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Chivite toma posesión en Navarra arropada por Calviño, los barones socialistas y el lehendakari Urkullu

María Chivite, durante la toma de posesión como presidenta de Narvarra.

Rodrigo Saiz / Iker Rioja Andueza

17 de agosto de 2023 12:10 h

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“Prometo respetar, mantener y mejorar el Régimen Foral de Navarra, acatar la Constitución española y las Leyes y cumplir fielmente las obligaciones de mi cargo de Presidenta del Gobierno de Navarra”. María Chivite ya es oficialmente presidenta de la comunidad foral por segunda legislatura consecutiva. Es la primera mujer que repite mandato al frente del Palacio de Navarra y la tercera consecutiva, algo desconocido en la España autonómica. La socialista ha tomado posesión en un acto solemne celebrado en la mañana de este jueves en el atrio del Parlamento navarro -o Cortes, según se ha recordado siguiendo la forma tradicional-, engalanado con los pendones de Navarra y de sus merindades.

El pasado martes superó la investidura merced al acuerdo de Gobierno que firmaron socialistas, Geroa Bai (PNV y Socialverdes) y Contigo/Zurekin (Podemos, Izquierda Unida, Batzarre y otros) y la abstención de EH Bildu, quien una legislatura más volverá a tener la llave de la acción legislativa. Lidera un Ejecutivo con 21 escaños frente a los 20 del bloque de la derecha, el de UPN, PP y Vox.

La toma de posesión, traducida al euskera e interpretada en lenguaje de signos, ha coincidido en el tiempo con las sesiones de constitución de las Cortes Generales, Congreso y Senado, lo que ha condicionado la preceptiva representación del Gobierno central en funciones que han acompañado a la recién reelegida jefa del Ejecutivo foral. Con todo, se ha enviado a una representantes de alto nivel, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, sin acta de diputada en el Congreso ni en el Senado, quienes han felicitado a la presidenta en nombre del Gobierno.

Al acto han acudido además presidentes de otros territorios como el lehendakari, Iñigo Urkullu. Su partido, el PNV, forma parte del Ejecutivo navarro a través de Geroa Bai. Ha llegado acompañando a algunos de los cargos de la coalición y conversando con uno de sus asesores de referencia, Daniel Innerarity. Asimismo, el PSOE ha reunido en Pamplona a sus tres únicos líderes autonómicos con la visita del presidente de Asturias, Adrián Barbón, y del de Castilla-La Mancha. Emiliano García-Page. Este dirigente, habitualmente crítico con los acuerdos con formaciones nacionalistas, ha tirado de diplomacia con Chivite y ha indicado que ella no ha pagado ningún precio político en sus acuerdos con la izquierda abertzale. Chivite ha querido compartir una breve reunión previa al acto con Calviño y los tres presidentes autonómicos en una sala de la Cámara.

Han compartido la primera fila con la alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, de UPN, y ha ejercido de maestro de ceremonias el presidente de la Cámara, Unai Hualde, líder navarro del PNV. La ciudadanía ha dejado en Navarra un mensaje de “pluralidad” y de “sensibilidades diferentes”, lo que obliga a las instituciones a los acuerdos igualmente plurales, ha enfatizado Hualde, que ha recordado que el nuevo Gobierno tendrá que buscar más apoyos en la Cámara al no tener mayoría absoluta. “El Parlamento va a volver a ser protagonista”, ha añadido Hualde, que ha pedido huir del “frentismo” y ha apostado por una senda “progresista”. Se ha mostrado satisfecho, además, de que esta legislatura vaya a abordar una actualización del marco estatutario navarro, la denominada Lorafna.

Chivite ha estado arropada por su familia. De hecho, ha querido besar y abrazar a su pareja y a sus dos hijos antes de entrar al Parlamento. El evento ha estado revestido de la máxima solemnidad. Los policías forales de la puerta han cambiado el uniforme de trabajo con polo de manga corta por el de gala, con txapela roja. Han acudido también mandos de Policía Nacional, de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas, todos ellos uniformados. Un piano de cola, un quinteto instrumental de trompetas y timbales y un orfeón han puesto música clásica -piezas como 'Navarra mía'- y se ha danzado un aurresku de honor. Este viernes se completarán los ceremoniales de inicio de la legislatura con la toma de posesión de los consejeros del gabinete en un acto en el que se espera a la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz. Cada uno de los tres partidos del pacto de coalición tendrá una vicepresidencia, Félix Taberna a propuesta del PSN, Ana Ollo por Geroa Bai y Begoña Alfaro de Contigo/Zurekin. Eso sí, fuentes de la Presidencia navarra informan de que habrá una excepción. José Luis Arasti, el nuevo titular de Hacienda, tendrá que esperar hasta el 30 de agosto para asumir el cargo. Es delegado del Gobierno de España y formalmente tiene que ser separado de su cargo por un Consejo de Ministros.

El primer discurso de Chivite

Es un “día trascendental” para España, ha destacado la vicepresidenta en funciones Calviño, en alusión no solamente a la nueva legislatura navarra sino también a la constitución de Congreso y Senado. “La reelección debe llenarte de orgullo. Representa el cariño de tus vecinos. La presidenta tiene las cualidades necesarias para afrontar los retos”, ha afirmado igualmente. Calviño ha subrayado la “excelente colaboración” entre los Gobiernos central y foral en unos años de sucesión de crisis y se ha felicitado por el peso femenino en la política navarra, con tres presidentas consecutivas y tres mujeres al frente de los partidos que han negociado el tripartito. “Que las niñas y las jóvenes tengan referentes para poder aspirar a lo máximo”, ha demandado una Calviño que se ha animado a realizar unas palabras en euskera.

La presidenta, en su primera alocución, en la que se ha emocionado por su padre fallecido, se ha dirigido a la ciudadanía para asegurar que solamente concibe la política desde la “transparencia” y la “honestidad”. Ha recalcado que Navarra ha pedido en las urnas “políticas de progreso” y “avances” en el autogobierno. “Sin convivencia no hay prosperidad. Somos una comunidad plural y diversa”, ha añadido intercalando algunas pocas palabras en euskera como gesto. Liderará un Gobierno de “minoría parlamentaria” pero de “mayoría social”. “Vamos a ser de nuevo un Gobierno estable. Aliado de la sociedad navarra”, ha apostillado. Y ha clamado: “Navarra es un éxito”.

Navarra será un “baluarte de progreso” en España, ha considerado Chivite, que ha planteado “aprovechar” la oportunidad. ¿Qué implica? Su Ejecutivo será “una barrera infranqueable” frente a los “negacionistas” del cambio climático, la memoria histórica o la violencia hacia las mujeres. “Vamos a blindar los servicios públicos. No quiero una Navarra a dos velocidades”, ha remachado antes de prometer, como primera medida, una mesa para la reindustrialización. “En definitiva, mi prioridad será hacer más y mejor Navarra. Soy una mujer vehemente. Pero no tiene por qué estar reñida con el buen tono. Dignifiquemos las instituciones y la política. Seamos ejemplo de un debate constructivo. Estamos ante una situación en una emergencia democrática”, ha zanjado.

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