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Entrevista

Julio García Cegarra, director del Cante de las Minas: “Este festival tiene algo que te engancha de forma distinta”

Julio García Cegarra, director del Festival Internacional Cante de las Minas de La Unión, posa en la azotea del Ayuntamiento. Al fondo, el perfil del municipio y la sierra minera

Álvaro García Sánchez

24 de marzo de 2024 06:00 h

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Dentro del Ayuntamiento de La Unión, que es un palacio modernista con una hilera de balcones que caen sobre la calle Mayor, una escalera en espiral conduce al corazón cultural del municipio: la Fundación del Cante de las Minas. Julio García Cegarra (La Unión, 1969), director desde 2023 de un certamen internacional que cuenta con más de 60 años de historia, recibe a elDiario.es de la Región de Murcia reclinado sobre la mesa de su despacho, escribiendo sobre documentos y rodeado de carteles de la nueva edición del Festival, cuya llegada espera con una ilusión no mitigada por el paso del tiempo, sino fortalecida por él. Ya fue director del evento desde el año 2007 hasta el 2014, y alcalde del municipio en 2015. Maestro de profesión, prepara con detalle cada mínimo pormenor hasta que, por fin, el 31 de julio, las calles de La Unión que se aprecian de un vistazo a través de los amplios ventanales del edificio se abarroten y se conviertan en “flamenco por los cuatro costados”

¿Cómo descubrió el flamenco, de dónde viene su afición por él?

Mi afición por el flamenco empezó cuando yo tenía 17 años. Yo soy de aquí, de La Unión. Mi abuela vive justo al lado del Mercado Público, donde se celebra el Festival. Aquí lo llamamos la ‘Catedral del Cante’. Desde siempre lo viví, en la terraza, con mi familia. Pero con 17 años entré en la organización del Cante de las Minas, para trabajar durante los meses de verano y ganar un dinero, como necesitaba cualquier chico de esa edad. En esos años el flamenco me fue envolviendo, me fue pellizcando. Nunca dejé de seguirlo desde entonces.

¿Fue a partir de ese pellizco del flamenco cuando se involucró todavía más en la organización hasta recalar en la dirección del certamen?

Sí. Fueron pasando los años y en 2007 entré en la lista de Francisco Bernabé, antiguo alcalde del municipio, como concejal de Cultura. Ahí me hice cargo del Festival, que en aquel entonces necesitaba de una cabeza visible que lo dirigiera en diversos ámbitos. Ambos consideramos oportuno que yo ocupara ese lugar. Estuve dirigiéndolo, primero, del 2007 al 2014.

A finales de junio de 2023, cuando Joaquín Zapata, actual alcalde, le nombró de nuevo como director tras ese primer periplo, dijo que usted fue el responsable de la época más importante del Festival a nivel mediático ¿A qué se refería exactamente?

En ese momento, durante esos siete años, creo que el Festival alcanzó sus mayores cotas mediáticas, a nivel de publicidad, de todos los aspectos. Era algo impresionante. Un gran medio a nivel nacional llegó a publicar en su portada que, durante los primeros días de agosto, cada año, la crónica cultural, social y política del país se escribía desde La Unión. Venían las sucesivas ministras de Cultura, embajadores de países muy relevantes, artistas de diversos ámbitos, muchísimas personalidades.

¿Es ese el objetivo de su nueva etapa, volver a ese prestigio mediático?

Estamos en ese camino. Ya el año pasado, aunque cogimos el Festival a principios de julio, pudimos poner nuestro granito de arena en algunas cosas. Pero esta ya va a ser la primera edición donde queremos que se vea ese cambio. Vamos hacia la excelencia. Este año vuelven embajadores de muchos países, vuelve gente muy importante, artistas que han nacido musicalmente aquí, o que han comenzado parte de sus carreras aquí, como Miguel Poveda o Pitingo. Y muchas otras cosas más. Las iremos desvelando poco a poco. 

¿Cómo influye la forma, el gusto con el que vive el flamenco a la hora de dirigir el Cante de las Minas?

Influye muchísimo. El flamenco te envuelve. Sientes que tienes una deuda con el flamenco muy grande, por todo lo que te da. Dirigir un festival conlleva muchas cosas. Entiendo que le debemos tanto al flamenco que no podemos fallarle. Queremos que sea el festival del género más importante del mundo. Pero cuando te gusta, cuando te apasiona, la forma en que trabajas es muy diferente. Y tenemos, además, a un presidente de la Fundación Cante de las Minas que es probablemente el alcalde más flamenco que ha tenido La Unión. Es un plus trabajar con Joaquín Zapata. 

