Jesús del Valle: una discreta vía de secretos

Nuestra calle protagonista de hoy sube desde Pez hasta Espíritu Santo en un camino que mezcla el típico caserío decimonónico del barrio con algún inmueble del XVIII, que deja recuerdo de que estamos en uno de los ambientes más antiguos de la zona. El nombre aparece ya tal cual en el plano de Texeira y hace referencia a un hecho piadoso .

Se cuenta que antes de 1600, cuando estos eran terrenos sin urbanizar, pertenecían a Luis Valle de la Cerda, Contador Mayor de Cruzada, que ha pasado a la historia por haber sido uno de los inspiradores de los Montes de Piedad. Junto a sus posesiones había un vallado de Juan López de Lezárraga, que fue acusado ante el Santo Oficio de ser marrano (judío falsamente converso). Lezárraga se encomendó a una imagen que tenía del Niño Jesús, y cuando pudo pasar el trance le contruyó en la puerta de la valla una pequeña capilla que se popularizó con el nombre de Jesús del Valle, nombre que – se cuenta – pasó a ser el de la calle cuando esta se urbanizó.

Aunque en tiempos la calle fue populosa hoy es una callecita más bien tranquila, al modo de las otras que atraviesan el barrio de la zona baja de Pez a la alta (Espíritu Santo en este caso). De los tiempos del ajetreo queda el recuerdo de una vieja taberna, La Copla, heredera de las antiguas bodegas El Maño, que desde 1912 despacharon vino en Jesús del Valle. Merece la pena bajar a la cava para ver las grandes tinajas de vino que se conservan. Hoy La Copla la regentan José y Antonio, unos locos de la canción española que han convertido el local en un divertido museo fotográfico de la copla y que fueron también unos pioneros del matrimonio gay en este país.

Destaca en este primer tramo de calle otro viejo negocio, el taller de zapatería Alberto, pequeña tienda con olor a cuero donde se ahorman zapatos desde 1900. Por lo demás no hay ya viejos negocios en la calle: un restaurante, una tienda de discos, alguna tiendecilla y ya llegando a la vida más ajetreada de Espíritu Santo un par de establecimientos de comida para llevar.

Calle de discreto abolengo

Paseando la calle, en el margen de los pares hay un discreto palacete, caserón dieciochesco de sobrio aspecto que no llama demasiado la atención. En la puerta, cámaras de seguridad y un escudo de armas poco visible. En las ventanas poca actividad y ninguna ropa tendida. Se trata del famoso palacete de Esperanza Aguirre y Gil de Biedma y su marido, el conde de Murillo. En 2006 la Presidenta de la Comunidad de Madrid declaró que no le daba para mucho, porque sólo la calefacción de su palacete “con esos techos tan altos” le costaba un pico en combustible. El libro de Alfredo Grimaldo Feitos, La LidesS.A. cifra el patrimonio inmobiliario de la pareja en seis millones de euros.

Clásicos Españoles en Jesús del Valle.

En el número seis de la calle tuvo casa a mediados del siglo XIX uno de los editores e impresores españoles más importantes de la centuria, Manuel Rivadeneyra. Fue conocido sobre todo por la Biblioteca de Autores Españoles, colección que imprimió en cuarto con gran calidad las obras clásicas de la literatura española y algunas joyitas olvidadas. Rivadeneyra financió la colección completamente de su bolsillo y tuvo sede también en la calle de la Madera número 8 y tros lugares, pero en el pie de imprenta de muchas de estas obras que por primera vez popularizaron la alta cultura figuraba Madrid. Jesús del Valle 6.

Es como se ve, Jesús del Valle, una callecita discreta que encierra secretos: en sus cavas, en las contraportadas de los libros antiguos o en sus muros más viejos. Una cuesta que vale lo mismo para un coche oficial que para un parroquiano de taberna.