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Entrevista

Sao, director del Teatro Villa de Molina: “El teatro debe buscar espacios de conexión y participación ciudadana”

Sao, director del Teatro Villa de Molina | J. A. F.

José Antonio Fuentes

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El próximo 15 de septiembre arranca la 53ª edición del Festival de Teatro de Molina de Segura. Más de 5.000 personas pasan cada año por el festival con más historia de la Región de Murcia. Un público fiel que reconoce el referente cultural que, en cada edición, acerca nuevas experiencias y tendencias escénicas.

Al frente de la organización del festival y la dirección del Teatro Villa de Molina está Juan Francisco Saorín -Sao- (Blanca, 1960). Funcionario del ayuntamiento de Molina de Segura desde 1985, llegó a Molina de Segura con tan solo 6 años. De adolescente, en el emblemático cine Consu del municipio, conoció la potencia de las artes en vivo con la obra 'Quejío', dirigida por Salvador Távora, de la mítica compañía andaluza La Cuadra .“Descubrí que el teatro tenía mucho que decirme”.

Sao estudió Magisterio pero su verdadera vocación la desarrolló en la Universidad Popular y la función pública municipal: la educación social, la animación sociocultural y, en los últimos tiempos, el área de participación ciudadana. Una experiencia laboral y vocación que ha confluido en la dirección del teatro: “Mi papel como gestor no es dedicarme solo a programar. Tengo en mente proyectos de participación y apertura de una institución como el teatro Villa de Molina”.

Artísticamente recoge el testigo de su antecesor en el cargo, José Antonio Avilés, la persona con la que dio sus primeros pasos en el mundo de las artes escénicas en un tiempo que el teatro valía una revolución.

¿Cómo llegaste al teatro?

Descubrí el teatro en la adolescencia y ha sido una herramienta de crecimiento personal muy valiosa. Me dotó de capacidad de liderazgo, de responsabilidad y sensibilidad, eso se lo debo al teatro. A los 16 años me incorporé al grupo de teatro escolar formado por José Antonio Avilés -anterior director del Teatro Villa- en el Instituto Vega del Táder. De ahí pasé a la compañía Pandora dirigida también por Avilés. Fueron unos años inolvidables.

El Festival de Teatro de Molina es el de mayor antigüedad de la Región de Murcia gracias a la determinación de llevarlo a cabo en el momento más complicado de la pandemia. 53 ediciones ya, ¿es un peso o da alas?

No nos importa ser el más antiguo. Lo que realmente no preocupa es cumplir con las expectativas de todas estas décadas de teatro. Por un lado estimula y, por otro, es una presión. Las 53 ediciones dicen mucho de la capacidad del municipio de Molina de Segura de sustentar un proyecto cultural de esta envergadura. A los molinenses nos caracteriza el espíritu innovador y la búsqueda de nuevos proyectos tanto en el ámbito cultural como empresarial.

¿Mantiene el festival el mismo espíritu rompedor con el que surgió?

El festival nació en 1972. En ese momento, el contexto social y político necesitaba del teatro para expresar alternativas al régimen político. Aunque políticamente hemos cambiado mucho, seguimos necesitando esta expresión cultural. Mantenemos el espíritu de explorar nuevos lenguajes escénicos y discursos comprometidos con las problemáticas del momento. El teatro ya no es un templo donde ir a ver una obra. Como organización el teatro está vivo y abierto a lo que sucede alrededor y debe buscar espacios de conexión e intercambio con la ciudadanía. No se trata solo de programar una secuencia de obras.

¿Qué aporta el Festival de Teatro que no se encuentra en la programación permanente del Teatro Villa de Molina?

Durante las dos semanas que dura el festival nuestra intención es disfrutar de la fiesta del teatro que además coincide con las fiestas patronales de Molina de Segura. En la programación puedes encontrar teatro de sala, danza, clown o danza y, además, teatro de calle que durante el resto del año no programamos. La visión de la programación es muy diferente a la permanente del Villa de Molina. Hay propuestas que por su naturaleza son difíciles de programar durante la temporada y tienen cabida en el festival.

Habéis hecho un esfuerzo importante por atender a públicos como el joven, creando el Premio Joven de Teatro la edición anterior. ¿Cómo fue la experiencia y qué expectativas hay este año?

Con la idea de dotar de carácter propio al festival y diferenciarlo de otros festivales y la programación permanente, nos focalizamos en el público joven que, normalmente, no viene al teatro.

