Las generaciones más jóvenes se enfrentarán a mayores riesgos de desigualdad en la vejez que los jubilados actuales y, para las generaciones nacidas a partir de los años sesenta, su experiencia de vejez cambiará drásticamente. O lo que es lo mismo, el retiro dorado por el que todos estamos trabajando no lo será tanto. Es una de las conclusiones de un estudio realizado por la OCDE. Un futuro nada halagüeño para más de 200.000 riojanos.

Es sin duda una conclusión “dura pero obvia”, valora el doctor y profesor de Sociología de la Universidad de La Rioja, Sergio Andrés Cabello. Y es que, según explica a Rioja2, la crisis sistémica de 2008 es clave.“Los trabajadores de más de 50 años pierden su empleo y no vuelven a insertarse en el mercado laboral lo que afecta a sus jubilaciones”. Los más jóvenes, “tendrán salarios más bajos y empleos más precarios”.

¿Qué significa esto? “Pues que se reduce la capacidad recaudatoria de las administraciones debido a la situación del empleo y a su precarización y no debemos olvidar que nuestras sociedades son contributivas. El acceso a las pensiones, al desempleo... depende de la inserción en el mercado de trabajo”. También las pensiones no contributivas son más bajas.

Un futuro nada halagüeño hacia el que se dirige el 66,6% de la población de La Rioja. En 2017, calcula Andrés Cabello, dos de cada tres ciudadanos, tiene menos de 55 años, nacieron a partir de 1963, superando las 200.000 personas. De hecho este experto recuerda que ya vienen advirtiendo de esta situación desde hace tiempo. “Las tendencias en la estructura demográfica son regresivas: baja natalidad y envejecimiento de la población”. Y aunque el incremento de la esperanza de via es un hecho positivo, apunta, “también nos encontramos con una base de la pirámide de población que se va reduciendo”. Y es que cuando una persona se incorpora al mercado laboral, “tiene que cosostener a un creciente número de personas que dependen de una pensión y lo van a tener que hacer con empleos más precarizados”.

¿Cómo hemos llegado a esta situación?

El porque estamos en esta situación debemos buscarlo en la “crisis o transformación del mundo del trabajo”. Y es que la precariedad, los bajos salarios, la flexibilidad, la inestabilidad... están generando un tipo de empleo inseguro y alejado del empleo 'fuerte' de décadas pasadas. Y además, “las personas que se incorporen más tarde al mercado laboral, lo van a hacer en peores condiciones, van a cotizar menos años y seguramente parte de ellos a tiempo parcial”. Casi como “una tormenta perfecta”, asevera el sociólogo, “de la que nadie está a salvo lo que provocará una menor capacidad de cotización y unas pensiones más reducidas”.

Y entre estos 200.000 riojanos que tendrán una peor vejez que sus padres también habrá diferencias ya que según Andrés Cabello, “la mayor parte de las clases medias no van a poder disfrutar de una jubilación como la de sus padres o abuelos porque se han incorporado más tarde al mercado laboral”. Los cambios estructurales de la última década, “están generando una sociedad más desigual donde cada vez se depende más de los orígenes”.

Expectativas de futuro negativas

Más de 200.000 riojanos están 'condenados' a vivir una vejez peor que sus padres pero, ¿se puede hacer algo al respecto? “Las tendencias y escenario parece mostrarnos una clara respuesta negativa”. Por un lado, “porque las decisiones acerca de nuestro modelo económico y nuestra estructura productiva no están en nuestras manos”. Y, por otro, porque “las nuevas tendencias del empleo nos muestran una creciente ”uberización“, un modelo en el que toda la carga cae en el trabajador y en un contexto de desreguralización de las Relaciones Laborales”.

Este modelo, apostilla el sociólogo, “implica una mayor inseguridad y precariedad y se va viendo en no pocos sectores sin olvidarnos de que el escenario global del empleo también está amenazado por la automatización”. De hecho ya hay voces que aseguran que muchos empleos del mañana todavía no se han inventado y está por demostrar que esos nuevos empleos puedan absorber la mano de obra excedente porque puede ser que para esos nuevos empleos no haga falta mucha mano de obra.

En defintiva, concluye, “son procesos interrelacionados y nos dibujan un escenario muy preocupante porque tampoco se presentan alternativas al mismo”.