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Jaime González Taboada, concejal de Chamberí: “No me temblará la mano para sancionar locales”

Jaime González Taboada, en el balcón de su despacho en la Junta Municipal del Distrito de Chamberí, con la plaza de Chamberí al fondo.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Jaime González Taboada había dejado la política en 2019, pero hace unos meses recibió la llamada de José Luis Martínez-Almeida. El alcalde era consciente de que este político de largo recorrido nunca se había ido del todo, aunque sí se había dirigido a lo más próximo: seguía como presidente del PP en Chamberí y como vocal vecino del barrio. “Porque aquí tenemos sentimiento más de barrio que de distrito”, dice el concejal presidente de Chamberí en los últimos minutos de la primera entrevista que concede a Somos Chamberí, después de seis meses en el cargo.

Tiempo en el que las aspiraciones y los propósitos ya pueden conjugarse con los hechos y los modos. González Taboada aborda proyectos concretos (algunos ilusionantes y otros controvertidos), debates enquistados (¿es posible conjugar ocio y descanso vecinal en zonas como Ponzano?) y cuestiones más abiertas como maneras alternativas de lidiar con la oposición o los movimientos sociales después de la convulsa etapa de Javier Ramírez. Todo con mucho talante.

SOMOS CHAMBERÍ: ¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento y cómo valora los primeros seis meses en el cargo?

JAIME GONZÁLEZ TABOADA: Cuando el alcalde me llamó para incorporarme a la lista electoral me dijo “sabes donde vas a estar”. Llevo toda mi vida vinculado a Chamberí y afortunadamente conozco muy bien el distrito. También sus problemas, con lo cual es más fácil ponerse a buscar soluciones nada más llegar. Han sido seis meses de mucho trabajo y aunque queda mucho por hacer creo que ya empieza a dar sus frutos.

¿Cuáles diría que son sus principales iniciativas, proyectos y prioridades para Chamberí?

Para mí hay una prioridad absoluta que es la participación ciudadana. Tengo muy metido en la cabeza que sea un distrito cercano donde todo el mundo pueda aportar en las cosas que hacemos. Me he empeñado mucho en sacar la cultura a la calle y que no se quede en el Centro Cultural Galileo, que llegue a las plazas, los colegios y cualquier rincón de nuestro distrito. Mi ilusión es ir paseando y encontrarme una persona tocando el piano o a otra leyendo un poema. En los presupuestos de 2024 ya se ve reflejada esta apuesta por la vía pública.

También por la juventud. Aunque Chamberí no cuente por desgracia con demasiado espacio para nuevos equipamientos, desde primera hora estamos analizando de qué recintos podríamos disponer. No me gustaría un barrio donde los chicos tengan que pagar por hacer deporte, donde gastarse dinero sea la manera exclusiva de ejercitarse. Me estoy empeñando en buscar lugares donde los chicos puedan tener pistas al aire libre en las que jugar con sus amigos, conocer nuevas personas y relacionarse con el barrio de forma gratuita.

¿Y cuáles son las preocupaciones y las ideas que le transmiten los vecinos?

Cada cual tiene sus objetivos, depende de cada persona o cada tipo de asociación. Pero te puedo decir que en estos seis meses me he reunido ya con más de 520 vecinos y con todos los colectivos del distrito, con algunos en más de una ocasión. A todos les he ofrecido espacios de la propia Junta Municipal para que puedan organizar actividades. Las puertas no van a estar cerradas ni para las asociaciones, ni para los vecinos, ni para los colegios. Creo que al final todos venimos a trabajar juntos por el bien de nuestro barrio en convivencia.

Respecto a las quejas de la gente, no nos vamos a engañar: les gustaría que se conciliara mejor el ocio y el descanso. Estamos trabajando en ello porque son dos derechos que hay que preservar y compatibilizar. No hay nada más preciado que sentirte a gusto y con tranquilidad en el barrio donde vives.

¿Cómo evoluciona pues la convivencia entre vecinos y hosteleros en Ponzano? ¿Habrá más terrazas gracias a la ampliación de aceras y la nueva normativa municipal?

Podrá gustarles a algunos y no a otros, pero no hay duda de que Ponzano es un referente en el ocio y la hostelería de Madrid y de toda España. Yo siempre estaré a favor de poner en valor la oferta gastronómica de Ponzano y haré todo lo que esté en mi mano para reivindicarla. Luego entra el tema de las terrazas, las copas, las discotecas... Ahí es donde hay que conciliar, para lo cual estamos haciendo un estudio de redacción conjunta con comerciantes y vecinos desde la Junta Municipal. Tenemos que ser conscientes de que la Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) se aprobó en Ponzano y Olavide, y no está solo para quedar bien medioambientalmente, sino que es un hecho y hay que cumplirlo.

