifenol, que en un primer momento demostró una significativa eficacia para prevenir la manifestación en la sangre de elementos dañinos para la salud provenientes de determinados alimentos”.

El estudio consistió en alimentar a seis hombres y cuatro mujeres en tres comidas distintas con chuletas de pavo. En la primera de las comidas, los participantes en la investigación tomaron carne de pavo y bebieron agua.

En la segunda tomaron pavo con polifenol añadido tras el cocinado, concretamente un cucharón de concentrado, y un vaso de vino tinto. Y para la tercera ingesta tomaron carne de pavo con polifenol añadido antes del cocinado y un vaso de vino.

Durante varios momentos en el desarrollo del estudio, los investigadores sacaron muestras de sangre y orina a los participantes para medir los niveles de malonildialdehído (MDA), un producto natural que aparece en las digestiones pesadas y que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y otras complicaciones crónicas.

Las conclusiones del trabajo confirman que los niveles de MDA casi se multiplican por cinco tras la comida, mientras que es prácticamente eliminada después del consumo de comida con polifenol.

Según el editor jefe de la revista “The FASEB Journal”, mientras que en los bares o restaurantes se ofrezcan fritos o alimentos muy azucarados, los científicos “necesitarán seguir investigando posibles formas de prevenir el daño celular causado por estos sabrosos alimentos. Este estudio sugiere que algún día la gente podrá comer patatas fritas sin que por ello sufran sus arterias”, concluyó.

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