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Dos médicos para supervisar a 22 residentes en urgencias: los MIR del 12 de Octubre van a la huelga

El hospital 12 de Octubre.

Sofía Pérez Mendoza

Los médicos residentes se ponen de huelga en Madrid. Los MIR del hospital público 12 de Octubre dejarán de cubrir las guardias en urgencias a partir del próximo 30 de noviembre si la Consejería de Sanidad y el centro no refuerza el servicio de médicos adjuntos que “supervisan” su trabajo: solo hay dos en el turno de noche para 22 aprendices. Los de primer año no pueden legalmente trabajar sin supervisión y lo están haciendo, según los convocantes de la huelga. 

En el hospital 12 de Octubre hay unos 300 médicos residentes de diferentes niveles de experiencia: desde los R1, los menos experimentados por estar recién salidos de la carrera, a los R5, tratados casi como médicos de plantilla. De ellos, 240 tienen que hacer guardias en urgencias 17 horas (en diario) y 24 (en fines de semana). “Llevamos la carga de las urgencias. Tienes que asumir muchas cosas y a veces manejamos una situación y una incertidumbre para la que no estamos preparados porque los adjuntos no dan abasto”, admite Julia Moreno, una de las portavoces del comité de huelga.

Los residentes denuncian que la escasez de plantilla que describen tiene una consecuencia directa en la atención: “hacemos una medicina más defensiva, solicitamos, ante las dudas, más pruebas. Y eso significa que el tiempo en la urgencia es mayor”. “Los médicos adjuntos se localizan físicamente donde están los pacientes más graves. La patología grave está bien atendida pero no la que parece menos grave pero puede serlo. Hay más riesgo de errores”, relata Moreno. Las quejas de los residentes subrayan especialmente la situación en el área de ambulantes (con boxes y sillones) y en traumatología, donde aseguran que no hay ningún adjunto a partir de las dos de la tarde que los supervise.

Las urgencias del hospital 12 de Octubre se dividen en seis zonas: encamados, ambulantes, sillones, consultas, traumatología y observación. “A partir de las 21 horas –según los convocantes de la huelga– cuatro de las seis quedan sin presencia física de un adjunto”. “Nos vemos abocados a asumir competencias para las que no siempre estamos capacitados”, añaden.

Comunicaciones “repetidas” a la dirección

Los residentes, apoyados por el sindicato Amyts y Comisiones Obreras, aseguran que desde febrero han reportado “de manera intensa y repetida” al hospital esta situación “porque el tiempo de atención de los pacientes, si no podemos consultar las dudas o nos atascamos, se alarga en un servicio de urgencias con una carga asistencial enorme”, explica Moreno. Con especial atención a que se está incumpliendo el Real Decreto 183/2008 que obliga a que los residentes de primer año estén supervisados físicamente y no puedan firmar documentos de altas, bajas u otros importantes.

S. es una de esas médicas recién llegadas al hospital. “En algunas ocasiones he tenido que ejercer un papel que correspondería a un residente de mayor año con el estrés que eso conlleva”, explica a eldiario.es. Admite que “la presión asistencial y la falta de recursos” la han obligado, por ejemplo, a dar altas, una acción que no corresponde a su nivel de experiencia ni de conocimiento. S. describe una situación de sobrecarga que genera mucho “estrés” también a los adjuntos: “He visto a residentes mayores y los adjuntos agotados y colapsados, sin dar abasto de nuestras demandas”. 

La última vez que los residentes comunicaron al hospital la situación fue el pasado 16 de noviembre, el mismo día que se convocó la huelga, a través de la Comisión de Docencia, un órgano de representación donde se encuentran los residentes y representantes de la dirección.

El acta de esa reunión, a la que ha tenido acceso eldiario.es, revela que la Consejería de Sanidad admite “los problemas de supervisión”. “Nos ha manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de solventar los problemas de supervisión para poder aprobar un protocolo de supervisión de urgencias”, reza el acta, que pone en evidencia que dicho protocolo sigue sin aprobarse. La Comisión de Docencia declara en el mismo documento su falta de “competencias para solucionar los déficits” y pide una “solución inmediata”. 

