El acuerdo para atajar la crisis de Más Madrid en el Ayuntamiento no cicatriza las tensiones internas

Las tensiones en el grupo de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital no han cicatrizado. Las diferencias entre la minoría más próxima a Manuela Carmena y los afines a Íñigo Errejón no han logrado salvarse del todo con el último intento de los concejales para atajar la crisis provocada por la desvinculación de una parte de los ediles de la construcción de Más Madrid como partido. Desde la salida de Marta Higueras de la portavocía, una decisión adoptada por unanimidad para que la relevara Rita Maestre, dos concejalas han dejado su acta en el Ayuntamiento de Madrid.

Hace un mes y medio, Estrella Sánchez comunicó que renunciaba por las “heridas” abiertas en el grupo municipal, según expresó en declaraciones a Europa Press. Esta semana, se ha oficializado en el Pleno de Cibeles la salida también de la edil Marta Gómez Lahoz. La concejala alude, en conversación con elDiario.es, a “falta de motivación” pero niega que su renuncia esté vinculada a motivos internos. Con ella, ya son cinco de 19 los ediles que han abandonado su cargo institucional en Más Madrid en este año y medio de mandato: Manuela Carmena, Pablo Soto –tras una denuncia por acoso sexual–, Inés Sabanés –ahora diputada en el Congreso por Más País– y Estrella Sánchez.

El proceso de construcción orgánica de Más Madrid avivó en la primavera y principios del verano la división en el seno del grupo. Marta Higueras, José Manuel Calvo y Luis Cueto manifestaron públicamente su rechazo a militar en la nueva plataforma abriendo un cisma sobre cómo configurar el espacio político. La decisión tuvo repercusión a nivel institucional. Los ediles, adscritos o no a la nueva plataforma, debían seguir conviviendo y trabajando juntos en el Ayuntamiento de Madrid. El sector minoritario entonces reclamó más autonomía para que el grupo no se partiera en dos.

El acuerdo llegó a finales de julio con la remodelación de la dirección del grupo municipal. Los más afines a Carmena aceptaron el relevo de Marta Higueras por Rita Maestre al frente del grupo para acabar con la bicefalia y una secretaría adjunta de nueva creación quedó en manos de una concejala, Maysoun Douas, no vinculada al recién creado partido político. El pacto de “respeto mutuo” incluía también una “asignación de recursos” suficiente al sector minoritario, según confirman varios ediles.

Estos términos, negociados, permitieron que el nombramiento de Maestre como portavoz saliera adelante por unanimidad. “Con este acuerdo se marca finalmente un camino de trabajo coordinado entre las diferentes sensibilidades del grupo municipal que afrontará el curso político con energías renovadas”, decía el comunicado emitido por Más Madrid que admitía implícitamente las diferencias internas.

El objetivo entonces era evitar un enfrentamiento público que pudiera erosionar la labor de oposición al Gobierno de José Luis Martínez–Almeida. De haberse votado los cambios, los afines a Errejón habrían tenido la mayoría garantizada igualmente pero se corría el riesgo de profundizar la brecha.

Pero el entente cordiale no ha puesto punto y final a las disputas internas. Pese a que ahora la coordinación está más engrasada, los concejales desvinculados del partido, más proclives a construir en 2023 una candidatura municipalista pactada con formaciones como Podemos o PSOE, consideran que lo acordado se está “cumpliendo a medias y a regañadientes” en lo relativo a la disposición de recursos propios –por ejemplo, asesores para la comisión que preside Marta Higueras– y que “se impone el rodillo” en las decisiones.

La contraparte mayoritaria quita peso al conflicto y niega diferencias de estrategia política a la hora de hacer oposición. “En julio acordamos una forma de convivir, tenemos reuniones todas la semanas. Son cuestiones menores dentro del esfuerzo por ceder y acomodarnos”. Los de Rita Maestre consideran que se han “consolidado” como proyecto político en estos meses pese a los desencuentros internos en el grupo y al escenario poco optimista que se abrió tras la derrota electoral hace un año y medio.

En las desavenencias entra en juego también lo económico, que ha sido una fuente de tensión en Más Madrid desde las últimas elecciones, cuyos malos resultados dejaron temblando las cuentas del partido. Los ediles y demás equipo municipal (vocales vecinos, asesores…) hicieron un desembolso de cerca de 3.000 euros para asumir el pago a proveedores, lo más urgente. Los de Higueras aceptaron las condiciones económicas a cambio de más autonomía en el grupo municipal con respecto a las directrices impuestas desde la dirección de Errejón.

Las dos últimas deserciones del grupo han dejado paso a dos nuevos concejales. Felipe Llamas, ex director de gabinete de Manuela Carmena en su etapa de alcaldesa, y Amanda Romero, que aún no ha tomado posesión del acta. El primero, muy próximo a la exregidora, se define en una entrevista en El País como un “hombre de paz” que tenderá puentes en el grupo municipal para “dejar atrás quienes son los míos o los tuyos”.

En la práctica, su incorporación da aire a un sector menguante y cada vez más minoritario con las renuncias. Varios concejales coinciden, no obstante, en que su talante pacificador no avivará las pugnas internas, que prometen prolongarse hasta que la cercanía de las elecciones ponga negro sobre blanco los dos proyectos políticos representados en un mismo grupo municipal.