Todos a una para evitar complicaciones
En el marco del 2º Seminario Europeo sobre Diabetes organizado por Bayer HealthCare en Basilea (Suiza), un grupo de expertos internacionales ha hecho un llamamiento para concienciar a la población sobre la importancia de controlar la diabetes, con el fin de prevenir las complicaciones asociadas a la enfermedad. Los especialistas también debatieron sobre qué personas son más propensas a padecerla, los tratamientos disponibles, y la importancia de controlar la glucosa en sangre.
David Simmons, Director Médico y de Asuntos Clínicos de Diabetes Care en Tarrytown (Estados Unidos), expuso la dramática situación de esta patología tanto en Europa como en otros países. Simmons se centró en la progresión natural de los dos tipos de diabetes (1 y 2) y proporcionó una visión general de las complicaciones asociadas a ellas. Recordó también los costes económicos de la diabetes, tanto para la sanidad pública como para los pacientes y sus familias, y añadió que “un buen control de la diabetes es esencial para mejorar los resultados, aunque es difícil conseguirlo”.
Oliver Schnell, del Instituto de Investigación de Diabetes de Munich (Alemania) insistió en la importancia de los análisis de glucosa en sangre. Numerosos estudios han demostrado que los propios controles por parte del paciente contribuyen de manera significativa a la mejora de los resultados y a la prevención de las complicaciones secundarias. Los pacientes con diabetes se implican activamente en la modificación de su conducta en lo que respecta a los horarios de comida, las actividades deportivas que practican y la medicación si conocen sus niveles de azúcar. Como las variaciones de glucosa en sangre pueden o no provocar síntomas, es necesario tener un mejor conocimiento de los beneficios de controlarla, independientemente del tipo de diabetes o del tratamiento. Sin embargo, para evitar el riesgo de complicaciones secundarias, es preciso controlar sistemáticamente los niveles de glucosa.
Antonio Ceriello, del Instituto de Investigación de Ciencias Clínicas de la Warwick Medical School (Reino Unido) comentó que tienen una especial relevancia los valores de la glucosa postprandial (después de comer). A diferencia de las personas sanas, los niveles de glucosa en sangre de los pacientes diabéticos se regulan muy lentamente y de forma insuficiente después de la ingesta, un fenómeno que la Federación Internacional de Diabetes (FID) ha tenido en cuenta en sus “Guías para el control de la glucosa postprandial”.
Ceriello, también Presidente del Comité de Dirección de la FID, resumió las recomendaciones que se recogen en las guías: la hiperglucemia postprandial es perjudicial y debe ser tratada; deben combinarse terapias farmacológicas y no farmacológicas para el tratamiento; después de dos horas -aseguran- la glucemia postprandial no debería exceder en sangre de 140 mg/dl.
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