El reemplazo de las células grasas

Investigadores suecos han descubierto que, independientemente de que una persona gane o pierda peso, el diez por ciento de sus adipocitos se renuevan en el transcurso de un año. Las células que mueren son reemplazadas por otras nuevas, lo cual mantiene más o menos constante el número de adipocitos del organismo. Al engordar o adelgazar, varía la cantidad de grasa que las células almacenan, pero no su número. La demostración del fenómeno se publica en la última edición de 'Nature' en internet.

Los autores del trabajo, expertos en obesidad, afirman que el estudio suscita importantes cuestiones, como qué es lo que determina el número de células grasas que tiene una persona, en qué momento se decide ese número y si existe algún método para intervenir en el proceso de forma que las personas tengan, por ejemplo, menos adipocitos en la vida adulta. Otra intrigante pregunta que plantean es: “¿Podría tratarse la obesidad acelerando el proceso de muerte de las células grasas sin que se produzca una renovación de éstas por otras?”

Lester Salans, colaborador de este estudio y experto de la Facultad de Medicina Monte Sinaí de Nueva York (Estados Undidos), asegura que este hallazgo implica “una forma completamente nueva de contemplar la obesidad”, aunque también reconoce que aún no hay respuestas a todas esas preguntas.

“Se sospecha que los mecanismos que regulan el peso son tan complejos que si uno interviene en una fase determinada, puede suceder algo en otra que neutralice dicha intervención”, admite el especialista.

Jules Hirsch, de la Universidad Rockefeller, autor de numerosos trabajos en este campo, afirma que aún es un misterio por qué los pacientes que adelgazan vuelven a engordar en tantas ocasiones. “Tendrían que estar curados -lamenta-. Si un cirujano extirpa un tumor graso, éste no se reproduce, ¿por qué no ocurre lo mismo con la grasa que desaparece por efecto de una dieta?”.

Una posible respuesta a esta pregunta es la 'hipótesis de los adipocitos', el hecho de que su número es constante y de que, cuando éstos encogen por una dieta, envían la señal de que necesitan 'recargarse' de nuevo. Este trabajo confirma dicha teoría.