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Nada dura en la sanidad de Ayuso: su último fichaje estrella cae cinco meses después de ser nombrado

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la consejera de Sanidad, Fátima Matute, este jueves en un acto.

Fátima Caballero

Madrid —

24

Juan José Fernández Ramos ha durado apenas cinco meses en el cargo. Su nombramiento como único viceconsejero de Sanidad y director general del SERMAS el pasado 6 de julio cayó como una bomba en la Consejería. Isabel Díaz Ayuso decidía –tras su primera mayoría absoluta el 28M– remodelar el departamento que gestiona la sanidad madrileña y concentrar todo la gestión en su figura. Para ello cesó a todo el equipo directivo de la anterior legislatura. Fernández Ramos ascendía con plenos poderes en la Consejería de Sanidad para sorpresa de muchos, a la vez que aterrizaba Fátima Matute como consejera, una médica especializada en radiología que procedía del grupo Quirón pero sin ninguna experiencia en gestión.

“Su nombramiento fue una decisión personal de Ayuso, ahí no tuvo nada que ver la consejera que acababa de aterrizar y que desconocía el funcionamiento interno de la Consejería porque provenía del sector privado”, asegura una fuente que conoce bien el departamento. La concentración de poder en Fernández Ramos vino precedida del cese del hasta entonces viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Fernando Prados Roa, un fichaje personal de Ayuso la pasada legislatura, quien estuvo detrás del hospital de campaña de Ifema y del polémico Hospital Isabel Zendal. A la larga lista de cesados también se unieron Pedro Irigoyen, hasta entonces viceconsejero de Gestión Económica. La reestructuración de la Consejería era la cuarta en apenas dos años, para una departamento que gestiona más de 10.000 millones de presupuesto y un personal de más de 90.000 personas.

La salida este miércoles del ya exviceconsejero supone ahora otro terremoto similar al de su nombramiento. Fuentes consultadas por esta redacción aseguran que la decisión se trata de un cese “fulminante” que ni el propio Fernández Ramos se esperaba. “El martes estuvo acompañando a la consejera en un desayuno informativo y desde luego su actitud era la contraria a la de una persona que sabe que le quedan horas en su puesto”, relata una persona que asistió al desayuno y estuvo conversando con Fernández Ramos. “Su actitud era la de estar imbuido de poner y vanidad”, añade.

La decisión de su cese fue comunicada por el consejero de Presidencia y Justicia y portavoz del Gobierno, Miguel Ángel García Martín, al día siguiente en la rueda de prensa tras el consejo de gobierno. El consejero lo atribuyó a un tema de “ajustes internos” e informó de que el cargo lo asume Laura Gutiérrez, hasta ahora jefa de gabinete de la consejera Matute, también sin experiencia de gestión previa.

Además de la nueva viceconsejera, Ayuso ha nombrado como nuevo secretario general de Sanidad de la Comunidad de Madrid a Francisco Lobo Montalbán, un ex alto cargo del primer gobierno de Ayuso que fue cesado por su imputación en 'Púnica' en medio del gobierno de coalición con Ciudadanos y al que la Audiencia Nacional sacó de la pieza 9 sobre presunta financiación irregular del PP de Madrid. Tal y como desveló elDiario.es, Lobo Montalbán entró en los gobiernos de Madrid en 2003 de la mano de Esperanza Aguirre y era consejero de Avalmadrid en 2011, el año que se concedió el polémico aval al padre de la presidenta madrileña.

“Todo apunta a que se trata de una lucha de poder entre Matute y Fernández Ramos en la que claramente ella ha sido la ganadora”, asegura una fuente interna de la Consejería. “Ella llegó sin saber nada pero no se ha dejado ningunear”, añade. Junto a Fernández Ramos también salen de la Consejería el secretario general, Joaquín Rubio y José Macía Losada, hasta la fecha director general de Gestión Económico-Financiera de la Consejería. Ambos habían sido nombrados por Fernández Ramos, a los cuales conocía de su etapa de gerente del hospital de Móstoles, su primer destino en Madrid procedente de Galicia hace casi dos décadas.

Fernández Ramos ya llegó acompañado de polémicas. Como desveló elDiario.es el pasado julio, el exviceconsejero discriminó a una trabajadora por haber sido madre cuando fue gerente del hospital Moncloa en Madrid, un centro sanitario privado propiedad de la aseguradora Asisa. Así lo plasma una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 2013, que condenó al hospital por un caso de acoso laboral por “discriminación por razón de sexo” que protagonizó Fernández Ramos contra la entonces directora de enfermería del centro sanitario. La respuesta del Gobierno regional ante aquella información fue que eran hechos “ajenos a la Comunidad de Madrid”.

