Rocío Marquez, más flamenca que ninguna

Ayer una sencilla y elegante Rocío Marquez colocó los Jueves Flamencos a la altura que se merecen. La de Huelva comenzó con una malagueña terminada por avandolao.

La segunda canción creo que sorprendió gratamente ya que se trataba de una guajira con un principio no muy aflamencao por habaneras pero que terminó levantando los aplausos de todo el público. Siguió con unas alegrías por caracoles y se mostró muy ilusionada por su presencia en el ciclo de este año, adelantando una pizquita de su nuevo disco una versión entre poema y ante del Romance a Córdoba de Marchena.

Mas tarde llegaron los Tangos, como no, homenaje a Granada y al gran maestro Enrique Morente, recordando sus letras. Un cielo estrellado y la bajada de luces dio paso a una sincera Rocío que quiso destacar el carácter alegre y acogedor de nuestra tierra y sus gentes que la hacían sentir como en casa animando a un espléndido Manuel Herrera a poner la cejilla al 6 en su guitarra para acompañar en su atrevimiento a la cantaora con un cante casi en desuso por peteneras que para muchos es “el cante prohibido”.

Una pincelada por mineras inspirada en la visita a los mineros de León, mostro el apoyo desde su oficio a todos aquellos que han perdido su empleo en este momento tan difícil dejando constancia de su cercanía y perfecta técnica en todos los palos ejecutados. Un pregón por seguirillas, un fandango haciendo un recorrido por su tierra comenzando en el Alosno con letra de Arcangel, para abrir boca al respetable que acudirá a verle este sábado.

Continuo con letra de Paco Toronjo por Huelva y finalmente al natural levantando a todo el salón de su asiento con una gran ovación. En respuesta llego el remate final con bulerías de Pastora, Vallejo y La Perla y tomaré como resumen una de las últimas frases de esta, “...Cantaba lo que quería y como quería...”. Sin tener mas que decir ¡Ole, ole y ole Rocío Marquez, sin traje de lunares y mas flamenca que ninguna!