El Cine Doré, la sala de proyecciones públicas de Filmoteca Española ubicada en el número 3 de la calle de Santa Isabel de Madrid, afrontará de manera inminente y durante tres meses unas importantes obras para mejorar su accesibilidad. El objetivo de la rehabilitación, que se desarrollaría entre septiembre y diciembre, es que el espacio cumpla la normativa en la materia.
La documentación analizada por Somos Lavapiés da cuenta de la actuación y de una duración de tres meses, pero no confirma que los trabajos se desarrollen este año. Sí lo hacen fuentes de la propia Filmoteca en declaraciones a este medio: “Hay una previsión de obras que afecta al Cine Doré, a ejecutar en el ejercicio de 2025”.
Aclaran que este hecho “afectará al funcionamiento ordinario del Cine, pero no se prevé que interrumpa su actividad de manera integral”. Así, la obra podría detener la actividad de una de las dos salas o reducir el número de sesiones diarias, pero no implicará el cierre. “A partir del momento en que se resuelva la licitación, informaremos puntualmente del calendario de actividad del cine a través de nuestra web y de nuestro canales habituales de difusión”, apuntan desde la institución.
La Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura, organismo dependiente del Ministerio que lidera Ernest Urtasun, explica los debes en la accesibilidad del Doré en el acuerdo de iniciación del expediente: “En la actualidad, el acceso a la Sala 1 se resuelve mediante una rampa móvil que no cumple normativa. Sin embargo, la Sala 2 no es accesible, la única posibilidad de acceder a la planta sótano en la que se ubica es por medio de escaleras”.
Este mismo organismo justifica en un informe de insuficiencia de medios la contratación de una empresa privada especializada de carácter externo para acometer la reforma: “Resulta claramente inconveniente que parte de los efectivos humanos de esta Gerencia se dedicaran a tiempo completo a la dirección facultativa de las obras”
La memoria del proyecto de ejecución, a la que ha tenido acceso este periódico, concreta las actuaciones diseñadas. El acceso a la Sala 1 se mejorará “mediante una rampa para salvar los dos escalones del itinerario accesible”. En cuanto a la Sala 2, requiere la obra más compleja, ya que se instalará “un ascensor accesible”.
El pliego de la dirección de la obra establece el plazo de ejecución de tres meses, así como un presupuesto de 14.000 euros (16.940 al añadir impuestos). Finalmente, según contempla la documentación del portal público de contratación consultada por este diario, la Gerencia seleccionó de entre las tres ofertas recibidas el proyecto del arquitecto Pablo Muñoz González. Adscrito al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), es uno de los responsables del estudio Muñoz y Pazos Arquitectos, S.L.P. Se trató de la segunda oferta mejor valorada y su importe disminuye el contemplado en la licitación: 12.779 euros (15.462 con impuestos).
Una sala de referencia cuyos cierres históricos dejaron huérfanos a los espectadores
El Doré es uno de los más recintos culturales más característicos de la ciudad desde su inauguración en 1912, sobre todo desde que la fachada actual se erigió en 1923. El 28 de febrero 1989, después de décadas de decadencia en la posguerra y el franquismo que derivaron en su cierre durante 26 años, se convirtió en la sala oficial de Filmoteca Española. Un epicentro de la cinefilia madrileña que aparece en numerosas listas sobre los espacios de exhibición más bellos del planeta.
Fue el culmen de una recuperación iniciada en febrero de 1982, cuando el Ayuntamiento de Madrid del alcalde Enrique Tierno Galván adquirió el Cine Doré con propósito de convertirlo en sede de la Filmoteca Española, en colaboración con el Ministerio de Cultura (actual administrador). En el año 1984 el arquitecto Javier Feduchi elaboró el Proyecto de Rehabilitación del Cine Doré, con el que se obtuvo la licencia en vigor actualmente.
A la majestuosa sala principal, con 318 butacas, se añade una segunda con capacidad para 119 personas. Además, Filmoteca rehabilitó en 2023 y después de siete años inactiva su sala de verano, bautizada como Berlanga. Situada en el patio trasero del recinto, este modesto y coqueto espacio acoge proyecciones en los meses de julio y agosto.
En total, unos 1.200 metros cuadrados de los 3.300 que ocupa el solar están copados por salas de exhibición cinematográfica. Su cafetería y su librería (recuperada en 2022 después de un lustro con la persiana echada) son otros de los principales reclamos.
Pese a este lustre, el Doré ha tenido que afrontar diversas clausuras a lo largo de su historia. En su etapa como sede de Filmoteca, la más penosa discurrió entre septiembre de 2015 y febrero de 2016, cuando el tratamiento para eliminar una plaga de chinches obligó a detener su actividad. El último cierre de su historia fue obligado por la pandemia, como en la mayoría de cines. Sus salas no recibieron espectadores entre marzo y junio de 2020. Al menos esta vez la afectación será parcial, y sus asiduos podrán seguir acudiendo religiosamente a este templo del cine.