El consumo de heroína aumenta en La Rioja

La Asociación Riojana de Atención a Drogodependientes (ARAD) ha observado en los últimos años un repunte del consumo de heroína en este comunidad, una droga que estaba erradicada, y considera que los jóvenes tienen muy poca conciencia de los peligros que conllevan sustancias como el hachís y el speed.

Así lo ha explicado el presidente de ARAD, José Luis Rabadán, cuya organización ha realizado esta semana una jornada de puertas abiertas para dar a conocer sus instalaciones y el trabajo que realiza en campos como el suministro de metadona y la atención a menores infractores que sean consumidores de drogas.

En 2010 pasaron por ARAD 1.092 personas, la mayor parte en el programa destinado a facilitar información a quien la solicite, desde profesores de centros riojanos a familias de drogodependientes, según Rabadán, quien ha añadido que, del total de personas atendidas, 193 recibieron tratamiento por una adicción.

Las cifras en 2011 son muy similares, ha explicado, y, aunque ese dato no demuestra “si hay más consumo o sigue igual”, la asociación “sí es un termómetro para conocer eso y lo que vemos es que el consumo está estabilizado”.

Sus datos indican que entre el 15% y el 20% de los nuevos consumidores que llegan a ARAD lo hacen por problemas con la heroína, una droga de la que no tuvieron ningún caso entre 2003 y 2006, aunque desde entonces ha crecido su presencia en la calle, más o menos en la misma proporción que en el resto de España, ha subrayado su presidente.

Para Rabadán, no obstante, el mayor problema actual de las drogas es la falta de percepción de riesgo de los jóvenes, que “no le dan ninguna importancia al consumo de hachís y de speed”.

La primera de estas sustancias, ha advertido, afecta a la memoria, a la concentración y a la capacidad de aprendizaje, “algo que debe estar a tope en un adolescente porque, de lo contrario, le pueden llevar al fracaso en estudios o en la formación de trabajo”.

Por eso, para ARAD, que en 2012 cumplirá 30 años desde su creación, es importante “trabajar hacia fuera”, dar a conocer sus actividades y fomentar la concienciación social sobre el peligro que suponen las drogas.

Todo ello con un equipo formado por 9 profesionales y un presupuesto de unos 300.000 euros, de los que más del 80% procede de instituciones públicas, “de las que en esta comunidad no nos podemos quejar, aunque en otras, por la crisis, se están haciendo barbaridades” al recortar los fondos para esta cuestión, ha concluido.