Quince empresas más de patinetes eléctricos quieren instalarse en Madrid

Los madrileños se encontraron de la noche a la mañana –o de su antes y después de las vacaciones de verano–, con cientos de patinetes eléctricos desperdigados por las calles de la ciudad. Lime, una empresa estadounidense fundada en 2017 participada por Uber y Alphabet (la compañía matriz de Google), se instaló en Madrid a principios de agosto ofreciendo un servicio nuevo: el alquiler por minutos de patinetes a motor con la libertad de cogerlos y aparcarlos en cualquier sitio. Esta compañía se convirtió en la primera de este tipo de vehículos compartidos en instalarse en Madrid. Pero ya hay cuatro más y existen muchas otras interesadas en implantarse en la capital.

El director general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Francisco López Carmona, señaló este miércoles durante un debate sobre el uso de estos vehículos en la ciudad, que se reunió la semana pasada con 15 empresas diferentes de alquiler de patinetes que “en mayor o menor medida” están interesadas en operar en la ciudad.

La corporación local, explicó López Carmona, les transmitió la política municipal para conceder el permiso, que consiste básicamente en cumplir los requisitos recogidos desde el pasado miércoles en la nueva ordenanza de movilidad. Además, exige a las sociedades que compartan la geolocalización de los vehículos y se reserva el derecho a limitar cuántos debe haber y en qué zonas. “Se trata de evitar que operen todas en los mismos distritos e invadan el espacio en los mismos”, aclaran desde el área de Movilidad y Medio Ambiente del Consistorio.

El director general de Movilidad del Consistorio puso en duda si estos vehículos servirán para reducir los coches en la ciudad, una de las intenciones del Ejecutivo municipal para incentivar la llegada de estas empresas. “Diría que en la zona donde están desplegados los patinetes –el centro de la ciudad– tienen un uso casi más turístico que asociado a la movilidad”, aseguró López Carmona. “Lo que espera el ayuntamiento de las propuestas de estas empresas es que realmente se integren en el sistema de movilidad multimodal de Madrid como una alternativa más, que ayude a la movilidad, pero mi impresión es que las personas que utilizan estos vehículos de forma privada tienen una utilidad multimodal mayor que las personas que usan los otros tipo de patinetes (los de alquiler)”, lamentó el director general.

Por tanto, uno de los requisitos más importantes será su reparto por los distritos para que no se produzca una concentración en los del centro y los próximos a estos como está ocurriendo en estos momentos. Otros requisitos son disponer de una póliza y recibo en vigor de seguro de responsabilidad civil que cubra cualquier riesgo relacionado con su arrendamiento y uso, incluyendo en particular la responsabilidad civil por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse a la persona usuaria, a otras personas y bienes o al patrimonio municipal; referenciar el calendario de controles y descripción de actividades de mantenimiento para asegurar su buen estado; o que estos vehículos dispongan de timbre y luces.

En las próximas semanas, las empresas que operan actualmente en Madrid, entre las que se encuentra Lime, tienen que presentar la documentación, dado que el Consistorio les permitió operar “de forma libre” a la espera de que entrase en vigor la normativa. “Si no presentan la documentación o no cumplen con la ordenanza deberán retirarse de las calles”, señalan desde el Gobierno municipal.

Tasa por operar en la ciudad

Aunque los patinetes ocupan un espacio evidente, las empresas no deben pagar por el momento ninguna tasa por operar en la ciudad. No obstante, el Ayuntamiento ya está estudiando imponer una por “uso del espacio público” como abonan, por ejemplo, las terrazas. 

“Una vez hayamos desarrollados las autorizaciones y hayamos analizado el impacto que tienen estas empresas en la ciudad, es posible que exista una modificación de la ordenanza fiscal para que exista una tasa por utilización especial del dominio público”, señaló el director general de movilidad municipal, que reconoció que la ordenanza que entró en vigor este miércoles no lo contempla. 

Esta ordenanza limita la circulación de los patinetes solo a la calzada, en las calles donde la velocidad máxima sea de 30 kilómetros por hora y también por los carriles bici, si bien en este caso deben hacerlo por la parte central del carril. Además tienen que llevar timbre, sistemas de frenado, luces y elementos reflectantes debidamente homologados. Por las aceras solo pueden subir los que no tengan motor y no superen los 5km/h. La edad mínima para ir en patinete eléctrico por las calles de Madrid es de 15 años. El Ayuntamiento recomienda pero no establece como obligatorio el uso del casco, excepto para los menores de 16 años.

Otra de las polémicas que está generando el uso de los patinetes es que no tienen lugares específicos para su aparcamiento. La nueva normativa establece que se deben estacionar en las reservas destinadas a este tipo de vehículos, que generalmente compartirán con las bicicletas. Si no las hubiera, pueden aparcar en las aceras siempre que dejen más de tres metros de ancho libre y en aceras de menos de seis metros tienen que hacerlo paralelamente al bordillo. Y, si la acera tiene más de seis metros, en semibatería o ángulo junto al bordillo. Además, siempre deben guardar una distancia mínima de dos metros respecto a los pavimentos tactovisuales al objeto de garantizar la movilidad de las personas con discapacidad visual.

Desde el Consistorio reconocen que actualmente este es un “problema” que genera quejas entre los ciudadanos. El Ayuntamiento planea hacer una campaña de información “potente” para que los usuarios de estos vehículos conozcan el reglamento antes de imponer sanciones. 

El auge de estos vehículos parece inevitable en la capital y en otras muchas ciudades españolas y europeas. Las dudas sobre cuál será su impacto en la movilidad lleva a los ayuntamientos, también al de Madrid, a mantener la “prudencia” en sus actuaciones. “Tenemos la política de incentivar los vehículos ecológicos que ayuden a la movilidad, aunque tenemos la determinación de que su implantación sea lo más equilibrada posible”, defienden desde el área de movilidad ante la proliferación de los patinetes de alquiler.