¿Se acuerdan del argumento principal de las personas que defendían su derecho a fumar por encima de cualquier otro?
Era que su derecho a la libertad de fumar estaba por encima del derecho a la salud. Quince años después, principalmente Vox y Partido Popular, argumentan para defender la imposición del 'pin parental', que los padres autoricen actividades destinadas a charlas y exposiciones basadas en valores constitucionales, a la libertad de los padres para elegir la mejor educación para sus hijos, anteponiendo ese derecho, a los derechos del niño como recoge nuestra ley fundamental.
Así que volvemos otra vez a discutir algo que ya estaba superado. Algunos partidos de extrema derecha siguen empeñados en montarnos a todos en su máquina del tiempo. El problema es que su máquina solo funciona hacia atrás en el tiempo. La siguiente parada sería en la estación 'Interrupción Voluntaria del Embarazo', conocida popularmente como aborto.
Lo peor de todo es que otra vez Murcia vuelve a convertirse en el 'Centro Nacional de la Recuperación de la Memoria Franquista'. Otra vez, y van unas cuantas, nuestra imagen como región vuelve a ser puesta en el ojo del huracán por culpa no de Vox y PP que, insisto, no engañan a nadie, sino de Ciudadanos. Los naranjas no solo siguen dando bandazos cada hora, sino que está consiguiendo algo que ya hemos otorgado el adjetivo de normalidad: que sus firmas aparezcan junto a los ultraconservadores Vox.
Hace apenas medio año los 'naranja boy's' no se querían ni sentar con ellos; al poco tiempo invitaban a café a los 'reconquistadores' de Santiago Abascal; después asumían verbalmente sus exigencias; hoy, a principios de 2020, salen públicamente sin sonrojarse a defender su firma junto a PP y Vox en nombre de la gobernabilidad.
La verdad es que ver a Juan José Molina, portavoz de Ciudadanos en el Congreso, defender posturas decimonónicas no produce ni siquiera enfado, simplemente me genera pena.
No creo que Miguel Sánchez, aquel caravaqueño que fue humillado y apartado por el 'Clan de Alcantarilla' y Hervías, hubiese pasado por esta humillación al que Vox está sometiendo al partido naranja, o lo que queda de él.
En cambio ahora, con un presidente de la gestora indicando a Isabel Franco la puerta de salida y avalando un 'pin parental' por el que hasta el Gobierno de España ha anunciado un requerimiento al Gobierno de Murcia, y que Ciudadanos a nivel nacional ya se ha apresurado a desautorizar a su gestora murciana, los naranjas vuelven a dispararse de nuevo en el pie. Sin duda, se han hecho expertos en autoinmolarse sin anestesia.
Pero de lo que casi nadie habla es de lo que realmente está detrás de todo esto. Porque más allá de la legalidad del 'pin' o del 'puk', parental o 'maretal', es del verdadero debate que hay de fondo: la lucha por desmantelar el sistema educativo público frente a la educación privada en nombre de la libertad. Y es ahí, en este punto, donde PP, Vox y Ciudadanos no solo están de acuerdo, sino que va en su ADN: la apuesta por la educación clasista, semillero y germen de la desigualdad.
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