¿Eso significa que en aquellos lugares donde antes no había una actividad de hostelería o bar de copas no se va a poder abrir? Efectivamente, no se va a poder. De hecho, ya se han iniciado expedientes sancionadores contra algunos locales por incumplir las medidas que dicta la ZPAE. Son trámites lentos, pero que a nadie le quepa duda de que no me temblará la mano para sancionar locales que incumplan la norma y vayan en detrimento del ocio y la convivencia de los vecinos, sea en Ponzano o en cualquier parte del distrito.

La etapa de Javier Ramírez en el cargo ha sido polémica. En una entrevista para este medio ya anticipó que “lo importante son las personas y no los colectivos”, mientras que usted ha incidido varias veces en el papel de los movimientos vecinales y la interlocución con ellos. ¿Qué opina de la labor de Ramírez? ¿Espera una legislatura más plácida?

Todos somos diferentes. Yo no puedo entrar a valorar cómo es cada concejal. Sí estoy convencido de que todos los que han pasado por esta Junta Municipal, independientemente de su partido político, han intentado dar lo mejor de sí por Chamberí. Yo desde luego no quiero tener roces con nadie porque creo que no es necesario. En la pasada legislatura hubo momentos complicados donde unos y otros se enzarzaban. Yo creo que con educación y con respeto vamos tener una legislatura absolutamente tranquila.

Recientemente acudí a la inauguración de la nueva Casa de Cultura ciudadana de Chamberí, en la calle Balmes. Las asociaciones vecinales que ahí se reúnen están seguramente en las antípodas de lo mi partido o yo representamos, pero creo que es un acto importante para los vecinos así que me presenté allí sin haber recibido una invitación formal a desearles suerte y ponerme a su disposición. Eso es lo que yo quiero para Chamberí, si las cosas se hacen con respeto y con sosiego estoy seguro de que la legislatura va a ser muy pacífica para todos. Porque al final a la gente las peleas internas le dan lo mismo, suficientes hay a nivel nacional, lo que quieren es que su calle esté limpia.

En este sentido, ¿atisba buenas relaciones con la recién reestablecida Casa de Cultura de Chamberí y atenderá sus peticiones pese a sus diferencias?

Si no hubiera diferencias esto sería una secta. Al final lo que buscamos, cada cual en su marco, es hacer actividades por el bien de los vecinos. Ellos tienen una forma de acercarse al ciudadano a través de la cultura diferente a la mía, lo cual no significa que ninguna de las dos sea mejor ni peor que la otra. Creo que ellos pueden aprender de la Junta y nosotros de ellos. Yo desde luego no voy a poner ningún pero a las actividades que hagan, solo les he pedido que cuando utilicen espacios públicos del Ayuntamiento las actividades se centren en el colectivo vecinal en su conjunto y no a grupos muy específicos, porque no quiero que se creen guetos alrededor de nadie, sino que esto sea una cosa abierta y participativa para todos.

Así va a ser también la programación del Centro Cultural Galileo, donde vamos a darle un cambio total para que haya más actividades y más diversas. No voy a poner peros a nadie, salvo que veamos claramente una ofensa a la identidad de género, la orientación sexual, la religión o cualquier colectivo que pueda sentirse dañado.

¿Qué sabe del proyecto Milla Canal? ¿Habrá un MiniWizink en Chamberí, aunque usted ya anticipó en un pleno del distrito que es una iniciativa compleja de difícil ejecución?

Estoy en conversaciones con la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid y con el consejero delegado del Canal de Isabel II, más que nada para saber qué responder a los muchos vecinos que me han trasladado cuestiones sobre este tema. Puedo decir que es algo que está en una fase muy inicial. Nadie ha planteado hacer un WiZink, simplemente que hay unos terrenos que podrían destinarse a dotaciones para el distrito.

Sí es cierto, aunque repito que no hay nada concreto, que les he trasladado que me gustaría que se arreglaran instalaciones deportivas del Canal de Isabel II. La zona deportiva en Islas Filipinas o los campos de fútbol en Pablo Iglesias son dos espacios que necesitan una reforma. La Comunidad me ha comunicado que en ambos casos se va a hacer una inversión importante. Además de lo deportivo, creo que habría que seguir poniendo en valor los Teatros del Canal acercándolos a los vecinos. Un tercer eje sería convertir el Parque de Santander en referente no solo de paseo o el deporte, sino del ocio y la cultura. A partir de ahí, cómo se llama el proyecto, sus pormenores económicos o los tiempos que se manejan son cosas que desconozco.