Para quien no lo sepa, o quien alguna vez haya pensado en asistir ¿Cómo es La Unión durante el Festival? ¿Propicia que la gente que viene se enamore del flamenco?

Sin duda. Nosotros recibimos visitantes de todo el planeta. De cualquier parte. De México, de Argentina, de Europa, de muchos otros lugares. Aquellos que lo viven por primera vez vuelven siempre. La Unión durante esos días se transforma. Parece una ciudad totalmente diferente. Desde el 31 de julio hasta el 10 de agosto van a ser 11 días para vivirlos aquí. La gente se pone sus mejores galas para asistir a todos los eventos que se programan en el Festival. Las calles son una fiesta. Todo el mundo colabora. Y cuando cae la noche, llegan las galas y las ‘madrugás’, en distintos puntos de la ciudad. 

Precisamente eso, las ‘madrugás’, dejaron de hacerse durante unos años y ahora han retornado. Debe ser algo muy especial, cuando el flamenco invadía las calles y las minas.

Completamente. El flamenco se vive de noche. Es un arte que está íntimamente ligado a los cafés cantantes, a los tablaos que se desarrollaban antaño durante la noche, de madrugada. Queremos volver a crear ese ambiente en La Unión. Desde las siete y media de la tarde, en el Festival, ya hay todo tipo de actividades culturales, pero a partir de las diez y media, que empieza la gala, hasta las cuatro o las cinco de la mañana, las calles de La Unión son flamenco por los cuatro costados.

¿Qué significa el Cante de las Minas para La Unión? ¿Qué le ha dado este festival a La Unión, y viceversa, durante tanto tiempo?

En primer lugar, La Unión al Festival le ha dado lo que es. Le ha dado la vida. Tuvimos un alcalde, Esteban Bernal, que, hace más de 60 años, conociendo de primera mano la realidad de lo que era el trabajo en las minas, y conociendo que en esas tareas tan duras surgían determinados cantes de mineros, decidió crear el Festival, con esa inspiración.

A partir de ahí, el Festival se lo devuelve a todos los habitantes de La Unión intentando, cada año, traer a los mejores artistas de cada una de las distintas modalidades, para que puedan disfrutar de ellos. Especialmente en la fase del concurso. Nos distinguimos de otros festivales porque tenemos un concurso de cante, de toque, de baile y de instrumentista flamenco que no tiene ningún otro. Además, con unos cantes propios, que son los cantes mineros.

¿Cómo definiría la importancia del festival a nivel cultural, y a nivel musical, en el panorama regional, nacional, incluso internacional?

Hemos tenido la grandísima suerte de tener algunas lámparas mineras que hoy en día son iconos musicales dentro del flamenco. El ejemplo que ponemos siempre es Miguel Poveda, que este año va a ser pregonero el día 1 de agosto y va a ofrecer una gala al día siguiente. Tenemos también a Pitingo, que empezó aquí cuando solo tenía 20 años y ganó el premio a cantaor revelación. O a la ganadora del año pasado, Rocío Luna, que es una cantaora que va a tener un recorrido impresionante. Son artistas que hoy en día están cada semana en los mejores tablaos del mundo. 

Se puede decir que el Cante de las Minas es un descubridor de talentos. 

Eso es lo que queremos. El mejor festival de flamenco tiene que tener a los mejores artistas. Nosotros queremos ir de la mano con ellos para que lleguen lo más alto posible.

Esos artistas que ha mencionado y que forman parte del Festival, de su historia, como Miguel Poveda u otros que han nacido musicalmente en el Cante de las Minas, guardan La Unión en su corazón a lo largo de su carrera, y siempre vuelven ¿A qué cree que se debe?

El Festival Internacional del Cante de las Minas tiene algo que es diferente, que te engancha de forma distinta. Miguel, por ejemplo, viene a La Unión y es como si viniera a su casa. Va por la calle y lo paran cada dos minutos. Ha llenado el corazón de la gente de este pueblo. Siempre, allá donde va, da las gracias a La Unión. Tenemos la opinión de que tenemos que cuidar mucho a todos y cada uno de los artistas que vienen aquí. 

Ese cariño de los artistas no sucederá en muchos otros festivales.

