“Se han acabado los programas electorales que parecen folletos de parques de atracciones”
Beatriz Arráiz (Logroño, 1974) es una mujer que aspira a ser la candidata del PSOE a la alcaldía de Logroño en las próximas elecciones municipales y que está curtida en mil batallas políticas. Hace quince años apareció por primera vez en unas listas municipales y ha sido, desde entonces, concejal en el Ayuntamiento de la capital riojana, asesora del Ejecutivo Municipal de los socialistas y máxima dirigente de sus juventudes en La Rioja. En la actualidad, es la número dos del partido en la comunidad, así como miembro del comité federal del PSOE (máximo órgano socialista entre congresos).
Con sus años en política, ¿se podría considerar como parte de la casta, ese término que ha puesto de moda Pablo Iglesias?
No. Evidentemente, no. Más allá de haber estado en política activa más o menos tiempo, tengo una vida normal, con un trabajo cuando he tenido trabajo, también he estado en el paro, tengo un hijo, una hipoteca, problemas… No me considero de la casta para nada.
¿Y la candidata del aparato?
Tampoco. Yo, ahora mismo, me siento la candidata de las 210 personas, militantes del PSOE, que han confiado en mí o que confían en mí para ser la futura candidata a la alcaldía de Logroño. Eso es lo que me siento. Creo tener más problemas por, supuestamente, ser del aparato o tener ese cartel que me han colgado. Tengo que ser más responsable a la hora de tomar decisiones en la campaña o la recogida de avales, que lo que podría ser alguien a quien no se le ha colgado ese cartel. Soy de la dirección del partido y tengo apoyos en la dirección del partido, pero si mis compañeros, militantes de base, no me hubieran llamado y animado, no hubiera dado el paso.
¿Qué ha aprendido a largo de todos estos años en la política?
A valorar que la política es el instrumento válido para poder cambiar la vida de las personas y para poder hacer mejor las cosas. No conozco otro invento mejor para hacerlo. He aprendido que se puede y que debemos hacerlo, que estamos obligados. Exige mucho compromiso y muchas cargas, al nivel de la política que hablamos ahora, más cargas que otra cosa, aunque que se asumen porque crees en ello.
¿Cómo ha cambiado Beatriz Arráiz?
He cambiado en muchas cosas. Han pasado muchos años y, entre medio, muchas experiencias políticas y personales. Entré en un Ayuntamiento de rebote, sin conocer dónde me metía y en un puesto que requería poca experiencia. Ahora sé cómo funciona una institución municipal, he aprendido de errores que hemos cometido, tanto en la oposición como en el Gobierno. Sé lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Sé lo que se debe y lo que no se debe hacer. Y sé lo que se puede y no se puede prometer. Conozco más la institución y la política activa.
¿Por qué ha dado ese paso al frente para presentarse a las Primarias? ¿Es su momento? ¿El partido lo necesita?
Era un momento en el que había que tomar una decisión. Se abría un proceso de Primarias para elegir candidato y hay gente que te anima a ello. Te ves con la experiencia y el conocimiento suficientes como para tomar una decisión. No es fácil porque asumes una responsabilidad grande. Si no hubiera tenido el bagaje que tengo, no hubiera dado este paso.
¿Qué espera hacer a lo largo de este proceso?
Hablar con el mayor número de compañeros que pueda y contarles lo que yo pretendo hacer si llego a ser la candidata del partido. Y, sobre todo, escucharles a ellos. Es un proceso entre militantes, pero quiero recordar que los militantes de este partido son gente normal. Tienen problemas y tienen sus ideas sobre las cosas y las soluciones. Quiero escuchar. Acercarme a todos y obligarme a conocer a la mayor parte de ellos. A veces, es muy difícil llegar a todos. Quiero que me conozcan y quiero conocerlos. Quiero que confíen en un proyecto que es nuevo, que no es sólo una cara relativamente nueva porque es cierto que llevo mucho tiempo, pero en una responsabilidad de este tipo, en primera línea, es la primera vez. No es un cambio de caras. Es otra forma de encarar la relación que, desde la política, este partido tiene que tener con la sociedad.
¿Qué sensaciones e ideas le han transmitido los militantes, más allá de animarle a presentarse?
Parece una perogrullada, pero lo que más le preocupa a la gente es el tema del empleo. El que no está en el paro, está en precario en su trabajo, tiene un ERE o tiene problemas. O tiene un hijo que ha acabado la carrera y no puede trabajar. La gente te pregunta y te dice que qué se puede hacer para mejorar esta situación. Es cierto que desde la Administración local tampoco se puede hacer todo lo que uno quisiera o tiene en la cabeza para solucionar y paliar este problema, pero sí puede proteger mucho al ciudadano. Y debe hacerlo en situaciones de estas.
