Treguajantes vuelve a la vida gracias al cariño de sus jóvenes: “Somos una gran familia”
Carameño, carameña, que quiere decir “persona trabajadora” es el gentilicio de la aldea riojana de Treguajantes. Perteneciente al municipio de Soto, este enclave riojano se deshabitó en los años 60, pero hoy, vuelve a la vida, gracias a la labor de sus gentes que, haciendo justicia a este gentilicio, luchan por poner en valor su patrimonio desde la asociación Virgen de Serrias.
Fue el pasado martes cuando la aldea celebró la colocación de las nuevas cúpulas en su iglesia de San Martín. “La subida fue muy rápida, la agarraron sin problemas, la que dio más problema fue la del campanario, costaba casarla y para subirla había poco espacio y había que hacer maniobras, ayudó todo el que estuvo viendo a subirla con una cuerda, para que no se diera contra la pared”, agradece Lucía Olivas, presidenta de la asociación Virgen de Serrias.
Y es que, la cúpula central ha sido elaborada por hierro reciclado que los carameños y carameñas fueron recopilando y construida por los propios albañiles del pueblo, de Construcciones Calegar. “El que ha hecho la torre del campanario ha sido Claudio Alonso Audino, que tiene unos talleres mecánicos en Albelda”, detalla.
La estructura fue financiada, con 45.781,20 euros por el Gobierno de La Rioja, a través de la Consejería de Educación, Cultura, Deporte y Juventud, con 12.000 euros por parte del Ayuntamiento de Soto. El dinero para poder colocarla con una grúa se consiguió, como explica Olivas, a través de aportaciones conseguidas en la realización de diversas actividades y lo depositado en un buzón en la iglesia. “Empezamos a crear diferentes vídeos y campañas para que la gente se sumasen a la causa, mucha gente venía al pueblo a ver qué estaba pasando y siempre alguien te dejaba algo de dinero en el buzón o palabras de ánimo, que eso también hace mucho”.
El siguiente paso: conseguir financiación para colocar un pararrayos. “Haremos una fiesta de inauguración de la iglesia, cuando estén acabados los pórticos, en septiembre, más o menos, para poder recaudar un poco de dinero.”
A partir de agosto esta asociación trabajará en reconstruir la ermita de Serrias. “Hemos estado limpiando y desescombrando y ahora es cuando nos pondremos a tope a arreglar las paredes y quitar todo el escombro que falta, el objetivo es que para verano del año que viene casi tenga el tejado”.
Una gran familia
Carameños y carameñas realizaron, además, paseos guiados para dar a conocer su aldea, una iniciativa que nació en San Román y que “fue un éxito total”, “Subió gente de Logroño, de los pueblos de alrededor, estaban viendo que en Treguajantes pasaba algo, pero querían verlo de primera mano, los chavales nos organizamos y cada uno les explicaba una parte del pueblo y organizamos una degustación de migas”.
La asociación Virgen de Serrias está compuesta por más o menos treinta personas, por lo general, descendientes de la aldea por parte de abuelos, como relata Olivas, quince de ellas van a la aldea todos los fines de semana, siendo una persona, Doro, la que vive todo el año, dedicándose al cuidado de las cabras. “Mi abuela nos pregunta '¿por qué subís a ese pueblo?' ellos allí han estado viviendo en penuria, la vida en el pueblo era muy dura, luego alucinan con lo que hemos conseguido, con la Iglesia”. El cariño de estos jóvenes por su pueblo es lo que les mueve: “tú subes al pueblo y te sientes en una gran familia, es llegar allí y sentirte bien, es mi lugar”.
*Fotos cedidas por Lucía Olivas, presidenta de la Asociación Virgen de Serrias
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