No, en absoluto. Este festival, en ese aspecto, es muy familiar. Incluso con los grandes artistas que no han empezado su carrera aquí. Por ejemplo, José Mercé, cada vez que viene, dice: “Fíjate, estoy aquí delante de 1.200 personas en la 'Catedral', que yo he estado cantando en sitios muy grandes, y en ninguno de ellos me he puesto más nervioso que encima de estas tablas”. Es un añadido, y los artistas lo llevan consigo.

Se han llevado a cabo, para esta edición, colaboraciones con otras administraciones, como la Junta de Andalucía ¿Es el flamenco un nexo de unión con otros lugares?

Yo creo que yendo todos de la mano y trabajando todos juntos conseguiremos un beneficio común. Hacía años que la Junta de Andalucía no estaba dentro de la familia del Festival, y este año vuelve. Igual que la Junta de Extremadura. Somos un Festival que engloba a todo el mundo, porque creemos que ésa es la fórmula para que todos crezcamos. También colaboran en esta edición el Ayuntamiento de Murcia, y el de Cartagena. Estamos muy contentos con el apoyo de todas y cada una de las instituciones a las que estamos llamando a la puerta.

El flamenco es un género que, como el arte, y como la propia música, está en constante transformación. Este año, en una gala, se va a mezclar el flamenco con la música clásica ¿Apuesta el Festival por esa transformación? 

Por supuesto. En esta edición tenemos a Carlos Piñana, guitarrista, que viene con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. El flamenco no para de transformarse. El flamenco puro, el de toda la vida, lo tenemos en los concursos. Incluso en los propios concursos el jurado este año va a tener en cuenta la innovación artística de cada uno de los participantes. No podemos ir en contra de la realidad ni mirar hacia otro lado. El flamenco es un arte en constante evolución y nosotros tenemos que acompañarlo, potenciarlo y ofrecérselo al público. Los artistas crean arte, crean magia sobre las tablas de la 'Catedral'. Y cada vez buscan nuevas vías para ello.

Y a nivel más tradicional, el Festival nació con la intención de reflejar esa historia minera de La Unión ¿Cómo cree que el certamen contribuye a preservar y promover la cultura vinculada a la minería? 

Los antiguos mineros fueron los que dieron el sentimiento, la necesidad, la responsabilidad de querer exportar ese cante como un valor cultural que tenemos en nuestra ciudad. No podemos olvidar nuestra historia ni de dónde venimos. Lo más importante que tiene el certamen, que son sus concursos, provienen de ahí. Y no lo podemos perder nunca. Este año hemos redactado unas bases mucho más completas en ese aspecto. Hemos intentado llamar todavía más a los artistas, hacerles más partícipes de nuestra cultura y hacerles el festival más atractivo, dándoles también un empujón y una ayuda.

¿Cuáles son esas nuevas bases y ese nuevo atractivo, esa ayuda?

Las hemos lanzado esta semana. Desde el 21 de marzo, hasta el 1 de junio, los artistas que quieran concursar se pueden inscribir en la página web del Festival. Este año, por ejemplo, el ganador de la Lámpara Minera tiene que ganar el primer premio de mineras y tiene que conocer los cantes mineros, como la cartagenera o la taranta. Tratamos así de hacer un cantaor o cantaora más complejo, más fuerte, con más conocimiento de nuestros cantes.

También queremos premiar artistas que son olvidados, como los bailaores o los instrumentistas que llevan consigo los cantaores durante sus actuaciones. Hay premios especiales de mil euros para todos ellos, para que destaquen.

Hemos subido, además, la dotación económica de todos los galardones y hemos añadido segundos premios en instrumentistas, que no los había hasta ahora. Estamos, de alguna manera, incentivando para que aquellos que se presenten tengan un colchón económico.

¿Y cómo se seleccionan este año a los artistas que concursan?

Ése es otro de los cambios. Desde las pruebas selectivas, que se realizan a lo largo y ancho de la geografía española, se elige un jurado. Ese jurado, después, será el mismo del concurso final. Creemos que, así, existe una coherencia, desde que se seleccionan los artistas hasta que llegan a la final, con personas del jurado que sean perfectamente conocedoras de la trayectoria que ha llevado cada uno.

En el futuro, dentro de unos años, ¿qué esperaría haber logrado en el Festival cuando mire hacia atrás?

Esperaría haber dejado un Festival totalmente arraigado a La Unión. Un Festival respetuoso, querido, que forme parte de esa gran familia que es el flamenco. El flamenco hay que quererlo, hay que cuidarlo y hay que respetarlo. Si cumplimos esas tres cosas, todo lo que hagamos será un éxito.

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