Además de los problemas de plantilla, los residentes advierten de que el hospital está vulnerando la legalidad con sus horarios. “A partir del 30 de mayo nos avisaron de que las guardias empezaban en diario a las dos y media y acababan a las ocho de la mañana. Son 17 horas y media cuando el límite de las que se hacen entre semana es de 17 horas”, asegura Julia Moreno, que relata que a ella y a los demás el hospital les informó por teléfono, sin dejar constancia por escrito de la ampliación del horario. 

Los residentes cumplen con estas horas de guardia después de su horario habitual de trabajo de siete horas, lo que suma 24 en total. “En estas circunstancias se prestan servicios subóptimos a los pacientes. La inmensa mayoría de ellos son atendidos por personal en formación que con frecuencia toma decisiones sobre su salud tras más de 20 horas de trabajo sin descanso”, denuncian los facultativos en formación en una nota de prensa en la que explican los motivos para la huelga. 

La ratio adjuntos-residentes es objeto de “queja” habitual en el Colegio de Médicos de Madrid, según el vocal de residentes, Borja Castejón. “No solo en el 12 de Octubre, también en otros hospitales de Madrid”, afirma. En 2016, el número de residentes en el servicio de urgencia en los turnos de tarde y noche duplicaba al de médicos de plantilla en días laborables y también en fines de semana, según una respuesta parlamentaria del Gobierno de la Comunidad de Madrid a Podemos. 

Un plan de urgencias desconocido

Fuentes del hospital defienden que “tienen el firme propósito de solucionar de forma ágil, eficiente y de acuerdo a la normativa vigente las peticiones planteadas”, aunque según los convocantes no se ha producido ninguna reunión a raíz de la convocatoria de la huelga. El centro asegura que esta semana presentará una actualización del “protocolo de supervisión y adquisición progresiva de responsabilidades de los Médicos Internos Residentes en Urgencias” en la Comisión de Docencia.  

El hospital también alude a un “plan de Reordenación de la Actividad del Servicio de Urgencias” que incluye “cambios organizativos” y la “incorporación de nuevos efectivos de forma progresiva” pero no concreta de qué numero se trata ni cuándo se producirá. 

PP y Ciudadanos han tumbado durante dos años consecutivos una enmienda de Podemos para reforzar el personal del servicio de urgencias. La última vez fue el año pasado. “Pedíamos cinco millones más para esta partida, que no es una grandísima inversión. Las urgencias son una puerta de entrada y con poner tres adjuntos más por hospital se conseguiría tener un servicio mucho más resolutivo. Pero los residentes son mano de obra barata”, apunta la diputada Mónica García, de la formación morada. 

Las guardias suponen la mitad del salario mensual de los residentes. Dar este paso, asegura el comité de huelga, responde a “una acumulación de problemas en el tiempo”. Los residentes aseguran que son conscientes de que hacer los paros indefinidos puede complicar su continuidad en el hospital una vez que acabe su contrato MIR, indefinido por cuatro años. “Puedes pensar que te puede pasar factura. De aquí a seis meses estaré en el paro”, admite Julia Moreno, residente de último año. La médica asegura que “la respuesta de los residentes está siendo bastante amplia teniendo en cuenta la situación”. 

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias ve la huelga como un síntoma “de dejación de la dirección, que ha sabido valorar la situación”. Aunque no comparte, en palabras de su presidente Juan González Armengol, que los paros sean solo de residentes. “Si no es todo el servicio no tiene mucho sentido”, apunta en conversación con eldiario.es, y subraya que los “residentes no son estudiantes que miran, sino médicos con grados de responsabilidad correlativos y progresivos”. “A los de último año saben más que algunos adjuntos”, remacha. Los médicos en formación se quejan precisamente de que la escasez de personal supervisor no les garantiza “el debido acompañamiento”. 

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