Rafael Alcoceba se despide: “Me quedo con la espinita de no haber acabado la Estación de Autobuses”

Rafael Alcoceba se despide: "Me quedo con la espinita de no haber acabado la Estación de Autobuses"

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Este jueves dice adiós el arquitecto municipal de Logroño, Rafael Alcoceba. Hace casi ya 38 años, un joven llegaba a Logroño proveniente de Madrid “después de haber quedado segundo en las listas de Huesca”. Su primera mujer era de esta ciudad, hecho que “hacía que deseará quedarme aquí”.

Este profesional ha trabajado junto a seis alcaldes “prácticamente todos de la democracia”, excepto con Miguel Ángel Marín. En este transcurso de tiempo ha visto como la ciudad “se ha desdoblado”, y ha podido ser director o jefe de servicioya que no existían los directores” de numerosas obras en las que destaca el edificio del Ayuntamiento o la Plaza de Abastos (dos obras que recuerda con especial cariño y orgullo), el estadio de Las Gaunas o Las Norias, entre otros.

Un periodo de tiempo en los que, sin duda, “ha habido de todo”, ha pasado por momentos históricos para el país, como es la época de apogeo del terrorismo de ETA. Alcoceba recuerda la bomba del grupo terrorista en la Torre de Logroño, como uno de los momentos más difícil de su carrera tanto “en lo personal como en lo profesional”.

“Fue al salir de casa y coger la moto para venir aquí, cuando oí el estallido, fue una conmoción enorme cuando llegué y vi el escenario que se había creado. Fueron unos días en los que los nervios fueron los protagonistas, pero todo se resolvió lo mejor que se pudo”, confiesa el arquitecto.

Fue el año del final de la dictadura cuando entró al puesto que ha ocupado durante estos años. “En los primeros años de democracia, todas las ciudades cambiaron enormemente”, afirma, “cuando yo entré apenas había parques, y los que había pertenecían a familias como es el Parque del Carmen”. Sin embargo, en la actualidad todo aquel que venga a la ciudad puede disfrutar de un amplio abanico de zonas verdes, “los ayuntamientos han apostado por una ciudad limpia y abierta en la que creo”, admite Alcoceba. Incluso ya los polígonos industriales sugieren más “limpieza”.

Este seis de agosto cumple 70 años, es por ello por lo que se despide de un puesto en el no todo ha sido color de rosas, en el que ha tenido “que valer para un roto y para un descosido”. Esto no se enseña a la carrera, es por ello por lo que aconseja a los jóvenes arquitectos “que deben servir para todo, no solo para hacer las obras programadas y buenas, sino todas las obras que una ciudad necesite. Estar en el día a día”, aconseja Rafael.

Nunca es fácil decir adiós y más cuando lleva tantos años, pero “me toca vivir otra etapa en la que la arquitectura seguirá estando, no puedo quitarla de mi vida, soy arquitecto”, presume, aunque admite que la disfrutará “de otra manera, veré edificios u obras construidos por los que vengan”.

No olvida la construcción de la Estación de Autobuses que acabará en los próximos meses, la cual lleva más de tres años en activo con el a la cabeza, “es una espinita que se me queda clavada, el no verla acabar después de tantos años de lucha”. Pero promete ir a verla como ciudadano y como uno de los arquitectos que participó en la obra.

Años de trabajo, de garantía, de esfuerzo y gloria, han convertido a Rafael Alcoceba en un hombre que será recordado en todos los edificios de esta “diversa” ciudad.

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