Una controversia que ya está sobre la mesa es la apertura sin licencia del colegio de lujo Brewster Madrid en el antiguo Hospitalillo, en la calle Eloy Gonzalo. También ha sido muy beligerante con una actividad establecida sin los permisos oportunos. ¿Cómo valora la operación en su conjunto y que finalmente las clases vayan a continuar?

No me gusta, creo que siempre hay que cumplir lo que dicen las normas. Estamos hablando de un sitio protegido que es parte del corazón de nuestro distrito, algo muy nuestro. En un momento determinado las administraciones (Estado, CAM y Ayuntamiento) pudieron ponerse de acuerdo para abordar un proyecto conjunto de rehabilitación del espacio. Si ahora es un colegio de lujo no voy a entrar en valorarlo, pero sí diré que todo lo que haya en el antiguo Instituto Homeopático debe cumplir la legalidad y una serie de condiciones, tanto las que requiere su condición de Bien de Interés Cultural como las que permiten la seguridad de quienes allí estudian y trabajan.

Tampoco voy a cuestionar la decisión judicial que concede las cautelares y evita el cierre. Pero conviene que recordar que hay niños implicados y deben estar escolarizados. Si se considera que no hay peligro y se queda en un tema más administrativo habrá que estudiarlo y analizarlo, sin duda, pero lo más importante ese que esa seguridad esté garantizada.

¿Cree que la pista del Centro Deportivo Municipal Cea Bermúdez se debería haber mantenido como el proyecto original en lugar de trocearse? ¿Va a intentar cambiarlo en el futuro?

No puedo hacer otra cosa que no sea la que ya está aprobada. Hay un convenio para la cesión a una empresa durante cinco años y por tanto no puedo salirme de ahí porque estaría prevaricando. Dicho esto, los colegios o entidades deportivas que se han acercado solicitando más usar canchas deportivas o piscinas han sido atendidos y se les han ofrecido soluciones. Entre el Cea Bermúdez y el Vallehermoso vamos a intentar que todo el mundo que lo desee pueda tener acceso a estas instalaciones.

¿Cuánto le quedan a las obras de la plaza de Olavide? ¿Los vecinos quedará satisfechos con el resultado?

Voy todas las semanas a visitarla y los vecinos me preguntan y me piden cosas, muchas de las cuales han sido recogidas. La obra estará terminada en mayo salvo que lo impidan lluvias muy fuertes. Está quedando muy bien, también todas las calles perimetrales que han sido adoquinadas y peatonalizadas. Hay gente que prefiere los parterres más grandes o más pequeños, pero ya aviso que en esos parterres no se van a poner terrazas como he oído decir por ahí.

La plaza de Olavide es nuestro centro, donde la gente va a jugar, a participar del ocio. Yo tengo muchas esperanzas no solo en el resultado, sino en cómo fomentar su función de corazón cultural del barrio donde las librerías del distrito puedan organizar una semana cultural o donde albergar una feria de comercio de proximidad.

¿Cómo influye en todos estos proyectos y en su trabajo tener como presidenta de la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso, chamberilera y residente en el distrito?

Ayuso me exige mucho. La conozco muy bien y hablo habitualmente con ella sobre el distrito. Nació en Chamberí, estudió en Chamberí, ama Chamberí y sigue viviendo en Chamberí aunque ha tenido oportunidades de irse fuera. Es una vecina más, pero la escucho como no podía ser de otra manera.

Sí es cierto que tenemos mucha gente muy conocida en el distrito, de diversos ámbitos. Todos, quien más y quien menos, piden cosas. No necesariamente para ellos, sino para la generalidad de las personas, pero mi obligación es escuchar a todo el mundo. Si es la presidenta de la Comunidad de Madrid pues todavía más, claro.

A lo largo de su carrera política ha pasado por cargos municipales, autonómicos y estatales. Incluso ha vivido de cerca el impacto de casos de corrupción como Púnica, con el que se le llegó a vincular aunque nunca fue imputado. ¿Cuál es el contraste entre esos puestos y un trabajo de tanta proximidad como estar al frente del distrito de Chamberí?

He sido alcalde, consejero autonómico, senador y hasta pisé la política europea como miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Pero dejé la política porque consideraba que ya había cumplido mis objetivos. Durante tres años y medio me quedé como presidente del PP de Chamberí y volví al origen más humilde que hay en la política: ser vocal vecino de un distrito. Es lo que me apetecía, intentar ayudar.

Cuando me dicen si quiero venir al Ayuntamiento es un regalo. A lo mejor si me piden otra cosa me lo hubiera pensado más, pero en este puesto siento que devuelvo el cariño de la gente. Me pego unas palizas tremendas, pero estoy encantado.

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