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Un bar de Chamberí se estrena incorporando un banco municipal a su terraza, para uso de sus clientes

Un grupo de personas utiliza un banco municipal en una terraza de la calle Trafalgar de Chamberí.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Un nuevo local de restauración en la calle Trafalgar del distrito de Chamberí, en Madrid, ha protagonizado una comentada imagen redes sociales: sus clientes disfrutan de un banco municipal como si se tratase de una parte más del mobiliario del negocio, algo prohibido según la normativa municipal.

Las fotografías, tomadas por un vecino y compartidas en X (antes Twitter) por la cuenta @MadridDecadente, muestran a dos grupos de personas en la mesa de un bar. Alrededor de ella, algunos clientes están en sillas del local, pero otros utilizan uno de los bancos colocados por el Ayuntamiento después de la profunda reforma de la plaza de Olavide y su entorno.

La Ordenanza de Terrazas de Madrid establece que a la hora de colocar un velador “se mantendrá una distancia de 2 metros en todo su perímetro a los distintos elementos de mobiliario urbano”, lo que no se cumplía en este caso, según las imágenes que ilustran esta información.

La estampa ha tenido lugar en el restaurante Masa Vins, en la parte renovada de la calle Trafalgar, donde recientemente se han ensanchado sus aceras. Se trata de una apuesta hostelera especializada en vinos ya asentada en Barcelona. Inauguró su espacio en la capital el 7 de septiembre, hace apenas cuatro días, aunque tuvo este martes 10 su primera jornada completa de servicio.

Desde Masa Vins, en declaraciones a Somos Chamberí, aseguran que “el establecimiento no se ha adjudicado los bancos”. Afirman, reconociendo que el hecho tuvo lugar con el beneplácito de la propiedad, que “fueron dos situaciones puntuales que sucedieron en el primer servicio, ya que eran amigos que pasaron a saludar y se fueron muy pronto”. Y concluyen lamentando “que los vecinos estén tan atentos y quieran generar conflictos tan pronto”.

La publicación en X, donde @MadridDecadente habla de “terrazocracia”, ha venido acompañada de comentarios de diferentes usuarios criticando la actuación. Algunos se preguntan “dónde está la policía”, mientras que otros ironizan con que “lo importante es salvar la hostelería” o que “es lo que tiene votar libertad y cañas”. “Tienen que pintar los límites de las terrazas que aún no lo han hecho después de la reforma. Tengo esperanzas de que sean razonables”, indica la respuesta más optimista. Los vecinos estarán atentos para comprobar si efectivamente se trató de un hecho puntual o la usurpación del banco continúa.

Javier, vecino de la zona desde hace siete años, denuncia en conversación con este periódico una situación que considera sintomática de lo que ocurre en el barrio: “No es solo el banco. Los aforos y el descontrol de los horarios crecen sin parar y eso que está dentro de la ZPAE [Zona de Protección Acústica Especial]”.

Alguien abre un bar y lo primero que se plantea es 'hago lo que quiero', aunque el número de mesas no quepa y por ello se coman un banco

“Se hace una normativa, no se cumple y no pasa nada. Se supone que de domingo a jueves deben cerrar a las 23.30 y pasada la medianoche seguimos con ruidos. Solo hay que darse una vuelta para ver que no pasa, pero por mucho que llamemos a la policía solo se pasan algunos fines de semana para controlar los aforos”, denuncia el residente de Chamberí.

“En la plaza también se saltan sus espacios y llegan a las zonas de paso. Por todo este contexto, alguien abre un bar y lo primero que se plantea es hago lo que quiero, aunque el número de mesas no quepa y por ello se coman un banco”, explica Javier.

“Ya pasamos por alto al ser un día especial la fiesta de inauguración del sábado, en la que había decenas de personas bebiendo en la calle, ya ni siquiera en las terrazas”, denuncia. “Ahora esto del banco municipal. Y además dejan las mesas y las sillas por la noche en la vía pública cuando la normativa lo prohíbe, no pueden apilar y encadenar el mobiliario a las farolas como está pasando ahora”, añade.

Javier concluye con una reflexión sobre la situación en la plaza de la Olavide y la calle Trafalgar: “No entiendo que se haga una reforma así y luego se olviden de que aquí vive gente, no es solo la zona típica de tapeo en Madrid”. Dice saber por experiencia que “con lo primero que ves tienes que quejarte, porque sino va a más”.

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