Nuevo hurto en el Ángel de Vicente
No puede ser una casualidad lo que le está ocurriendo al club de Lardero. Como si de una broma pesada se tratara, pero para nada lo es. Más bien parece una pesadilla que por el momento no parece tener fin.
En poco más de un mes son cuatro los sucesos que ha padecido el conjunto “cigüeño”, y teniendo en cuenta que los objetos y dinero que pueden sustraer es muy bajo, todo hace pensar que se trata de un ensañamiento contra el Club Deportivo.
Un complejo deportivo debe ser un lugar dónde encontrar ilusión, trabajo, compañerismo, alegría. En el caso de la familia que forma el San Marcial esas palabras se han convertido en lo opuesto, desánimo, desgana, desconfianza y tristeza.
Muchas son las preguntas que se hacen desde el club. ¿Por qué hacen esto?, ¿qué les hemos hecho?, ¿por qué siguen?, ¿quiénes son? Por desgracia preguntas sin respuestas y que como casi siempre acaban pagando los que menos culpa tienen, ya que estos actos están trayendo consigo consecuencias que están golpeando sobre los niños pertenecientes a las categorías inferiores de la entidad.
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