La salvación para unos y para otros
Logroñés y Lemona abren la jornada en territorio vasco y, además, podrían arruinar bastantes esperanzas de los equipos que luchan por escapar de la zona de descenso. A los conjuntos que están por debajos de ambos clubes el mejor resultado es el del empate, porque implicaría que ninguno de los dos equipos consigue acercarse a la permanencia.
Como cada año, esta parece fijada en la mágica cifra de los 45 puntos. Eso implica que el Lemona puede lograr la tranquilidad si consigue derrotar a un Logroñés envalentonado y que, desde la llegada de Agustín Abadía al banquillo del equipo, maneja cifras de puntos muy superiores a las del resto de equipos de la zona baja.
Los riojanos tienen, por su parte, la oportunidad de certificar que la salvación está a tiro de piedra y que los siempre turbulentos asuntos externos del club no afectan anímicamente a una plantilla que parece haberse hecho fuerte a base de golpes.
Porque la temporada está siendo cualquier cosa excepto tranquila para los jugadores que, por si fuera poco, han tenido que salvar los dos últimos encuentros, muy complicados, con un número de bajas exagerado. Poco a poco, también estas aguas van volviendo a su cauce y Abadía ha podido completar la convocatoria con dieciséis hombres del primer equipo, sin echar mano del juvenil.
Los riojanos viajan con Stef, Heras, Campos, Machote, Galiano, Eneko, Negredo, Raúl García, Jaume, Candelas, Miguel, José, Gallego, Omar, Tomi y Ubis. Se quedan en Logroño los lesionados Santamaría, Zeki y Cyril.
El buen rendimiento del Lemona como local (séptimo mejor equipo de la liga) hace prevér un partido duro. Eso y las ansias de los vascos por lograr cuanto antes la tranquilidad. Pero el Logroñés, que cayó en el partido de ida por un ajustado 1-2, sólo ha perdido tres partidos de los doce que se llevan disputados en la segunda vuelta. Su considerable mejora aumenta el optimismo.
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