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La red vecinal de Chueca-Malasaña y el mercado de San Antón refuerzan su colaboración con unos bonos solidarios similares a los municipales que no llegan

Bonos solidarios con el banco de alimentos del barrio ideados por  el mercado San Antón y por Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña

Antonio Pérez

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El pasado 13 de mayo la vicealcaldesa, Begoña Villacís, presentó a bombo y platillo los Bonos de Mercados Solidarios, una herramienta, según ella, válida para la lucha contra la crisis social generada por la Covid-19 que iba a permitir que los vecinos pudieran también contribuir a las necesidades de alimentos de asociaciones y cocinas solidarias de los distritos, algo que ya se habían encargado de posibilitarles con anterioridad las redes vecinales que a lo largo y ancho de la ciudad han creado bancos de alimentos y sistemas de ayuda autogestionados desde el inicio del estado de alarma.

Cada uno de los bonos anunciados por Villacís tenía un coste de 2 euros y la idea era que pudieran adquirirse en los distintos comercios situados en los mercados municipales de Madrid. Desde el Ayuntamiento se anunció que todas las plazas municipales de abastos se adherían a esta iniciativa del Consistorio, una propuesta que podríamos decir que entra en competencia con las redes solidarias vecinales por las donaciones de los usuarios de los mercados pero que, de momento, no ha pasado de ser testada en los tres mercados del distrito de Latina.

Antes, en muchos mercados municipales de la ciudad, con el beneplácito de sus respectivas asociaciones de comerciantes y sus gerencias, ya se había creado un sistema efectivo de colaboración con las distintas redes de apoyo vecinal.

Si nos ceñimos a lo que ocurría en el norte del distrito Centro, todos sus mercados -San Antón, Barceló y Mostenses- ya entregaban alimentos, cedían espacios, habilitaban sitios para cocinar o recogían donaciones cuando el ayuntamiento decidió mover ficha y lo han seguido haciendo en este tiempo en el que los bonos de Villacís han sido virtuales y amenazan con quedarse en un mero anuncio, porque pasados 27 días de la presentación realizada por la vicealcaldesa, de los mismos no hay ni rastro en las plazas de los barrios de Justicia y Universidad y en una época de urgencias alimenticias y de crisis social como la que estamos atravesando todo retraso es excesivo.

Vecinos cuidando a vecinos

Vecinos cuidando a vecinos

En este contexto, la red vecinal Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña propuso al Mercado de San Antón crear sus propios bonos solidarios, calcados a los propuestos por el Consistorio, que no acaban de llegar. Esa propuesta se ha materializado ya hoy y desde San Antón han manifestado que les pareció bien sumarse a la misma por “estar más relacionada con nuestro barrio y con producto perecedero”.

En cualquier caso, y pese al equívoco generado en un principio con este periódico, la decisión de San Antón de sacar estos bonos, idénticos a los de Villacís, no implica descartar los del ayuntamiento.

En el hipotético caso de que lleguen los municipales es de prever que ambos estarían a disposición de los clientes del mercado y que serían estos los que deberían elegir entre unos u otros.

Con esta decisión se refuerza la ya efectiva relación que existe entre San Antón y Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña, red que nutre de productos y de dinero al banco de alimentos del barrio, el cual atiende en la actualidad  semanalmente las necesidades más urgentes de 600 personas de la zona y que a lo largo del mes de mayo entregó más de 8.000 kilos de alimentos.

Estos nuevos bonos, que pueden adquirirse ya en los comercios de San Antón, y que -como los de Villacís- tienen un coste de dos euros, serán otra forma de colaborar con la despensa solidaria vecinal, cuyos voluntarios recogen todos sábados donaciones de alimentos a la puerta del mercado y mantienen permanentemente cestas solidarias en sus instalaciones.

Al acudir a los puestos de productos frescos de San Antón, sus usuarios pueden adquirir cuantos bonos solidarios deseen. Posteriormente, el comercio receptor de esa ayuda comunicará a los responsables del banco de alimentos cuánto dinero tienen a su disposición y estos podrán usarlo en cualquiera de los comercios del mercado.

El objetivo de esta colaboración es el de completar con alimentos perecederos las cestas de productos que se entregan a las personas receptoras de ayuda, algo básico para que éstas puedan tener una dieta equilibrada.

Por su parte, el destino del dinero que se pudiera recaudar en un futuro con los bonos solidarios de Villacís resulta aún difuso, habiendo anunciado la vicealcaldesa, sin concretar, que se emplearía en la compra de alimentos para las cocinas de los distritos y para asociaciones sociales indeterminadas.

El banco de alimentos Malasaña-Conde Duque-Chueca Acompaña tiene su sede en el local de Ecologistas en Acción Madrid, situado en el número 12 de la calle Marqués de Leganés. Se trata de un espacio cedido por una entidad privada, ante la negativa de la administración de que se puedan almacenar productos perecederos en un local municipal que pudiera ser usado temporalmente para tal fin y el retraso en la entrega del edificio conocido como La Casa del Cura, cuya gestión fue otorgada -a través de concurso público- al proyecto conjunto presentado por una serie de colectivos sociales de la zona y que los responsables de la despensa solidaria consideran como el lugar ideal para desarrollar su acción solidaria en condiciones óptimas.

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