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Andrea Levy inaugura la nueva Serrería Belga sin proyecto cultural ni vecinos

Una de las plantas del edificio de Medialab Prado, en el centro de Madrid.

Peio H. Riaño

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El proyecto de Andrea Levy para “bombear cultura” desde la Serrería Belga, en el barrio de Las Letras, acaba de inaugurarse. Arranca con dos exposiciones, conciertos gratuitos (inaugurados con Ana Curra y pasarán Joan Motos, Joni Jiménez o La Dani) y talleres gastronómicos como el de Historia y Arte a través de las patatas bravas. La responsable del Área de Cultura, Turismo y Deporte desalojó hace un año y medio el Medialab Prado del edificio histórico y desmontó uno de los proyectos culturales más vanguardistas de Europa, premiado en 2016 por la Fundación Europea de la Cultura por su espíritu colaborativo y su concepción como institución cultural abierta a la participación.

Levy lo reabre convertido en “Espacio Cultural Serrería Belga”, gracias a los 30 votos a favor de PP, Ciudadanos y Vox y los 27 en contra de Más Madrid, PSOE y Grupo mixto. De momento, el nuevo centro cuenta con cerca de 4.000 metros cuadrados, tal y como aseguran desde el Área de Cultura. El proyecto carece de dirección, una decisión muy poco habitual en las instituciones culturales. La gestión del mismo la hará la empresa municipal Madrid Destino, pero no hay un responsable de la programación. Tampoco se conoce la misión declarada del nuevo centro, aunque en un artículo reciente, Levy resumía el sentido de la programación del edificio reconvertido: “Cosas que tengan que ver con la ciudad”.

En la planta baja se expone “Sonido Madrid”, comisariada por Gema Polanco, en la que realiza un recorrido por la escena musical madrileña del primer cuarto del siglo XXI. Y en la nave colindante, una parte de la colección municipal de Arte Contemporáneo, con una amplia representación de mujeres artistas que salen ahora de los almacenes, pero solo por unos meses. El montaje que ahora se inaugura incluye obra de 30 autores y autoras extraordinarias como Isabel Quintanilla, Amalia Avia, Menchu Gal, Carmen Calvo, Juan Genovés, Equipo Crónica, Lucio Muñoz, Marta Cárdenas, Eva Bensasson o Cristina Garrido. 

Una vez finalice la muestra, las obras de todas estas artistas volverán a guardarse de la vista pública. El Museo Municipal de Arte Contemporáneo, en el Centro Cultural Conde Duque, mantiene una parte de sus instalaciones cerrada y a la espera de ejecutar la ampliación que está aprobada desde la legislatura anterior, con el gobierno de Manuela Carmena. La Serrería no será, como se indicó desde Cultura en el momento del desmantelamiento de Medialab, la nueva sede del museo. 

Un centro de confusión

En la veintena de páginas desarrolladas por el Área de Cultura sobre el nuevo espacio, en un primer informe escrito en 2021, se aventuraba la ausencia de una línea clara de programación: “Será de uso expositivo, demostrativo, formativo o de experimentación cultural”. En la actual memoria justificativa del proyecto tampoco se aclara. Indica que el Área de Cultura quiere promover “que la Serrería Belga ahonde en los valores, posibilidades y oportunidades como espacio cultural para la reflexión, el encuentro, la producción y la divulgación de contenidos culturales”. Estos motivos podrían ser compartidos con el extinguido Medialab Prado, pero la mayor diferencia entre el pasado y el futuro es que el proyecto de Levy aspira a “ampliar y diversificar” los usos culturales de los espacios. Desde el Área se asegura un enriquecimiento de la oferta de contenidos, aunque apenas se ha adelantado que tiene que ver con ocio gastronómico.

“Estamos hartos. Cerraron Medialab Prado y nos dejaron sin espacio vecinal. No nos lo han devuelto. Teníamos, por ejemplo, una biblioteca para el barrio con más de 3.000 ejemplares y ha desaparecido. Los padres y los niños a la salida de la escuela venían aquí antes. Ya no pueden”, cuenta Víctor Rey, presidente de la asociación vecinal del barrio de Las Letras, que lamenta el cambio de uso del edificio histórico. Dice que el Área de Cultura ha entregado otro servicio más al turismo en un barrio que a pesar de ser de las letras sigue sin biblioteca. 

Más público, menos vecinos

Desde el Área de Cultura reconocen por escrito a este periódico que “como toda programación”, la de la Serrería Belga estará “sujeta a las directrices marcadas desde el Área de Gobierno de Cultura”. No habrá un responsable independiente a Cibeles, será Cibeles directamente quien se responsabilice del plan cultural que más le interese. También confirman que el centro está dedicado al público y los profesionales de la cultura, pero no a los vecinos de Las Letras: “Este nuevo servicio cultural plantea que las líneas de actividad sean de interés para una amplitud de públicos”. Además, la nueva Serrería “se define como punto de encuentro para los sectores profesionales de la cultura en Madrid”, indican ante la pregunta de qué espacios están dedicados a los vecinos.

“Esto es un espacio mercantilizado y se acabó. Esto es lo que hay. El edificio está vacío. La Nave Alameda sigue de la misma manera en la que fue cerrada hace año y medio. Lo único que han hecho ha sido destabicar en la otra nave”, cuenta Víctor Rey tras su visita al lugar con unos padres del AMPA del colegio de educación infantil y primaria Palacio Valdés. Los gastos de la actividad para 2022 son de 379.000 euros y 367.000 euros para la estructura. La reforma de adecuación al nuevo espacio la han realizado los arquitectos Langarita y Navarro, autores de la restauración del edificio en al año 2012. 

Sobre la política de alquileres del centro, indican que “está enmarcada dentro de los estatutos desarrollados y regulados por Madrid Destino para sus centros adscritos” y que los espacios de alquiler “siguen siendo los mismos que se aprobaron en el decreto inicial de 2012”.

Un espacio sin proyecto

La oposición tampoco está de acuerdo con la propuesta del nuevo centro. “Nunca hubo proyecto, nunca nos dieron nada por escrito. Solo un batiburrillo de ideas inconexas que demuestran que esto fue una muestra de cabezonería de Andrea Levy y de su equipo por acabar con un espacio premiado internacionalmente y que servía a los ciudadanos. Ahora pasamos a un formato multiusos con la puerta abierta de par en par a intereses privados de todo tipo”, asegura Mar Espinar, diputada del PSOE.

“Levy cerró el espacio durante años a la espera de darle una forma que acaba por transformarse en un todo vale cultural, sin personalidad y sin destacar por absolutamente en nada. Una especie de galería con añadidos de todo tipo que se queda a escasos metros del Paseo del Prado sin poder competir con su entorno, sin esencia alguna y sin interés para la ciudadanía”, añade Espinar. Para la portavoz del PSOE, lo más preocupante es que siga sin acometerse la obra del Museo de Arte Contemporáneo, en Conde Duque.

Pilar Perea, diputada del grupo Más Madrid, lamenta que el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Conde Duque siga sin abrir las tres salas proyectadas y sin presupuesto desde hace años. “La Serrería es un edificio que se desalojó de manera urgente sin tener ningún proyecto alternativo para el centro. Han gastado 700.000 euros públicos para una exposición. El proyecto es una suma de vaguedades, un capricho sin un programa independiente de las decisiones políticas del Área de Cultura. A la señora Levy el edificio debió de parecerle demasiado bonito para Medialab Prado”, sostiene.

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