Un conato de incendio recuerda por qué el cantón de limpieza del Paseo de la Dirección debe ser trasladado

Como cada año, el pasado fin de semana se produjo un conato de incendio en el parque Rodríguez Sahagún. Un problema que tiene que ver con la falta de previsión en la poda de la maleza seca –este año el calor se adelantó– que requeriría su propio artículo. Pero, en este caso, venimos a señalar la conjunción de esta circunstancia con un problema endémico en el Paseo de la Dirección. Según explican los vecinos a este medio, la policía tuvo que aislar la zona porque el foco estaba pegado a la parte trasera del cantón de limpieza que hay en la calle.

El cantón de limpieza, situado a la altura del 325 del Paseo de la Dirección, ocupa desde 2008 una parcela que fue calificada como zona estancial el año 2019. La curva sería un perfecto mirador sobre el parque si no fuera por las estructuras prefabricadas que componen el cantón, que se colocó allí con el carácter temporal que denotan sus calidades cuando se cerró el anterior, en la calle de Simancas. Pero la ubicación no fue temporal.

El mamotreto está fuera de lugar y cada poco tiempo recuerda al vecindario su incómoda presencia, por la ida y venida de los vehículos, el agua pulverizada con la que estos se limpian…o los vertidos que caen visiblemente por la pendiente del parque sobre la que se apoya. En el centro se producen transferencias de residuos y los vecinos miran con horror los hilos líquidos sobre el parque y los restos del Canal Bajo del Canal de Isabel II.

Porque esa es otra, una parte del cantón se apoya prácticamente sobre uno de los acueductos de esta valiosa pieza patrimonial, que presenta un estado de abandono preocupante en sí mismo.

En el contexto de las reuniones que los vecinos afectados por el proceso de reforma del Paseo de la Dirección tuvieron con la Junta de Distrito y los técnicos municipales, estos propusieron para su reubicación un solar que hay detrás de la gasolinera Galp, en la calle de Sinesio Delgado y junto a la subestación de Iberdrola (lindando con el Barrio del Pilar y el parque de La Ventilla).

En 2015 el PSOE presentó en el Pleno Municipal de Tetuán una propuesta para trasladarlo a dicha parcela, a través de una permuta de terrenos. Fue aprobada por unanimidad. Eran los tiempos de Paloma García Pelayo como Concejala del distrito y la propuesta pareció encontrar el consenso necesario entre todos los agentes implicados.

Cada cierto tiempo, la agrupación socialista ha venido preguntando en los plenos municipales sobre el tema, pero, ya se sabe, las propuestas aprobadas en los plenos siempre llevan la coletilla “se instará al área competente”, y en este caso, la respuesta solía ser que el traslado contaba con el visto bueno de la Junta, pero la pelota estaba en el tejado de las áreas de Urbanismo y Medioambiente.

Por el camino, el soterramiento de la subestación de Iberdrola permitió –recalificación mediante– que apareciera junto a la parcela donde debería ir el cantón una nueva, donde se ha edificado una residencia de lujo para estudiantes. Desde el primer momento, la Asociación Vecinal Ventilla-Almenara señaló que el nuevo destino del suelo complicaría el traslado del cantón, ¿lo llevarían junto a la nueva residencia de lujo?

La respuesta a una iniciativa del grupo municipal Más Madrid que, una vez más, subrayaba la necesidad de trasladar el cantón, fue más taxativa que en ocasiones anteriores en el transcurso del Pleno Municipal del pasado mes de abril. Según la Concejala Presidente del distrito, Blanca Pinedo Texidor, el anunciado traslado no se llevará a cabo ni a la parcela prevista ni, de momento, a ninguna otra. Según aducía, el cantón preexiste a la declaración de la parcela que ocupa como zona estancial, la parcela señalada en 2015 como posible destino del cantón no tiene la calificación necesaria –en su intervención llegó a decir que era la de la gasolinera– y tampoco hay otra municipal que ostente la calificación de servicio público necesaria. Así que, al contrario que sucedió en 2015, en esta ocasión la proposición obtuvo el voto en contra de PP, Cs y Vox.

Las telas asfálticas que hoy tapan las vistas sobre el parque se antojan un recuerdo material de la desidia que ha hilvanado la relación con los vecinos en la interminable reforma urbana de su barrio. Son, precisamente, las vistas desde esa cornisa las que, en parte, hicieron de sus calles un lugar apetecible para el capital. Los deficientes accesos al parque también les recuerdan que quienes manejaron la escuadra y el cartabón no lo hicieron pensando en ellos.

 En un barrio en el que se destruyó mucho más rápido de lo que se está reconstruyendo, la falta de soluciones les exaspera. Ni la calificación urbana de zona estancial ni la aprobación en el Pleno Municipal les ha servido de nada y, lo que es peor, no parece que se esté buscando ninguna alternativa para que el vecindario recupere el bocado que se le dio al parque para mal-colocar este servicio municipal, hoy fuera de ordenación.