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El “imparable” coto a los bares de Ponzano: los hosteleros se preparan para normas más duras ante el exceso de ruido

Manifestación de asociaciones de vecinos de Chamberí, distrito en el que se ubica la calle Ponzano, en la Puerta del Sol para exigir a la Comunidad de Madrid más restricciones en la hostelería.

Sofía Pérez Mendoza

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El coto a los bares de Ponzano es “imparable”, según los hosteleros de esta calle de Madrid convertida en uno de los sitios predilectos del tardeo en la capital. Los negocios se preparan para una regulación más restrictiva a partir del próximo año que adelantaría el cierre de los locales una hora y vetaría la apertura de más negocios de hostelería en una zona que concentra 50 bares en apenas un kilómetro.

El Ayuntamiento de la capital, liderado por José Luis Martínez-Almeida y competente en esta materia, se lo comunicó a la asociación que reúne a los hosteleros de la calle, según fuentes de dicha organización, e incluso advirtió a los propietarios con previsión de abrir algún nuevo local que lo hicieran pronto, antes de que las prohibiciones entraran en vigor. El área de Medio Ambiente y Movilidad no confirma este extremo y alega que deben hacerse “nuevas mediciones” antes de poner en marcha una eventual Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE).

“Nos trasladaron que no sería inmediato, pero nos advirtieron que contáramos con que salía en 2022”, aseguran en la asociación de hosteleros de Ponzano, cuyos miembros asumen que no van a “poder hacer nada”. “Si no queda otra, ya está. Llevan cuatro años haciendo mediciones”, explican las mismas fuentes.

Hostelería Madrid, una de las patronales madrileñas del sector, ha pedido al Ayuntamiento “todos los informes” tras conocer que hay “una propuesta de iniciar los trámites de Zona de Protección Acústica Especial” en Ponzano. Oficialmente por ahora solo existen unas declaraciones del concejal del ramo, Borja Carabante, en la comisión de Medio Ambiente que confirman que el Ayuntamiento está estudiando una ZPAE en la zona. También se ha hecho público que las mediciones realizadas en la zona superan los decibelios permitidos por la normativa municipal de ruido y obligarían, de mantenerse, a tomar medidas, pero se desconoce por ejemplo el área concreta que abarcaría la ZPAE

“Los niveles de ruido son muy exigentes para la densidad y el nivel de población que tenemos, pero las limitaciones pueden ser útiles para evitar el crecimiento de determinadas actividades en zonas concretas”, opina Juan José Blardony, director general de Hostelería Madrid.

elDiario.es se ha puesto en contacto con varios bares de la zona sin obtener respuesta. Sin embargo, sí ha podido constatar que hay un sentir al menos en una parte de los hosteleros, los más veteranos, que lamentan que la calle se haya transformado en un lugar donde el principal reclamo sean las copas y no la gastronomía.

Implantar una normativa que proteja a los vecinos del ruido de los bares de Ponzano está sobre la mesa desde hace tiempo. No es una medida de la que se hable por primera vez en este mandato. Sin embargo, llega en un momento complicado. La corporación municipal debe medir bien cada paso para no abandonar a los vecinos, que ya han secundado manifestaciones en varios barrios ante la proliferación de 'terrazas Covid' -ampliaciones permitidas por la situación excepcional- alegando que dificultan el descanso y el tránsito peatonal; y atender las reclamaciones de los hosteleros, un sector que ha apoyado masivamente la reelección de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid.

Una negociación pendiente

La preparación de la ZPAE puede solaparse con la negociación de la nueva ordenanza de terrazas. PP y Ciudadanos han decidido entrar en este terreno complejo y pantanoso en el que el Gobierno de Ahora Madrid evitó inmiscuirse, empujados por la presión del sector, que reclama convertir en permanentes algunas medidas extraordinarias surgidas al calor de la pandemia, como la reconversión de plazas de aparcamiento en terrazas. Lo siguen necesitando para salir adelante, aseguran.

La desencuentro de intereses de los vecinos y de los hosteleros ha llegado a su punto más álgido con la pandemia. En la ciudad se han desplegado 5.700 nuevas mesas de bares y restaurantes, amparadas por 1.000 permisos concedidos por las juntas de distrito como parte de una política autonómica más laxa que otros lugares de España.

Las protestas vecinales obligaron la semana pasada a la corporación a limitar el horario de las terrazas ampliadas a la medianoche, con independencia de la relajación de las restricciones horarias que se irán decretando en las próximas semanas en la región tras el varapalo judicial al Ministerio de Sanidad en su intento de establecer medidas comunes para la hostelería de toda España. Según la asociación de vecinos El Organillo, de Chamberí, esta nueva exigencia no se cumple en algunos negocios de Ponzano.

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