Gamarra se encomienda a la virgen de la Esperanza ante la “dura crisis”
La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, ha pedido hoy a la virgen de la Esperanza, patrona de la ciudad, su “protección para los logroñeses más necesitados, para los que lo están pasando mal como consecuencia de esta dura crisis económica, los mayores y los enfermos”.
En su intervención en la eucaristía celebrada en la iglesia de Santiago el Real, a la que ha asistido el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, entre otras autoridades, Gamarra ha honrado a la virgen, que también ostenta el título de alcaldesa de honor de la ciudad, en el día de su festividad.
Así, ha dicho que aspira a ser la alcaldesa de una sociedad “tolerante” y “respetuosa con las creencias del otro y con la libertad como máxima conquista.
Por ello, ha abogado por lograr “libertad de conciencia, de pensamiento y de religión, desterrando el integrismo ejercido en nombre de Dios y el mal entendido laicismo”.
Gamarra ha prometido “trabajar mucho y duro para recuperar la esperanza en Logroño, para que la ciudad sea la ciudad de la esperanza”.
Ha añadido que “en esta ciudad sueñan y viven personas que trabajan, que siempre se han repuesto frente a la adversidad con un inmenso esfuerzo, que luchan frente a las injusticias y se crecen ante las dificultades”.
Por ello, la alcaldesa ha pedido “la ayuda y el esfuerzo de todos los logroñeses y también de todos los riojanos”, para que “no pierdan la ilusión”.
Así, se ha competido a “trabajar todos juntos” para que dentro de no mucho tiempo haya una ciudad “más alegre, donde cada día menos personas tengan que sufrir por las dificultades” actuales.
También ha expresado su esperanza de cara al futuro, ya que, ha dicho, confía “en los frutos de una ciudad que apuesta por sus emprendedores, empresarios y trabajadores para impulsar el desarrollo colectivo”.
Por otro lado, le ha pedido a la virgen su “luz para construir entre todos un Logroño solidario e integrador, con alta calidad de vida”.
Gamarra ha recordado que “esta crisis económica se enmarca también en una crisis de valores y de principios”, por lo que “hoy más que nunca son necesarias las virtudes sobre las que se construyen las sociedades verdaderas; prudencia, justicia, fortaleza y templanza”.
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