Una moda en Madrid que mira al más allá: intentar adivinar el futuro

El mundo de la clarividencia es uno que siempre ha estado envuelto en el misticismo y las dudas. No son pocos los escépticos que restan credibilidad a lo que pueda decir una buena tarotista o vidente profesional; pero actualmente hay una corriente creciente de personas que no solo confían en sus palabras, sino que también quieren formar parte de su mundo para intentar ver lo que está por venir.

Se dice que para poder ser un o una vidente, es necesario contar con un don que ayude a recibir la información procedente del más allá, que no todo el mundo puede adentrarse en este sector y conseguir un resultado realmente fiable. Es algo totalmente cierto, ya que tan solo hay que ver cómo el número de profesionales reales es muy reducido, en comparación con la cantidad de propuestas que hay en general.

Pero eso no está restando interés al público, que cada vez se vuelca más y lo tiene más fácil para aprender. Ahora es posible tener una tirada de tarot gratis gracias a numerosas páginas web, incluso contactar con una tarotista para que lea las cartas y vaticine lo que está por llegar; pero también es posible buscar información para aprender y formarse en esta materia.

El problema es que no todo el mundo sirve para ver lo que los demás no son capaces. Como decíamos antes, hace falta tener ese don, esa facilidad para canalizar la energía y captar esas señales inalcanzables para el resto. Aunque también hace falta más, mucho más que eso para poder ser un vidente de verdad.

Es cierto que la moda está presente y que la curiosidad se ha disparado. Las videntes y tarotistas tienen más trabajo que nunca, sobre todo las más profesionales, y las personas hacen más por aprender y por saber cómo funciona este mundo tan misterioso y sorprendente. El problema es que se topan con un muro casi infranqueable.

Porque sí, internet puede ofrecer recursos, información de toda clase y hasta tutoriales de todo tipo; pero no puede dar ese toque necesario para poder ejercer, para trabajar sabiendo realmente lo que se hace. Eso es algo que queda solo en manos de las verdaderas profesionales, las que reciben galardones, las que son transparentes, las que de verdad son capaces de ver qué hay más allá.

¿Qué hace falta para ser un buen vidente?

Aunque ya hemos adelantado la necesidad de tener ese don especial que tan pocos tienen, por mucho que haya ahora una moda por intentar aprender a ver el futuro, debemos insistir en que es una pérdida de tiempo, salvo que se tenga esa facilidad, ese toque innato que se reserva a unos cuantos.

Más allá de eso, hay que saber que tampoco es suficiente con eso y con la formación, hace falta experiencia. Hay una diferencia brutal entre una vidente y una tarotista que llevan muchos años a sus espaldas, con una que acaba de empezar. La clave está en la comunicación, pero sobre todo en la conexión, y eso es algo que solo se agudiza con el paso del tiempo.

No solo hablar, sino ejercer como guía espiritual. La labor de los videntes va más allá de ver lo que está por llegar, consiste también en asesorar a esas personas que acuden a ellos buscando ayuda, hablar siempre con sinceridad, aunque las palabras a veces puedan doler. No hay que esconderse tras discursos vacíos, hay que actuar de forma transparente.

Eso es lo que lleva a las verdaderas profesionales a acumular galardones y premios que avalan su trayectoria y su capacidad. Es lo que realmente hace que una persona sepa que está ante alguien que realmente sabe cuál es su labor y cómo debe llevarla a cabo.

¿Crees que puedes sumarte a esta moda y conseguir algo que realmente funcione?, ¿ayudar a los demás viendo el futuro? Si es así, no podemos hacer más que decirte que sigas adelante, que aprendas, que estudies, que te formes y, sobre todo, que te pongas en contacto con profesionales de la clarividencia, ya que su ayuda te será especialmente útil.

No te limites a internet. Experimenta, ponte a prueba y, sobre todo, aprende a conectar con las personas. Gran parte del esfuerzo de las expertas reside no en ver lo que está por suceder, sino en saber plasmarlo y comunicarse con sinceridad y franqueza. Superada esa barrera, si se tiene realmente ese don para poder ejercer, no hay nada que pueda impedirlo. Es posible que tengas esa facilidad en tu interior y todavía no lo sepas, que hagas de esta moda algo que se convierta en tu propio estilo de vida para ayudar a los demás.