¿Por qué se mueren nuestros deportistas?
El deporte en sí mismo tiene efectos muy positivos ya que actúa como hábito saludable en la prevención de enfemedades cardiovasculares. No obstante, al mismo tiempo tiene connotaciones negativas puesto que “incrementa la frecuencia cardiaca, lo que hace que aumente el consumo de oxígeno por parte del miocardio y por otra parte, provoca espasmos arteriales coronarios y arritmias”, afirma el Dr. Pons.
Estos riesgos del deporte en una persona sana no suponen ningún problema, pero si se asocian a problemas de base en los deportistas suponen un riesgo importante de padecer muerte súbita.
La clave para detectar este problema de base es estudiar al paciente previamente, puesto que “la inmensa mayoría de las patologías cardiacas susceptibles de provocar muerte súbita o problemas cardíacos en el deportista de élite (las tres enfermedades básicas, cardiopatía isquémica, miocardiopatía hipertrófica y displasia arritmogénica del ventrículo derecho) se pueden diagnosticar previamente a través de diversas técnicas, en ocasiones invasivas”, concluye Pons.
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