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Almeida anunció el parking de El Retiro sin medir la demanda ni cómo impacta en la contaminación

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. / Europa Press

Sofía Pérez Mendoza

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El proyecto de hacer un parking subterráneo en el El Retiro está lleno de lagunas. El Ayuntamiento de Madrid lleva semanas matizando el escueto anuncio que José Luis Martínez-Almeida hizo a mediados de enero para construir un aparcamiento bajo tierra entre la calle O'Donell y el hospital Niño Jesús. La infraestructura cogió por sorpresa a su socio de Gobierno, Ciudadanos, y a los vecinos, que se han levantado contra el proyecto.

Ahora, el propio Consistorio admite que aquel anuncio se hizo sin que el Ayuntamiento tuviera cuantificada la demanda de los vecinos y sin medir cómo afectaría esta nueva infraestructura, que pone a disposición más plazas de aparcamiento, al tráfico y a la contaminación de la zona, ya especialmente alta.

La portavoz del equipo municipal, Inmaculada Sanz (PP), reconocía este jueves que hasta ahora se había actuado por una “percepción” aunque ya se ha puesto en marcha un estudio pormenorizado. “Ya tenemos la percepción de que hay, pero queremos saber en qué cuantía y cuántas personas estarían interesadas en esas plazas”. Sobre el impacto de aumentar las plazas de aparcamiento en el número de vehículos en circulación, el equipo municipal asegura que lo está estudiando pero que “no parece que exista esa previsión más allá de los cantos de sirena de algunos”, en referencia a las críticas de una asociación de vecinos, Retiro Norte, que ha recogido firmas contra el proyecto.

Sin estudios ni datos concretos, el Gobierno ha apoyado esta iniciativa solo en una tesis teórica: que la contaminación va a mejorar porque se reducirá “el tráfico de agitación”. Es decir, los conductores que dan vueltas para “buscar aparcamiento”. “Va a mejorar sin lugar a dudas la contaminación”, sostiene Sanz.

La gestión del parking está siendo cuestionada a varios niveles. Primero fue la movilización vecinal. La asociación Retiro Norte se concentró este jueves en la avenida Menéndez Pelayo, cuyo subsuelo albergará el aparcamiento, con 35.000 firmas recogidas en contra de la infraestructura. Los vecinos consideran que va a atraer más coches y generar más contaminación en la zona, cuyos niveles de dióxido de nitrógeno rebasan ya los límites de tóxicos de la Unión Europea. A un kilómetro del emplazamiento donde se prevé ubicar el parking hay otro aparcamiento, el de la Plaza de los Reyes Magos.

Insiste la asociación en que no aceptarán un parking de estas características y sugieren solucionar la “pequeña demanda” de plazas de garaje que sí existe entre algunos vecinos por otras vías. “Tenemos constancia de que hay residentes en el barrio que están realquilando sus plazas y queremos que el Ayuntamiento frene esto cuanto antes”, explica Félix Sánchez, secretario de la asociación. El Consistorio ya ha anunciado que actuará sobre este negocio fraudelento con las plazas públicas de aparcamiento con inspecciones. Otra propuesta de los vecinos es que se comercialicen parte de las plazas de un parking que se está construyendo en el hospital Niño Jesús. Informa Cristina Armunia.

Los residentes, además, defienden que la reforma propuesta en la superficie, que ampliará las aceras, dará más amplitud a las terrazas de la zona y no al peatón.

Precisamente uno de los puntos más polémicos del proyecto fue su extraño modo de anunciarse. En primer lugar se hizo público el parking y después, con varias semanas de retraso, la actuación en la avenida. “Hay cosas que van conjuntas. Van a ser aceptadas por los vecinos de manera masiva porque mejoran la zona”, justificaba al respecto la portavoz. Sanz volvió este jueves a cargar contra los “intereses” políticos, a su juicio, de la asociación Retiro Norte, presidida por una persona que fue en las listas del PSOE a la Asamblea de Madrid en 2015. “Nosotros nacimos hace cuatro años porque no existía ninguna y sí había temas importantes sobre la mesa, como reabrir la piscina de verano del Centro Deportivo Mundial 86 o recuperar las fiestas del barrio”, responde Félix Sánchez, de Retiro Norte, que subraya que no reciben “ni un euro de subvención”.

Hace apenas cuatro días se conoció la intervención en superficie prevista para la zona. No se eliminarán carriles, sino que uno por sentido (de los tres que existen) será para autobuses. Por otra parte desaparecerán las bandas de aparcamiento en la calle (una por sentido) y ese espacio se empleará para ensanchar las aceras y construir un carril bici. El Consistorio se plantea plantar nuevos árboles en aceras más anchas, según fuentes municipales.

La presión de Ciudadanos

Pero es la oposición de la otra mitad del Gobierno, la que corresponde a Ciudadanos, la que está marcando más que cualquier otra cosa el paso al Gobierno. El Ejecutivo municipal se ha enredado en las últimas semanas en varias rectificaciones sobre cuántas plazas habrá y para quiénes serán tras constatar las diferencias de criterio con los de Villacís.

El concejal presidente del distrito de Retiro, Santiago Saura (Ciudadanos), puso pegas a las dimensiones del parking en el pleno del barrio. Ahora, el Ayuntamiento se abre a reducirlas y dice que la primera aproximación se refería solo a la capacidad máxima. Si las plazas se destinarán a los residentes o a rotación es otro gran debate. Ciudadanos presiona para que el parking no funcione para el público general, solo para los vecinos. Esta posición choca con el primer anuncio del alcalde, que detalló que el parking sería mixto. Ahora, el Consistorio dice que solo será para el público general si “sobran plazas” por falta de demanda.

En este mar de dudas, el socio de Gobierno se prepara para oponerse a la infraestructura si no se atienden sus demandas, según han ido desgranando la vicealcaldesa y el concejal en varias intervenciones. “Está aún todo abierto”, dicen.

Carmena descartó actuar en la zona

La infraestructura plantea otro problema: se ha proyectado sobre una zona que se postula para ser Patrimonio Mundial de la Unesco en una candidatura que ha trascendido gobiernos y empezó a impulsarse con Ana Botella. La visita a Madrid del comité independiente encargado de evaluar la candidatura se produjo antes de ese anuncio y los inspectores no tienen información sobre los planes del equipo municipal. Fuentes expertas consultadas por eldiario.es aseguran que “si el proyecto se presenta ahora, podría afectar negativamente”. El calendario previsto por el Consistorio pasa por esperar al dictamen de la Unesco para dar forma sobre el papel al proyecto.

Una actuación parecida a la que plantea el Ayuntamiento en la Avenida de Menéndez Pelayo ya fue analizada por la anterior corporación municipal. Pero el Gobierno de Carmena descartó la idea porque un informe que modelizó el comportamiento de vehículos en la calle desaconsejó dedicar dos carriles a autobuses, como preveía el Consistorio, porque afectaba negativamente a la movilidad, según El País. El actual área de Medio Ambiente y Movilidad, dirigido por Borja Carabante, dice ahora que “las condiciones han cambiado”, aunque admite que no tiene modelos sobre cómo afectarán los cambios a la movilidad.

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