Haro: un año después, a vencer la batalla del coronavirus
'La vida pasa entre batalla y batalla'. Quién le iba a decir a Eugenio Legarda que esta frase -que alude a la tradicional 'Batalla del Vino' y que tiene rotulada en su bar, el 'Chamonix' de Haro- iba a cobrar otro sentido, una vez que el primer fin de semana de marzo de 2020, el coronavirus se cruzara en la vida de los jarreros, siendo la primera localidad riojana en sufrir un importante número de contagios.
Ese fin de semana, Haro fue noticia a nivel nacional e incluso internacional, debido a un gran foco de infectados de COVID-19, que hizo que en varios domicilios del municipio los vecinos tuvieran que estar en cuarentena. Para su cumplimiento, que afectó inicialmente a una treintena de personas, se contó con la Guardia Civil, que notificó, durante todo el fin de semana, a los afectados la obligación de permanecer en sus casas.
El origen del importante brote en la localidad venía del hecho de que varios vecinos acudiesen a un funeral celebrado en Vitoria, contagiados muchos de ellos. Se dio la circunstancia de que los primeros afectados en el municipio eran de etnia gitana, lo que según ha explicado el vecino, Javier Duval, hizo que se sintieran señalados.
“Fue muy duro, la verdad, ya que no podíamos salir a la calle, ni nada, sólo se podía salir a lo imprescindible”, ha admitido, si bien además, ha destacado que ni él ni su familia estuvieron afectados, pero sí que es verdad que “lo pasamos mal, porque sólo que pasáramos por una acera se apartaban, nos sentíamos mal”.
Duval ha relatado algunas situaciones “incómodas” que se vivieron en la localidad aquellos días con motivo de la incertidumbre del cada vez más presente coronavirus. Incluso ha recordado que le llegaron a decir que se marchara de la acera porque “eres de etnia gitana, que igual lo tienes”, recuerda apesadumbrado.
Fue una situación complicada que también la alcaldesa de Haro, Laura Rivado, recuerda con nitidez, puesto que “fueron unos momentos muy malos, de muchísima tensión, y muchísimo trabajo; de tener que tomar decisiones sin saber a lo que nos estábamos enfrentando”.
“Alguien tenía que ser el primero, nos tocó a nosotros desgraciadamente -ha admitido la primera edil jarrera-, y fueron momentos de tener que tomar decisiones ante el desconocimiento de algo que veíamos como muy lejano; veíamos que estaba pasando en China, en Italia, que no terminaba de llegar, y cuando llegó lo hizo con mucha fuerza”.
La alcaldesa ha recordado que “todos tenemos en mente aquel 8 de marzo donde la foto tenía que ser otra, que es las concentraciones en apoyo al Día de la Mujer, y la portada era, desgraciadamente, en Haro, esos guardias civiles, con los EPIS, el Grupo de Acción Rápida, notificando esos aislamientos domiciliarios a las familias que estaban contagiadas”, pero “afortunadamente eso queda atrás”.
En este sentido, Rivado ha querido “agradecer infinitamente a la sociedad jarrea porque demostró, en un momento muy complicado una enorme responsabilidad. Fueron muchos los comercios y los hosteleros que decidieron cerrar, mucho antes del estado de alarma, cerraron casi diez días antes, y eso fue por voluntad propia, porque sabían que la situación en Haro era complicada, era mala”.
Mucha emoción
Echando la vista atrás, Rivado ha admitido que “se viven las cosas, yo muy emocionada”, puesto que “hemos visto todo lo que hemos pasado este año y parece que ha pasado una eternidad y no ha pasado casi ni un año”.
“Recuerdo esa reunión con la consejera de Salud -ha añadido-, dos o tres conversaciones que tuve con el ministro de Sanidad, y estábamos hablando del COVID-19 como algo muy lejano”, y ahora “lo recordamos sabiendo todo el trabajo que hemos hecho durante todo este año”.
Un periodo, en el que Rivado ha dicho estar “contentos por la situación que tenemos ahora, Haro una ciudad con casi 12.000 habitantes tenemos 5 casos activos -a día de la entrevista, hoy sábado cuentan con 4- lo cual es una noticia maravillosa, pero no podemos descuidarnos y dejar de ser prudentes, porque esto es como la pólvora, en el momento en el que tengamos un mal comportamiento se nos puede disparar”.
Hostelería abrumada pero esperanzada
Precisamente, la alcaldesa ha aludido a la “responsabilidad del comercio y la hostelería que cerraron antes del estado de alarma”, algo que saben bien en la popular zona de 'tapeo' de la localidad riojana, 'La Herradura'. Fidel Cascón, del bar 'El Remolino' ha afirmado que se sintieron “abrumados de todo lo que nos venía aquí”, y a la vez “un poco asustados”.
Y ya después del confinamiento a nivel nacional, cuando abrieron “esto pegó un bajonazo terrible”, que fue remontando “poquito a poquito” en el verano, y también por la “gente de Haro”, pero después “nos volvieron a cerrar”.
Esta situación ha provocado que haya sido un año duro para la hostelería, porque “los pagos siguen viniendo prácticamente igual, como es el tema de luz; en mi caso es hipoteca, claro, y si no tienes ingresos y los pagos todo sigue igual te ves jodidísimo”.
No obstante, Cascón ve un futuro “esperanzador”, ahora que se empieza a poner la vacuna, por lo que “vamos a ver si ahora va la cosa un poco mejor”.
Por su parte, Eugenio Legarda, del bar 'Chamonix', ha afirmado que “la hostelería somos el patito feo de todo” y “estamos subsistiendo como podemos, pero yo sinceramente no sé si verdaderamente tenemos la culpa la hostelería de todo esto”.
Recordando cómo fue ese inicio del mes de marzo del año pasado, ha asegurado haberlo vivido “con mucha pena, porque la verdad es que nos saltó a nosotros como le podía haber saltado a otra población, y bueno, parece que estamos haciendo ahora las cosas bien y espero levantar para este verano, que estemos un poco mejor”. De hecho, ha asegurado que “quiero ser optimista, porque nunca he sido pesimista, así que lo quiero ver bien”.
Por ello, si 'La vida pasa entre batalla y batalla', ahora los jarreros han aparcado, de forma momentánea, la que celebran con el vino como protagonista cada 29 de junio en 'Los Riscos de Bilibio', y se encaminan a vencer la del coronavirus.
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