La edición anterior se puso en marcha el Premio Joven y este año hemos desarrollado un nuevo proyecto: un campus de teatro joven. Se hizo en julio. Con la colaboración y apoyo de los centros educativos del municipio nuestra intención es que los jóvenes vean en el festival un espacio juvenil, transgresor y novedoso que les haga sentirse cómodos y despierte su amor por el teatro.

El bullying y el acoso son dos temas recurrentes en entornos escolares y adolescentes. ¿Qué vamos a ver en el espectáculo 'Golfa'?

'Golfa' trata el acoso en ámbito de pareja adolescente, sí. Sin duda, un grave problema el bullying y el teatro puede ser un vehículo para reflexionar sobre ello. Hay otras obras programadas como 'La metamorfosis de Gregor' o 'En bucle' interesantes en ese sentido. En la programación destinada al público juvenil hemos buscado mostrar ese espacio de identificación y reflexión.

En esta edición hay una apuesta interesantísima por compañías de la Región de Murcia, ¿es algo meditado o falta de presupuesto?

El presupuesto es el mismo que en otras ediciones. Es fruto del compromiso del equipo gestor actual y del papel que debe jugar una institución de esta naturaleza. El festival tiene que dar cabida al teatro de la Región de Murcia y ser una plataforma que ayude a impulsar a las compañías locales.

Tenemos la suerte de tener grandes creadores en la Región que generan espectáculos importantes y nosotros confiamos en ellos. Esto enriquece la propuesta del festival junto a otras compañías de ámbito nacional e internacional. Es una sinergia que nos beneficia a todos.

¿Ha impactado el festival en el tejido teatral del municipio?

Cuando el festival comenzó no había ningún tipo de infraestructura teatral en Molina de Segura, no existía el Teatro Villa de Molina. El festival, sin duda, ha contribuido a que hoy tengamos este teatro con una programación permanente.

Se ha generado mucha afición estos años. Ahora mismo contamos con ocho grupos de teatro aficionado en Molina de Segura. También cabe destacar la calidad de los espectadores, que cada año han visto un selección de los mejores espectáculos en gira de ese momento.

El festival se abre con una obra de Els Joglars y se cierra con la última producción de Atalaya TNT, ¿tiene un vínculo especial el festival con estas compañías?

Son dos compañías que han tenido mucha presencia en el festival a lo largo del tiempo y ellos nos tienen mucho cariño. La asociación de Amigos del Teatro de Molina de Segura ha dado el premio, en esta edición, a Els Joglars por sus 60 años de trayectoria. Para nosotros es un orgullo que una compañía tan importante como Atalaya TNT quiera estrenar su última producción en Molina de Segura.

¿Qué supondría la llegada de Vox Molina al gobierno municipal y cómo afectaría a la cultura teatral? Me consta que concejales de esa agrupación municipal manifestaron su descontento con la programación de la reconocida bailarina, Luz Arcas, en un espectáculo que rendía homenaje a María Teresa León.

El festival tiene tal dimensión e historia a sus espaldas que siempre tendrá espacio y reconocimiento a nivel municipal y por parte de la Comunidad Autónoma. El festival perdurará gobierne quien gobierne. Es algo más que una manifestación cultural y está muy instaurado en la sociedad molinense.

¿Qué recomendaría a un espectador con ganas de emociones y presentaciones escénicas contundentes y conmovedoras y a otro que solo pretenda pasar un buen rato?

Hay muchas propuestas interesantes, me cuesta elegir. Por 50 euros se puede adquirir el bono con el que ver los 23 espectáculos programados a lo largo de las dos semanas. Además, el teatro y la danza que se realizan en las calles y plazas son gratuitos o tienen el precio simbólico de un euro. Pretendemos facilitar la accesibilidad y que nadie interesado se quede sin poder asistir por motivos económicos.

Tres piezas que no dejarán indiferente a nadie son 'Las aves' de la compañía La Calórica, la obra inaugural de Els Joglars o 'Celestina infernal', que es una obra de títeres para adultos. Para pasar un muy buen rato recomiendo cualquier espectáculo de calle o danza.

¿Te ha sorprendido algo de la gestión cultural institucional?

Soy funcionario del Ayuntamiento y conozco el funcionamiento de la institución. Previamente he pasado por áreas como Juventud y Participación Ciudadana. En ese sentido no me ha sorprendido.

Personalmente, la dirección del Teatro Villa de Molina es un reto apasionante y estoy muy contento del trabajo que estamos haciendo todo el equipo. Esta mañana he tenido una reunión con profesores de los centros de educación secundaria implicados en el Premio Joven del Festival. Ver la disposición del profesorado y el compromiso de los centros escolares de Molina de Segura con este proyecto me da mucha alegría. Hay un camino que recorrer y nos ilusiona a mucha gente.

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