Una familia protesta ante el Ayuntamiento de Lumbreras: “van a reformar la plaza pero no podemos abrir un restaurante”

Una familia de San Andrés ha comenzado una protesta pública en Lumbreras ante lo que consideran una nefasta gestión del Ayuntamiento de Lumbreras. Tras realizar una importante inversión en dos de sus propiedades en esta pedanía camerana, aseguran que el Ayuntamiento les impide abrir su negocios.

Denuncian además que se vayan a gastar 30.000 euros en la reforma de la plaza del pueblo mientras que las comunicaciones de telefonía e internet siguen siendo claramente deficientes.

Los protagonistas de esta historia compraron dos casas en San Andrés y abrieron un alojamiento turístico. Ahora, en el bajo del mismo quieren abrir un restaurante. El arquitecto ya ha preparado el proyecto y se ha comenzado con la inversión pero el Ayuntamiento de Lumbreras, municipio al que pertenece San Andrés, paralizó la tramitación porque el uso actual de ese suelo no permite la apertura al público de ningún establecimiento. “Podemos tener un restaurante para dar de comer a los huéspedes pero no abrirlo al público que es lo que queremos y lo que además daría más vidilla al pueblo y a la zona”, explican.

Hace ya medio año, en noviembre, pidieron al Ayuntamiento el cambio en el uso del suelo ya que, según les explicaron en la COTUR, se trata de un trámite sencillo que requiere sólo de “voluntad política”, sin embargo, a día de hoy siguen esperando una respuesta. “Lo más curioso”, dicen, “es que el propio ayuntamiento tiene un restaurante de titularidad municipal a través de una concesión en un local sin la calificación de suelo necesaria, pero ahí no pasa nada”.

A esto se suman las dificultades en las comunicaciones. “No tenemos ni TDT, ni cobertura de móvil ni datos. Sólo puedes comunicarte si tienes Movistar y únicamente a través de llamadas telefónicas”, explican, “tenemos clientes cada fin de semana y no tienen cobertura ni pueden ver la tele. La única forma de verla es a través de un decodificador por satélite que cuesta 400 euros. Ahora queremos abrir un hotel de ocho habitaciones y necesitaríamos un aparato en cada habitación además de llenar el tejado de parabólicas”.

No entienden como un pueblo “que tiene dinero” no invierte en mejorar las comunicaciones de sus aldeas. “Van a gastar ahora 30.000 euros en arreglar una plaza que no tiene ninguna necesidad porque está bien. Y mientras tanto dejan morir los pueblos porque aquí sólo viven cinco personas y el alojamiento rural es importante. Nos llamó una chica para alquilarlo una temporada larga para trabajar desde aquí pero no pudo ser porque no hay internet”.

“Creemos que en el siglo XXI tampoco estamos pidiendo tanto”, concluyen, “luego dicen que apuestan por la repoblación rural pero sólo ponen trabas cuando quieren hacer algo porque nos dicen que abramos el restaurante sin contar con el uso del suelo pero nosotros queremos hacer las cosas bien para no tener problemas en el futuro y queremos sobre todo poder ofrecer a nuestros clientes todos los servicios necesarios”.