Tres scouts riojanos viajaran a Marruecos para colaborar en laborales de restauración
Contribuir a dejar el mundo “un poco mejor de lo que nos lo hemos encontrado” es uno de los propósitos más importantes que mantienen los grupos scouts en cualquier parte del país y, como no podía ser de otra manera, también en La Rioja. Con ese lema de fondo, tres voluntarios riojanos emprenderán un viaje a Marruecos para participar en un proyecto con el que pretenden adecuar una zona de acampada para mejorar la vida de todos los que viven allí.
Una hazaña para la que ya ultiman preparativos los riojanos, Sara del Campo (presidenta de Scouts de La Rioja), Alejandro Ruiz y Judith Catalán. Juntos, aunque viajarán en días separados, se han embarcado en este proyecto de la mano de la ONG 'Felicidad Sin Fronteras' y una vez allí cumplirán, durante quince días en julio, con sus obligaciones con participantes de otras partes de España e incluso con jóvenes de México, Francia, El Salvador y Chile.
Una experiencia “única” y “vital”, según ha definido a Europa Press la monitora, Sara del Campo, que se muestra, además, “muy ilusionada” gracias a este proyecto de restauración que se desarrollará en el campamento de 'Toumlilin' del Atlas Medio, en concreto, en el bosque de cedro (Azrou, Marruecos). Azrou es una ciudad desconocida para la mayoría de los turistas que, sin embargo, atesora una gran riqueza natural.
En el campo de trabajo social internacional en el que participarán los riojanos, su cometido será realizar una restauración de los espacios juveniles abandonados y les darán vida mediante implementación de los Campamentos Scouts. El objetivo del proyecto es fomentar el trabajo scout juvenil activo como herramienta de participación en la sociedad.
Se trata de colaborar en una iniciativa social “importante” porque tal y como ha indicado Sara del Campo “el fin de los scouts es contribuir a mejorar las cosas” por ello “nosotros vamos con toda la ilusión del mundo a ayudar a esta zona tan perjudicada y restaurar este campamento, sobre todo, para que los niños de Marruecos puedan disfrutar de él”.
EXPERIENCIA PERSONAL
A todo ello se suma, como no podría ser de otra manera, “la gran experiencia personal” que adquiere cada uno durante el viaje en donde se unen “los intercambios culturales, el esfuerzo de un trabajo diferente en un lugar completamente distinto al que estamos acostumbrados, los conocimientos que adquieres, la amistad con nuestros compañeros y las experiencias vitales que se quedan en nuestra memoria”.
Del Campo sabe de lo que habla porque hace dos años ya participó en una iniciativa parecida en otro campo internacional de scouts. Tras esa experiencia, “tenía claro que quería volver a repetir, y ahora he vuelto a tener la oportunidad de hacerlo”. A pesar de que “el trabajo va a ser duro, nosotros tenemos claro lo que queremos hacer, contamos con personal técnico que nos ayudará a realizar nuestras tareas y nosotros llevamos las ganas y las fuerzas para trabajar lo mejor posible y conseguir nuestros objetivos”.
La zona de acampada en donde realizarán su trabajo puede acoger hasta unas cuatrocientas personas y cuenta con cabañas, áreas de alojamiento, de trabajo, zonas de comedor, de reuniones, duchas, baños y cualquier tipo de instalaciones pero “a día de hoy están muy deterioradas”.
Por ello, “nosotros durante estos quince días, vamos a mejorar esos tejados rotos, por ejemplo, y arreglar todo lo que podamos para que los niños puedan disfrutar de esta zona que, además, tiene un encanto especial”. Ellos comenzarán el trabajo, aunque, como bien ha detallado, es un proyecto a largo plazo que se irá realizando entre los meses de julio y agosto. “Cuando nosotros nos vayamos, en agosto llegará la segunda tanda para proseguir con el trabajo”.
Entre las vulnerabilidades más importantes que presenta el campamento están la ausencia de cimentación, las deficiencias causadas por la humedad, las irregularidades en planta y en altura, las deficiencias en la edificación de las cabañas, las duchas y los baños, la falta de protección contra la humedad, los agrietamientos, las filtraciones de agua y el desmoronamiento de los muros.
Allí, además, también tendrán otro trabajo importante “concienciar a los ciudadanos del cuidado del medioambiente”. También aprovecharán su tiempo libre para hacer excursiones, conocer la zona, irán al desierto, conocerán la cultura marroquí y se adentrarán en ella para “llevarnos toda la riqueza cultural que podamos aunque tan solo sea en quince días”.
Para Sara del Campo el escultimo es “una forma de vida, con la que disfruto”, al igual que sus compañeros, por eso “siempre que puedo, cuando tengo vacaciones en mi trabajo habitual, me gusta poder viajar con los scouts y dar lo que tengo de mí para ayudar a los demás y enriquece enormentente”.
El campo de trabajo está dirigido, especialmente, a las personas con experiencia en el mundo Scout y que les gustaría ser voluntarios en un país subdesarrollado, aprender acerca de la cultura local, estudiar el idioma árabe y estar en contacto con la naturaleza.
Este año se desarrolla la segunda edición del campo de trabajo scout promovido por la Delegación del Ministerio de Jóvenes y Deportes de Marruecos de Ifran y la Delegación de la Organización Scout de Errachidia, coordinado desde la Dirección de la asociación 'Felicidad Sin Fronteras'.
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