Marcha atrás en las aspiraciones
Se mereció más, en lo deportivo, pero se perdió. Esto no es nuevo en la UDL de Sergio Rodríguez. La afición no faltó a la cita y cerca de 800 almas blanquirrojas apoyaron a los suyos en Anduva. Los futbolistas logroñeses fueron fieles a sus números. Si van por detrás en el marcador, no remontan. En este sentido, el 1-0 cosechado en Miranda de Ebro, provoca que la UDL no termine de asentarse en la zona alta en el grupo. Si habían tenido que pasar nueve meses para volver a ver al equipo en puestos de fase de ascenso, el tanto de Sergio, prácticamente en la casi única oportunidad de los locales, hace retroceder en la clasificación hasta la sexta plaza y dejando a dos puntos la cuarta plaza.
El fútbol no entiende ni de justicias ni de merecimientos. Los detalles determinan los resultados y la UDL no anduvo fina en una falta lateral, perdió la marca, permitió una segunda opción y el Mirandés, inferior durante muchos minutos, supo jugar con el marcador a favor para ir llevando el duelo a su terreno sin tener que sufrir en los minutos finales. Porque el bloque logroñés, como sucediera ante la Real Sociedad B en el tramo ulterior, no inquietó la portería de Limones.
Y en eso debe trabajar el preparador logroñés. En dar continuidad a las ocasiones. De poco sirvió un doble cambio a última hora dejando a Víctor López y Rubén Martínez como laterales. No afectó al rendimiento ofensivo, puesto que desde que Andy se topara con el poste en una falta directa, mediado el segundo tiempo, no se prodigó mucho más la UDL. Buenas intenciones, aproximaciones, pero sin que los anfitriones vieran peligrar los 3 puntos. Hay que confiar que se recupere el acierto ante el Arenas el próximo domingo.
La puesta en escena de la UDL fue muy buena, más allá del resultado. So pena de haber encajado a los diez minutos en casi el primer acercamiento de un Mirandés. Fue una falta lateral y Sergio, desde el segundo palo, tuvo dos oportunidades con la cabeza para superar a Miguel. En la primera, el capitán despejó como pudo. En la segunda, el central local no perdonó. Pese al 1-0 que ondeaba en el luminoso, los riojanos no bajaron un ápice sus intenciones. Querían dominar y lo lograron. Además, buscaron con fiereza, aunque con poca continuidad, a un Limones muy seguro.
Rayco se mostró activo y desde la frontal chutó raso, con la izquierda, para cruzar en exceso después de una buena jugada colectiva. El canario estaba animado y quiso liderar a los suyos. Hasta provocó dos amarillas en algo más de media hora. De nuevo con la izquierda buscó el tanto, pero en esta ocasión Limones, con una gran parada, mandó a córner la mejor ocasión de los riojanos.
Al cuadro de Borja Jiménez le costaba salir de su campo, por mucho que Claudio era un tormento para los centrales visitantes y Álvaro Rey generaba peligro por su costado diestro ante Flaño. Los logroñeses -con camiseta azul y pantalón rojo- superaban líneas y manejaban los tiempos. Cierto que tenían que proponer y Rubén Martínez, buscando la escuadra, finalizaba otra acción de una UDL. El Mirandés se daba una pausa. La necesitaba. Todo lo contrario que los riojanos, donde Andy y Salvador estaban imponiéndose en la medular.
Los hombres de Sergio Rodríguez continuaban atacando en aras de un empate que pudo llegar en el tiempo añadido del primer acto, pero Bobadilla metió la mano, para rematar a gol, tras recoger un rechace que impactó en el larguero. El árbitro lo vio y amonestó al central najerino justo cuando decretó que se había alcanzado el ecuador del partido. Quizá el resultado ni era justo por lo visto sobre el terreno de juego ni el esperado, pero es lo que tiene el fútbol, que un detalle marca el desarrollo de los siguientes minutos.
No cambió la dinámica en el arranque de la segunda parte porque la UDL pisaba área contraria como demostró el pase de Ñoño a Rubén Martínez, el cual se encontró con la estirada de Limones que evitaba el tanto de la igualada. Percutía el cuadro riojano, aunque los locales aguantaban las acometidas de un equipo que no se desquiciaba y que no tenía esos espacios que tanto le gustan.
Borja Jiménez daba entrada a Kijera en el perfil zurdo por un amonestado Carlos Julio en una demostración de que el Mirandés se mostraba satisfecho con ese triunfo parcial. Con el paso de los minutos costaba más acercarse sobre el área perfectamente defendida por Limones, aunque Andy, tras una falta, estuvo a punto de sorprender con un tiro al poste. Ander Vitoria también lo intentaba, pero no acaba de acertar entre los tres palos.
Se hacía esperar el primer movimiento del técnico logroñés. Llegó en el minuto 73. Víctor López aparecía para dar algo de electricidad al encuentro en detrimento de Ñoño. No halló la luz porque el Mirandés ya se había hecho con el ‘tempo’. Ralentizaba sus acciones, perdía todo el tiempo que podía y estaba decidido a que no pasara nada en el ámbito deportivo. Oficio. A ello colaboraba una UDL que estaba más imprecisa, que no encontraba ni el ritmo ni la continuidad deseada para intimidar.
Apostó Sergio Rodríguez por un doble cambio final dejando como laterales a Víctor López y Rubén Martínez para dar entrada a Borja Sánchez y Ali en el campo. Tampoco favoreció a que hubiera un uy. El Mirandés ya se sabía ganador. Lo sentía ante la impotencia de una UDL que desperdició la oportunidad que buscaba para reivindicarse como un equipo a tener en cuenta en este grupo. Por si fuera poco, a la conclusión del encuentro hubo una ligera tángana que, por fortuna, no fue a mayores.
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