Como un chaval
Un entrenamiento físico relativamente intenso y adaptado a su capacidad funcional puede prevenir o aminorar la pérdida de fuerza y masa muscular en las personas mayores con muy importantes resultados sobre todo en su capacidad de tener una vida independiente. Así lo ha explicado Mikel Izquierdo, profesor titular de Biomecánica de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de León, durante la conferencia Deporte y Tercera Edad: Ejercicio físico, una forma saludable de evitar la dependencia, celebrada en el Santiago Bernabéu. Con esta Jornada, la Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid-Universidad Europea de Madrid pone en marcha el Ciclo de conferencias El deporte y..., iniciativa que reunirá a destacados especialistas nacionales e internacionales en diversas disciplinas.
Con el envejecimiento, la resistencia aeróbica de la persona disminuye en un 45%, la fuerza de agarre de las manos en un 40%, la fuerza de las piernas en un 70%, la movilidad articular en un 50% y la coordinación neuromuscular en un 90%, consecuencias todas ellas de la vejez que limitan al anciano en la realización de determinadas tareas de su vida diaria y disminuyen su capacidad de vivir independientemente.
Pero además del propio envejecimiento, otro de los factores que mejor explican la disminución en la fuerza y la masa muscular que se produce con la edad es la drástica reducción que, con el paso de los años, se observa en la cantidad y calidad de actividad física diaria. “El cambio de esta tendencia es de vital importancia para el mantenimiento de la salud y la calidad de vida de las personas”, afirma el doctor Mikel Izquierdo.
Este especialista señala que existen dos buenas razones para realizar ejercicio físico de modo regular a partir de los 50 años: “por un lado, porque el ejercicio físico es un pilar básico en la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y, por otro, porque, además, juega un papel fundamental en la prevención y tratamiento del declive en la capacidad funcional”.
20 AÑOS MÁS JOVEN
El doctor Izquierdo explica que diversos estudios han mostrado que la realización de un entrenamiento físico relativamente intenso, adaptado a la capacidad funcional de la persona y con una suficiente intensidad y duración se acompaña de incrementos significativos en su fuerza muscular, condición física aeróbica, movilidad articular, habilidad motora, autoestima y longevidad independientemente de su edad y sexo. En concreto, estos estudios demostraron que “las personas de entre 60 y 70 años que participaron en un programa de 4 meses de entrenamiento para el desarrollo de la fuerza y masa muscular, recuperaron la capacidad funcional y potencia muscular de veinte años antes; es decir, se encontraban igual que compañeros suyos que empezaron el mismo programa de entrenamiento con 40 años”.
En este punto, advierte que, si no se hace ejercicio, “hacia los 75-85 años la fuerza de las piernas y los brazos puede reducirse tanto que la persona no pueda levantarse por sí misma de la cama o del sillón”. Por ello, recomienda a las personas mayores de 55 años realizar al menos dos veces a la semana entrenamientos de resistencia aeróbica moderada, como caminar o nadar, complementando este entrenamiento con ejercicios de fuerza y flexibilidad.
El Director General de la Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid-Universidad Europea de Madrid, por su parte, no tiene dudas respecto a los claros beneficios del deporte en este colectivo de a población, que resume fundamentalmente en dos puntos: “en primer lugar, están los beneficios derivados del movimiento físico, que permite a este grupo de edad alejarse del sedentarismo y le ayuda a mantenerse activo. Por otra parte, también hay que tener en cuenta el valor del deporte como elemento socializador, de forma que en la medida en que se realiza ejercicio físico en compañía, se crea una complicidad que proporciona importantes recompensas tanto en la salud física como mental”, concluye Jorge Valdano.
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