Nombramiento a dedo del gerente del SUMMA 112

El cese de Fernández Ramos y su equipo viene precedido por otra gestión controvertida del ya exviceconsejero. Solo quince días después de ser nombrado, salió de la Consejería el gerente del SUMMA 112  Manuel José Guiote, elegido en septiembre de 2022 mediante concurso de méritos como establece la ley del Buen Gobierno, que ahora el Ejecutivo regional de Ayuso pretende cambiar. Fernández Ramos nombró entonces a dedo en septiembre Pedro Muñoz para el cargo. Ni la salida de Guiote ni el nombramiento de Muñoz figuran en el boletín oficial de la Comunidad de Madrid. Desde la Consejería lo justifican asegurando que Muñoz “está provisional”.

Algunas fuentes achacan a esta decisión de Fernández Ramos su destitución. Otras consideran que es “la excusa” que ha encontrado la nueva consejera, con el beneplácito de Ayuso, para cesarlo. “Algo más ha pasado porque el se veía muy seguro hace solo dos días”, asegura un trabajador de la Consejería.

La ley de Buen Gobierno obliga a que la elección de gerentes se haga a través de un concurso de méritos. “El nombramiento de Muñoz fue un escándalo por cómo había llegado por el dedazo, aunque no fue el único nombramiento”, dice un exdirectivo de la Consejería en conversación con esta redacción. Lo que llama la atención, asegura, es que Fernández Ramos había conseguido que el Gobierno esté impulsando una reforma de la ley del Buen Gobierno para “devolver al Consejo de administración del Sermas la posibilidad de ejercer las competencias que le son propias y poder elegir, de entre los mejores, a los gestores de los hospitales”. Es decir, que el Sermas vuelva a elegir a dedo a los gerentes de los hospitales.

La reforma está incluida en la ley que modifica hasta 15 textos legislativos, con la que Ayuso también pretende controlar la Cámara de Cuentas, blindarse la tutela de Telemadrid y cambiar la elección del Consejo de Transparencia. La norma pasó este jueves el primer trámite gracias a la mayoría absoluta del PP y se aprobará definitivamente en las próximas semanas.

También incluye “devolver al Consejo de administración del Sermas la posibilidad de ejercer las competencias que le son propias y poder elegir, de entre los mejores, a los gestores de los hospitales, agilizando los nombramientos y ofrecer así una respuesta más rápida y eficiente a las necesidades de cada centro hospitalario”. Esto implica que los gerentes ya no tendrán que presentarse a un concurso público y su nombramiento será indefinido.

Una constante de ceses y dimisiones

La noticia de los ceses también ha sorprendido a los sindicatos que lamentan la “inestabilidad” en la consejería. “En los dos años anteriores hemos vivido hasta tres remodelaciones”, explica la secretaria general del sindicato mayoritario de médicos Amyts, Ángela Hernández. “Es un asunto interno de la consejería, pero la gestión de la sanidad madrileña se merece una continuidad y sobre todo que las decisiones se basen en criterios técnicos”, reclama Hernández. La portavoz de Amyts critica además que el cese se haya producido en medio de las elecciones sindicales.

La presidenta de la Comunidad de Madrid siempre ha presumido de tener un Gobierno estable, pero la realidad es que esto no se ha visto reflejado nunca en la consejería de sanidad que en los cuatro años que ha tenido a Ayuso de presidenta se ha visto afcetada por ceses, renuncias y dimisiones, en un departamento que gestiona la sanidad pública madrileña con un presupuesto de 10.000 millones y más de 90.000 trabajadores y que ha cobrado especial importancia tras la pandemia.

El último año, salieron de la Consejería la gerente de Atención Primaria –una dimisión que coincidió con la reapertura de las urgencias extrahospitalarias y las exigencias de los médicos de familia que terminó en huelga–, el director general de Asistencia Sanitaria y Aseguramiento del Servicio Madrileño de Salud, o el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, entre otros muchos otros. También durante los meses de la pandemia cesaron o dimitieron hasta 16 cargos de la Consejería. La última gran remodelación de julio ha saltado ahora por los aires con el cese de Fernández Ramos y su equipo más cercano.

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