La clave en una hormona
Una hormona presente en el cuerpo humano, el péptido inhibidor de gastrina (GIP), es capaz de potenciar la pérdida de peso, mejorando la resistencia a la insulina y dando marcha atrás al proceso que da lugar a la aparición de la diabetes en los animales, según demostró el estudio realizado por investigadores de la Escuela de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Ulster (Reino Unido) y el Instituto Panum, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), publicado en 'The American Journal of Physiology', de American Physiological Society.
El GIP es una hormona péptida que el organismo segrega en respuesta a la comida y que inhibe la secreción de los ácidos que estimulan la producción de insulina que ocurre durante el proceso digestivo en respuesta al alimento. La citada hormona se encuentra en varios tejidos del organismo, entre los que se cuentan los intestinales, del corazón, el estómago, cerebro y grasa adiposa.
A pesar de que durante mucho tiempo los científicos no han conseguido descubrir la función de esta actividad, su potente y prolongada estimulación tras una dieta con mucha grasa ha llevado a los investigadores a teorizar sobre la posibilidad de que pueda jugar un papel importante en la metabolización de las grasas.
En este sentido, los estudiosos han demostrado que una alimentación rica en grasas tiene como resultado elevadas concentraciones de GIP circulante, una situación que suele encontrase en pacientes obesos y con problemas de diabetes. Además, GIP tiene también influencia en el crecimiento del tejido adiposo.
Este estudio demostró que bloqueando la actividad de la hormona GIP en ratones que consumieron una dieta rica en grasas y con problemas de diabetes, se consigue una significativa pérdida de peso, una mejora de la resistencia ante la insulina y una mejora en la diabetes. Estos descubrimientos representan una nueva e interesante aproximación a lograr un tratamiento contra la obesidad y los desarreglos metabólicos.
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