Raquel Haro: “Sonreír es la única manera de sobrevivir a esta mierda”
En septiembre de 2021 la guionista Raquel Haro fue dada de alta tras superar un cáncer de mama, cuya vivencia ha plasmado con humor, ironía y naturalidad en un blog y, posteriormente, en un libro homónimo, Me falta una teta.
“Escribir sobre mi mierda de vida la ha convertido en menos mierda”, ríe la guionista. En la tarde de este viernes, y dentro de los actos para conmemorar el Día del Cáncer de Mama, Haro impartirá la charla ‘Cómo perder el pecho sin perder el humor’, a las 18:30 en el salón de actos de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja, ESDIR.
“Fue algo natural comenzar a escribir sobre lo que me estaba pasando, empecé a escribir unos mails y whatsapps enormes a mis amigos contándoles todo y dije, ¿por qué no lo convierto en un blog y se lo cuento a todo el mundo? En vez de dar la brasa a mis amigos, le di la brasa a todo el mundo”, recuerda bromeando sobre el origen de Me falta una teta. “Escribo desde el humor porque es mi manera natural de expresarme, siempre me he dedicado a esto, y por otro lado porque tenía mucho miedo de morirme y decía si me paso algo que mi hijo tenga un sitio dónde leer y ver la persona tan divertida que era su madre”.
Tras esto, se hizo papel, concretamente con la editorial Planeta, un sueño cumplido para Haro. “Desde un primer momento la respuesta ha sido brutal, no escribo para ayudar a nadie, sino para ayudarme a mí, pero tiene el efecto secundario de que ayuda a mucha gente, que ha pasado por la enfermedad o por la vida, en general”.
“Ha sido muy bonito, hablo del cáncer, de criar un hijo en la gran ciudad con la ayuda de tus amigas, de mis ligues...”, enumera. “A pesar de la enfermedad, la vida se abre paso, siguen pasando cosas” . Entre las anécdotas más destacadas: cómo conoció a Rigoberta Bandini gracias al blog. “Nos invitó a un concierto y allí perdí mi prótesis de mama, no era consciente en ese momento de la importancia de guardarla en el bolsillito del sujetador y de tanto saltar y saltar, la acabé perdiendo”. Un libro basado en sentimientos reales, pero no así todas las situaciones, “pero nunca desvelo esa información”, bromea. “Hay alguna situación y nombres cambiados, sino nadie de mi familia me hablaría”.
“Igual es más sencillo reirte de los demás, pero creo que es más graciso reirte de una misma”, reflexiona. “El reírme un poco de mí misma me ayuda a verlo con cierta distancia, creo”.
“Sonreir es la única manera de sobrevivir a esta mierda y, además, tengo que amortizar mi blanqueamiento dental”, bromea. “Quiero transmitir esa alegría”.
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