Primeros acuerdos internacionales de ayuda

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La gran catástrofe que vive Haití tiene en vilo a gran parte de la comunidad internacional. El mayor desastre natural al que se ha enfrentado Naciones Unidas precisa, más que nunca, de la cooperación de todos los Estados.

Por el momento, dos de las mayores potencias del mundo, Francia y Estados Unidos, parecen haber puesto en marcha sus sistemas de ayuda.

Así, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, han acordado unir esfuerzos y trabajar “juntos” para ayudar a la población de Haití tras el terremoto del martes, así como la celebración de una conferencia internacional de donantes para recaudar dinero.

Ambos mandatarios han destacado la importancia de “socorrer” a las víctimas del seísmo y responder a esta “emergencia humanitaria”. Sarkozy y Obama apostaron por “coordinar estrechamente e intensificar sus esfuerzos sobre el terreno para salvar vidas, ayudar a los heridos y buscar y prestar asistencia a las personas desaparecidas”, según un comunicado difundido por el Elíseo.

Los dos presidentes defendieron la celebración “sin retraso” de una conferencia internacional para contribuir a la reconstrucción y el desarrollo del empobrecido país caribeño. Por este motivo, Sarkozy tenía previsto dialogar con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper.

“Haití no tiene vocación de ser un país mártir.

Esta nueva tragedia puede ser la última si la comunidad internacional se moviliza para ayudar a este país“, ha señaldo Sarkozy, que anunció el envío a Haití de dos buques militares franceses, uno de los cuales cuenta con dos quirófanos. Además, el mandatario francés añadió que en las próximas 48 horas llegarán a Haití 400 efectivos franceses de seguridad civil.

Por su parte, el secretario general Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha afirmado que transcurrirán varios días hasta que se pueda tener una idea aproximada del número de muertos causados por el terremoto. Ban ha señalado que más del 30% de la población del país ha sido afectada por el seísmo y el panorama es sombrío.

“Hay gente que sigue viva bajo los escombros y debemos salvar todas las vidas que podamos. Las necesidades son inmensas. Las necesidades son inmediatas. Sobre todo, insumos médicos, alimentos, agua, carpas, palas y equipamiento pesado”, ha declarado el secretario general.

El representante de Naciones Unidas también ha informado de la llegada a Haití de tres aviones franceses y uno de Venezuela con ayuda. También se encuentran en Haití equipos de rescate de Francia, estados Unidos y China y se esperan más.

“Uno de los hechos más conmovedores es la dimensión de la respuesta internacional. Hay personas de todo el mundo que quieren ayudar y uno de nuestros mayores desafíos va a ser ayudarlas a ayudar a Haití al máximo”, ha declarado Ban.

En cuanto a la situación del personal de Naciones Unidas, 150 empleados siguen desaparecidos y se calcula que al menos 100 estaban en el edificio principal que se derrumbó.

Sin embargo, pese a esta numerosa respuesta internacional, el asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para Emergencias y Desastres, el doctor Ciro Ugarte, ha advertido que los países deben evitar el envío de asistencia médica indiscriminada a Haití.

Despachar lo que sea y de inmediato es contraproducente, subrayó el experto de la OPS en rueda de prensa. También lo es enviar personal de salud de cualquier especialización. “En realidad ese es otro grave error y hemos escuchado que muchísimos países están ofreciendo el envío de personal médico de todo tipo. Ese personal no va a tener qué comer, no va a tener dónde dormir, no conoce la realidad de la zona, va a necesitar traductores, va a necesitar vehículos, seguridad, ¿quién se la va a proveer?”

El doctor Ugarte destacó que hay tres premisas fundamentales que todavía no están en marcha en Haití. “Uno es el de comunicaciones. No sabemos qué es lo que está pasando. Lo segundo es logístico. No hay posibilidad de movilizar a la gente, ni a los suministros, ni a los equipos de un lugar a otro, ni siquiera a los heridos. Y el tercer punto es la seguridad. La seguridad es un aspecto fundamental que en Haití ha sido un reto durante muchos años y en crisis como la actual es un reto mayor”.

En estos momentos, destacó el experto, es necesario enfocarse en salvar vidas, reducir el sufrimiento humano y restablecer lo más pronto posible los servicios de salud.

Agradecimiento del pueblo de Haití

Esta respuesta internacional ha sido muy bien recibida por las autoridades del país caribeño. El presidente de Haití, René Preval, ha agradecido el apoyo brindado por la comunidad internacional tras el terremoto y ha declarado que, pese a esta masiva reacción inicial, la solidaridad también debe extenderse a largo plazo.

En una entrevista a la cadena Telesur, Preval valoró la “respuesta positiva” de los países extranjeros y citó los ejemplos de Cuba o Venezuela. En este sentido, destacó que la comunidad internacional “se comporta muy bien”, pero incidió que la “ayuda a largo plazo será mucho mejor”.

“Es terrible decir que es necesario un plan para comprender lo que ha sucedido en Haití”,

lamentó, ya que se hace complicado evaluar los posibles daños y analizar dónde pueden quedar personas enterradas entre los escombros. “Hay calles enteras en las cuales desaparecieron todas las casas y todo Puerto Príncipe ha sido realmente afectado”, añadió.

Previamente, el presidente haitiano había informado de que las autoridades habían enterrado a unas 7.000 personas en una fosa común, un día después de estimar que el número de fallecidos podría oscilar entre los 30.000 y los 50.000. Según el balance estimativo de la Cruz Roja haitiana, las víctimas mortales podrían ascender a entre 45.000 y 50.000.

Además de esta cifra de fallecidos, también el terremoto ha producido que alrededor de 300.000 personas se hayan quedado sin techo en la capital de Haití.

“Alrededor de 3,5 millones de personas vivían en las zonas afectadas por las fuertes sacudidas”

, indicó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en una breve nota en la que no aporta ningún balance de víctimas. La Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), citada por la OCHA, ha estimado que algunas zonas han quedado destruidas en un 50%. El seísmo ha destruido el 10% de la capital y ha dejado a alrededor de 300.000 personas sin hogar, según las mismas fuentes.

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