Los reclutadores, con nombres y apellidos
La lucha para acabar con el fenómeno de los niños soldados parece dar sus primeros frutos, o al menos eso es lo que se desprende de las últimas declaraciones provenientes del ámbito de Naciones Unidas. La Representante Especial de la ONU para Niños en Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, afirmó que la práctica de hacer pública la identidad de los grupos que reclutan a niños y la aplicación de sanciones ha dado resultados.
Al hablar en un debate general sobre el tema en el Consejo de Seguridad, Coomaraswamy hizo referencia a los violadores persistentes que operan en Afganistán, Chad, Irak, Myanmar, Nepal, República Centroafricana y República Democrática del Congo.
“La gran mayoría son actores no estatales.
Podrán ser retirados de la lista del informe del secretario general si acatan el Plan de Acción que ha establecido Naciones Unidas para erradicar esta práctica“, dijo.
Coomaraswamy reconoció entre los avances recientes la liberación de 3.000 menores por el partido maoísta de Nepal. Por otro lado llamó la atención sobre los crecientes casos de ataques a escuelas, y pidió que se les preste atención de manera inmediata.
Por otro lado, la canciller de México, Patricia Espinosa, instó al Consejo de Seguridad a endurecer la persecución de los grupos que violan los derechos de los niños en conflictos armados.
Espinosa señaló que los crímenes cometidos en contra de la infancia no podrán detenerse si sus responsables permanecen impunes. “Las violaciones graves a las normas y principios del derecho internacional humanitario constituyen crímenes de guerra y son los Estados miembros los que tienen la obligación primaria de investigar y enjuiciar a los responsables de tales ilícitos”, dijo Espinosa.
La canciller mexicana agregó que su país apoya las recomendaciones del último informe del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sobre este tema para que el Consejo de Seguridad considere medidas más enérgicas frente a estos grupos.
Espinosa subrayó que en las últimas dos décadas, más de dos millones de niños en zonas de conflicto armado han muerto y otros seis millones quedaron mutilados.
Además, según Espinosa, decenas de miles de menores han sido explotados como niños soldados y miles más han sido víctimas de explotación sexual, violación y prostitución.
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