La Dirección General de Tráfico (DGT) prepara una de las reformas más amplias del Reglamento General de Circulación en la última década. El texto, que se encuentra todavía en tramitación administrativa, recoge cambios significativos que afectarán tanto a conductores profesionales como a usuarios de patinetes, ciclistas y peatones. Según el último borrador, al que tuvo acceso Servimedia, la DGT prevé que el nuevo reglamento pueda aprobarse a finales de 2025 y entrar en vigor el 2 de enero de 2026, con el objetivo de reforzar la seguridad de los colectivos más vulnerables en entornos urbanos.
Medidas destacadas: la obligatoriedad de llevar el cinturón de seguridad
Entre las medidas más destacadas figura la obligatoriedad de llevar el cinturón de seguridad también dentro de ciudad para los taxistas, repartidores y profesores de autoescuela, una exigencia que hasta ahora no se aplicaba a estos colectivos. El borrador elimina las exenciones que figuraban en el artículo 119 del actual reglamento y que permitían circular sin cinturón en determinados supuestos de trabajo. Solo se mantendrán las excepciones para los vehículos de urgencia, los pasajeros de ambulancias asistenciales y los menores de 1,35 metros que viajen en taxi por ciudad, siempre que lo hagan en los asientos traseros.
El documento también introduce nuevas obligaciones para los riders y repartidores que se desplacen en bicicleta, motocicleta o patinete. Todos ellos deberán llevar chaleco reflectante de alta visibilidad no solo en carretera, sino también en travesías y vías urbanas. La DGT justifica esta medida en el aumento de la siniestralidad en entornos urbanos y en la necesidad de hacer más visibles a los trabajadores que se mueven por cuenta ajena en el reparto de mercancías o comida.
En cuanto a los VMP
Otra de las novedades se refiere a los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal (VMP). El borrador establece que deberán circular siempre con las luces encendidas, tanto de noche como de día. No obstante, la exigencia diurna se aplicará con un año de margen, a partir de 2027. Además, los VMP no podrán circular por los carriles de alta ocupación (VAO); hacerlo se considerará una infracción grave sancionada con 200 euros de multa, reducibles a la mitad si se abonan en el plazo de 20 días.
En lo que respecta a motociclistas y ciclistas, la DGT mantiene la obligación de usar casco, pero introduce cambios en los elementos de protección. Los motoristas deberán llevar guantes homologados y calzado cerrado, aunque se descarta imponer el uso de cascos integrales o modulares, que se exigían en versiones anteriores del texto. También se elimina la excepción que permitía circular sin casco a quienes contaban con un certificado médico. En cuanto a los ciclistas, se confirma la posibilidad de circular “en columna de a dos” por el arcén, y se elimina la referencia que señalaba que los profesionales podían regirse por “sus propias normas” durante entrenamientos o competiciones.
Distancia y estacionamiento
El borrador refuerza además las normas sobre distancia y velocidad en adelantamientos. Cuando un vehículo esté inmovilizado en la vía (por avería, siniestro o labores de mantenimiento o auxilio) y ocupe parte del carril de circulación, el conductor que lo adelante deberá mantener una separación lateral mínima de 1,5 metros y reducir su velocidad en al menos 20 km/h respecto al límite de la vía. Esta medida busca mejorar la protección de los trabajadores de mantenimiento y emergencias en carretera, uno de los colectivos más expuestos.
Las modificaciones también alcanzan la circulación y el estacionamiento en entornos urbanos. El texto prohíbe aparcar o detener vehículos de cuatro o más ruedas cerca de pasos de peatones, con el fin de mejorar la visibilidad y la accesibilidad. Los ayuntamientos dispondrán de dos años para aplicar esta medida. Asimismo, se permite el estacionamiento de vehículos dedicados a actividades comerciales de venta (una práctica que el primer borrador prohibía) y se suprime la referencia a la obligación de llevar visible la etiqueta ambiental, cuya regulación queda en manos de las corporaciones locales.
En relación con los peatones, la DGT amplía los supuestos de prioridad de paso: no solo para las filas escolares y comitivas organizadas, sino también para los casos en los que transiten unidades militares a pie, una novedad respecto a la redacción anterior. Además, se incorpora una disposición para que las corporaciones locales regulen la subida y bajada de niños, personas mayores o con movilidad reducida en entornos urbanos, reforzando la accesibilidad en zonas escolares y residenciales.
La DGT señala que la reforma del reglamento forma parte de una estrategia global de “visión cero” con la que el organismo busca reducir la siniestralidad en ciudad y carretera en la próxima década. Tras su paso por distintos ministerios y órganos consultivos, el texto será remitido al Consejo de Ministros para su aprobación definitiva. Si el calendario se cumple, España estrenará en 2026 un nuevo reglamento de circulación adaptado a la movilidad del siglo XXI, con normas más estrictas para los conductores profesionales y mayor protección para peatones, ciclistas y usuarios de patinetes.