El coche-bomba de Calahorra llevaba 70 kilos de explosivos

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El coche-bomba que explotó ayer junto al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra (La Rioja) contenía unos 70 kilos de explosivo, informó hoy el director de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida.

Mesquida, que hizo unas declaraciones en el hospital de Villajoyosa (Alicante) donde acudió a visitar a un agente de la Policía Nacional herido esta madrugada al ser disparado por dos delincuentes en Benidorm, explicó que aún era pronto para determinar la composición del explosivo y detalló que en el atentado participaron “varios individuos”.

Fuentes de la investigación explicaron que la estimación de la cantidad de explosivo utilizada por ETA en el atentado ha sido realizada en función de la distancia que se desplazó el coche-bomba al explotar.

En concreto la explosión del vehículo, un Honda Civic de color azul, que se encontraba estacionado en la calle General Gallarza de la localidad, provocó su desplazamiento unos 30 metros hasta el otro lado de la calle, explicaron las mismas fuentes. Además la explosión causó importantes daños materiales en varios edificios y vehículos aparcados en la zona.

El coche fue robado a punta de pistola por la mañana a una pareja en el Alto de Herrera (entre Álava y La Rioja), que fueron localizados horas más tarde, atados y en perfecto estado de salud, en la falda de la Sierra de Toloño, en Álava.

PODÍA SER OBRA DEL COMANDO VIZCAYA

Según informaron a EFE fuentes de la investigación, los técnicos en desactivación de explosivos continúan su trabajo para determinar con más exactitud el tipo de material utilizado por los terroristas para este atentado, que, según otras fuentes de la lucha antiterrorista, podría ser obra del “comando Vizcaya”.

Es la principal hipótesis que manejan los investigadores, que analizan las grabaciones de las cámaras de seguridad con las que cuenta el cuartel, contra el que ETA colocó esta cantidad “media-alta” de explosivos.

Las cámaras de seguridad han grabado al terrorista que aparcó el coche-bomba, pero los investigadores creen que en esta acción le pudieron acompañar otros dos etarras, que formarían parte de la infraestructura de ETA en Vizcaya, que parece “consolidarse” como estable.

Un comando que las fuerzas de seguridad consideran que sería el autor de más de la mitad de las acciones de la banda desde el fin de la tregua y que opera no sólo en Vizcaya, ya que, según fuentes de la lucha antiterrorista, podría haber participado también en otras acciones en Guipúzcoa y Logroño.

Las fuerzas de seguridad creen que este grupo estaría integrado por los “liberados” (a sueldo de la banda) Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, que contarían con el apoyo de una red de “legales” (no fichados por la Policía).

La imagen de Martitegi, quien tiene una altura cercana a los dos metros, aparece desde finales del pasado mes de febrero entre las fotografías de los terroristas más buscados.

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