También me piden que salgamos a la calle. Es cierto que nos lo han pedido siempre, pero ahora es una obligación que va más allá de lo moral. Hay que relacionarse con asociaciones de vecinos, organizaciones y, directamente, con la gente. Lo que hace Pedro Sánchez no es baladí. Hacer asambleas abiertas, donde la gente puede ir de dentro y de fuera a preguntar lo que quiera, es una forma de relacionarse que tenemos que potenciar. En esa línea estoy.
Si gana las Primarias, ¿qué trabajo habría que hacer hasta mayo?
Nos quedan muchas cosas. Este partido tiene que elaborar un programa electoral. Hay grupos de trabajo activos durante todo el año que ayudan en esta tarea, aunque debe ser elaborado con todos, los de dentro y los de fuera. Tenemos también que reunirnos con los de fuera para elaborar un programa electoral que sea creíble y que se lo crea la gente porque es creíble. He visto programas electorales que parecían folletos de parques de atracciones. Eso se ha acabado. Tenemos que ser creíbles y capaces de decirle a la gente qué hay de verdad, hasta dónde podemos llegar y qué esperar de los ciudadanos para solucionar determinados problemas. No podemos decir que nuestra sola llegada al Gobierno va a solucionar todo. Tenemos que decir también cómo y, a veces, puede no ser agradable.
Se ha visto a muchos jóvenes acompañándola como, por ejemplo, el día de la entrega de avales. ¿Van a tener un papel importante?
Yo quiero que sea así. Estoy rodeada de gente joven porque mi pasado en Juventudes Socialistas hace que me acerque algo más a ellos. Evidentemente, tiene que haber caras nuevas, pero no necesariamente jóvenes. Está mi generación, la gente de cuarenta años, que tiene muchas cosas que decir. Tiene que haber mucha gente de esa alrededor de cualquier equipo político con aspiraciones de Gobierno. A veces la renovación no son sólo caras jóvenes, también son caras nuevas que puedan tener sesenta años, aunque en mi círculo hay gente de mi edad y de menos.
¿Podría entonces atraer gente y talento de fuera del partido?
Sí, claro que sí. Podemos hacerlo. Debemos intentarlo, porque debemos acercar al mayor número de personas a nosotros. Puede que vaya en una lista, pero tenemos que ser capaces también de hacer que se acerquen al partido, que se afilien, que estén con nosotros, que vean que somos un partido con un proyecto serio con cosas interesantes que aportar, no sólo al hacer una lista.
Eliminando el paro y la crisis, ¿qué otros problemas tiene Logroño?
A veces queremos localizar demasiado los problemas, pero son generales. El empleo es, ahora mismo, el problema más importante sin duda. Más allá, creo que los barrios quedan olvidados. Yo soy del barrio de Madre de Dios, quizás especialmente abandonado en determinados momentos. Hace falta meterse en estos barrios. Una acera o las luces son cosas muy importantes para barrios de este tipo, por seguridad, comodidad, porque la gente vaya con una silla de ruedas… eso se ha abandonado. Frente a los grandes proyectos, los barrios se han abandonado. Si no es por la presión de los vecinos en un determinado momento o de determinado partido político de la oposición, quedan olvidados. Yo quiero acordarme de ellos, porque el centro es de todos. Eso no es un barrio como tal y por eso está siempre mejor cuidado. Hay que echar el resto en esos barrios más periféricos para que también sean Logroño, porque a veces parece que no lo son.
¿Tiene ya el equipo formado?
Tengo ideas y cosas en mi cabeza, pero no está formado. Yo soy una candidata, pero estoy en el PSOE y el partido, que a nivel de organización tendrá cosas que decir. Yo tengo claros perfiles determinados con los que quisiera contar. Las listas son una cosa que hay que hablar y consensuar, en las que hay que contar con los mejores. Eso es lo que voy a tratar de hacer.
¿Con quién le gustaría contar?
A esa pregunta, permíteme no contestar (sonríe). Me gustaría contar con mucha gente, posiblemente más de la que puedo tener en una lista.
¿Cómo vislumbra el panorama electoral?
