“Como para sentirse orgulloso”
No pudo ser. Anel destrozó por partida triple el sueño de la SD Logroñés. Un anhelo madurado durante toda la temporada. Un objetivo construido y merecido a base de humildad. Y mucho trabajo. Más de dos mil personas quisieron presenciarlo en directo en un domingo en el que el calor decidió sumarse al bando contrincante.
Se intentó mediante todas las vías: con el balón, a través del pulmón que inflaba la grada y hasta con los corazones de los futbolistas que querían corresponder a su entregada afición. Pero esta vez no resultó. La puntería y el acierto goleador que habían acompañado al equipo hasta la fecha decidieron ausentarse en la cita con más glamour. El día en que el fútbol podría haber regalado a la joven entidad logroñesa su segundo ascenso en tan solo dos años de existencia
. El choque resultó una cita histórica en el que los jugadores terminaron con las medias caídas, las piernas agarrotadas y algunas lágrimas surcándoles el contorno de los ojos.
La afición, por su parte, despidió a los suyos gastando lo poco que salvaguardaban sus voces. El sueño del ascenso terminó pero, pese al resultado, nadie del entorno del club: ni futbolistas, ni afición, ni directiva; se sienten hoy derrotados. Quizá algo enrabietados por el tren que escapó, pero conscientes de que la próxima temporada tendrán la oportunidad de recuperarlo.
La SD Logroñés, aunque se pueda pensar lo contrario, ha salido refortalecida tras lo acontecido este domingo en el Mundial 82. La imagen y la gestión ofrecida durante estos dos cursos ha sido inmejorable. La buena sintonía entre afición, equipo y directiva han logrado cimentar esta pequeña pero a la vez gran familia blanquirroja.
El viernes, la plantilla se despedirá compartiendo mesa y mantel en una cena en la que deberán brindar por todo lo vivido. Ese día, además de repasar la temporada, no deberían aparecer lamentaciones pero si la programación de una cita, la del próximo año en Murrieta para celebrar (esta vez si) el ascenso a 2ªB.
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