Por la puerta grande
El torero José Tomás tuvo ayer un histórico regreso a la plaza madrileña de Las Ventas, de donde salió a hombros tras cortar cuatro orejas ante una afición extasiada. Una hora después del final de la corrida, cientos de aficionados se apelotonaban ante la puerta grande del coso madrileño, discutiendo encantados la actuación del torero de Galapagar, que volvía a Madrid después de seis años. “No sé lo que tiene este tío, pero parece que hipnotiza a los toros”, exclamó una aficionada que se encontraba entre el tumulto.
Con el rey don Juan Carlos y la infanta Elena como espectadores de excepción, Tomás fue galardonado con cuatro orejas, algo que ni los más veteranos recordaban. Además, es el primer torero que sale a hombros en Las Ventas recientemente, después de que el mes de corridas de la Feria de San Isidro concluyera con un resultado anodino.
“José Tomás posee una hondura que la tienen muy pocos toreros. Marca la diferencia entre los grandes y las figuras de la historia del toreo”, aseguró otro aficionado que lloró con la actuación del madrileño.
El torero ha sido comparado con los más grandes - Joselito, Juan Belmonte, Manolete y Antonio Ordóñez -, pero también ha sido criticado por otros por no tener la pureza y la finura de los clásicos e incluso por dejarse coger por los toros.
Pero lo que es temeridad para unos es valentía para otros. El jueves, con “Dakar” y “Comunero”, dos ejemplares de la ganadería de Victoriano del Río, demostró su habitual tranquilidad, si moverse ante el toro, con unos muletazos que ponen a la multitud en pie pidiendo más.
Tomás volvió a los ruedos el año pasado después de cinco años retirado, pero hasta ahora había permanecido lejos de Madrid, la plaza de toros más importante del mundo. Su retirada en 2002 sigue siendo un enigma, el matador concede escasas entrevistas y no permite que sus corridas se televisen.
“José Tomás conquista la historia del toreo”, dijo la web especializada www.mundotoro.com, mientras que www.burladero.com calificaba su actuación de “completa y sensacional”.
Antes de la corrida, las entradas alcanzaban en la reventa los 2.000 euros - 20 veces su valor en taquilla. “Recibí varias ofertas para vender mi entrada, solo puedo darle gracias a Dios que no lo hice”, dijo un extasiado aficionado. “Para esto venimos aquí”.
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