La tendencia, evidentemente, como dicen las encuestas, es que el voto se va a fragmentar. Me presento para ganar y ser el partido más votado. No estoy pensando, por si la siguiente pregunta es esa (sí lo era), en posibles pactos. No voy a pensar en eso. Este partido tiene vocación de ganador, de ser el más votado y mayoritario. No hay que obviar los datos y hay que hablar con todos, pero no gobernaré a costa de cualquier cosa. No lo voy a hacer. El PSOE tendrá un programa electoral con puntos inamovibles y yo no voy a gobernar a cualquier precio. Lo tengo claro.
¿Qué cree que ha fallado en el PSOE en este tiempo, usted que vivió además desde dentro los cuatro años al frente del Ayuntamiento de Logroño?
El balance de los cuatro años de Gobierno en el Ayuntamiento de Logroño es positivo. Se hicieron muchas cosas y cambió en cuatro años lo que puede cambiar una ciudad. Cambió de verdad, al contrario de lo que ha pasado en estos últimos tres años. El Casco Antiguo cambió de manera sustancial, aunque todavía quedan muchas cosas por hacer. El balance es positivo, pero probablemente se entendió mal por la ciudadanía el pacto (con el Partido Riojano), sobre todo en los últimos tiempos, azuzado por la oposición en aquel momento, el Partido Popular, y no supimos explicarlo bien. Esto que decimos de relacionarnos con la sociedad de otra manera, no supimos hacerlo. Logroño cambió a mejor, Tomás Santos era querido, pero nuestra comunicación falló. No supimos explicar lo que estaba pasando en los últimos años de Gobierno.
¿Cómo se recupera la ilusión del votante que antes votaba PSOE y ha dejado de hacerlo?
Tenemos que demostrar que no somos lo mismo que el PP. Por ejemplo, lo que se está haciendo en este nuevo PSOE a nivel federal, con Pedro Sánchez a la cabeza, tomando medidas serias contra la corrupción, dentro y fuera del partido, tiene que ser algo inaplazable a todos los niveles. Tenemos que predicar con el ejemplo. No podemos hacer o decir una cosa y pedir la contraria. Y así iremos recuperando a la gente poco a poco, porque la gente no nos va a devolver la confianza de buenas a primeras. Ser coherente no es algo que se demuestre en dos días.
Sin grandes anuncios ni programas electorales que parecen “folletos de parques de atracciones”, ¿cuál es su principal proyecto para la ciudad?
Es una ciudad con muchas brechas, diferencias y heridas abiertas. Heridas a nivel social, con mucha gente ahora mismo sin prestaciones o con ayudas que no cubren las necesidades. Por mucho que diga el Ayuntamiento que ha aumentado un 18% la cantidad de presupuesto social estos últimos tres años, aunque esto fuera verdad, las necesidades han aumentado un 60%. Estamos dejando a gente por el camino.
También hay heridas urbanísticas. Hay solares, casas y partes del Casco Antiguo que se están dejando. Son cosas que a los logroñeses no gustan. Tenemos que cuidar este Logroño que tenemos. Hay que curar esas heridas sociales y urbanísticas. Es el eje fundamental.
¿Cómo va a llevar a cabo esta tarea viviendo en Navarrete?
Vivo en Navarrete, pero yo diría que duermo en Navarrete. Mi trabajo, mi vida, mis padres, que son los que me ayudan, están aquí. Mi ciudad es Logroño y de la ciudad he hecho bandera siempre. Sobre todo, porque sigo haciendo la vida aquí. Vivo en Navarrete como muchos otros logroñeses de mi edad, más o menos mayores, porque nos vimos obligados a salir de Logroño al no encontrar nada que pudiéramos comprar aquí al mismo precio. No he sido la única. En Navarrete hay muchos logroñeses en la misma situación.
¿Por qué debe un socialista votar a Beatriz Arráiz el domingo?
Porque creo que frente a mi compañera tengo experiencia y sé a lo que me enfrento, tanto en la política activa como en lo institucional. Un militante del PSOE debería votarme porque conozco lo que hay. Como he dicho antes, sé lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Sé lo que se debe y lo que no se debe hacer. Y sé lo que se puede y no se puede prometer.
Tres palabras máximo. ¿Cuca Gamarra? Demasiado contenta de conocerse a sí misma. ¿Rubén Antoñanzas? Muy activo. ¿Ganemos Logroño? Una opción más. ¿Eva Loza? Una compañera.
Concha Andreu, Beatriz Arráiz, Eva Loza, Elisa Garrido. ¿Mujeres al poder?
Hay quien dice que, cuando las cosas van mal, se acaba tirando de las mujeres. Voy a empezar a creérmelo (ríe). Ha sido un poco casual, ha coincidido en un momento en el que hay cuatro mujeres en una posición como para dar ese paso y así lo han hecho.
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