Las operaciones militares en Pakistán finalizarán en pocos días
Según declaraciones del secretario de Defensa pakistaní, Syed Athar Ali, las operaciones militares que el ejército del país desarrolla contra los talibanes en el Valle del Swat podrían terminar inminentemente, en un plazo de “dos o tres días”. Considera que solo queda pendiente “entre el cinco y el diez por ciento del trabajo”. Estas afirmaciones tuvieron lugar durante una conferencia de seguridad celebrada el pasado domingo en Singapur.
Las palabras de Syed Athar Ali llegan después de que el Ejército anunciara este sábado que las fuerzas paquistaníes han conseguido retomar el control total sobre la ciudad de Mingora, una semana después de entrar en la población en el valle del Swat para sacar cientos de combatientes talibán.
Por su parte, los organismos de la ONU han ampliado las operaciones de asistencia humanitaria para los desplazados de la zona noroeste de Pakistán, en su frontera con Afganistán. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Ron Redmond ha explicado en rueda de prensa que la ayuda se ha extendido a los desplazados que viven fuera de los campamentos y que se albergan con familias de las comunidades locales. Según cifras del gobierno pakistaní, las personas desarraigadas por la violencia suman 2,4 millones
Ron Redmond ha informado de que, en conjunto con ONU-Hábitat, ACNUR repartirá en los próximos días un primer cargamento de 5.000 tiendas de campaña entre las familias más vulnerables de los distritos de Mardan y Swabi. Esta medida se toma frente a la situación de muchas familias que han visto como el número de personas en sus casas se duplica o triplica, y para mejorar así las condiciones de hacinamiento en las mismas.
ONU-Hábitat también reparte letrinas y paquetes con productor de higiene en las viviendas donde se acogen refugiados, así como bombas de agua y productos de limpieza en los centros comunitarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre el estado de gran parte de los refugiados corren un alto riesgo de contraer enfermedades contagiosas, dadas las condiciones de hacinamiento, falta de agua e higiene en que subsisten, sumando a las altas temperaturas. El portavoz de la OMS, Paul Garwood ha advertido que “Si no se provee asistencia adecuada y oportuna, la morbilidad y la mortalidad aumentarán a medida que se aproximen los monzones”.
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