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La división dentro del Gobierno navarro impide que se reduzcan al mínimo las horas de religión en las escuelas

Los colegios andaluces denuncian que tienen maestros de Religión sin carga horaria.

Rodrigo Saiz

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Todos sabían de la dificultad que iba a tener el Gobierno de Navarra para cumplir uno de los puntos del acuerdo entre PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para investir a María Chivite como presidenta de la Comunidad foral, que recogía reducir a una hora semanal las clases de religión en las aulas, ya que se trata de un asunto que divide al Parlamento, a los partidos de la oposición, al Arzobispado, a las familias y hasta a los sindicatos educativos. Pero nadie se esperaba que dividiese al propio Gobierno. Y ha sido precisamente esa división la que ha provocado que la proposición de ley foral presentada por Izquierda-Ezkerra haya decaído en comisión por el cambio a última hora del PSN que, en lugar de votar a favor, se ha abstenido.

La proposición de ley foral sobre la enseñanza de la religión y sus alternativas presentada por Izquierda-Ezkerra fue tomada en consideración en el pleno del pasado 31 de octubre con el único voto en contra Navarra Suma y el respaldo del resto del arco parlamentario, pero en el debate en comisión de este miércoles, la abstención del PSN ha hecho inútil el apoyo de Geroa Bai, EH Bildu y Podemos para que saliera adelante.

Cambio de postura del PSN

El objeto de la ley era reducir al mínimo, ya desde el curso escolar 2020/21, la carga lectiva de la asignatura específica de religión y sus alternativas -de dos horas a una en Educación Primaria y Secundaria y en Bachillerato, donde es asignatura optativa, de tres a una-, en conformidad con la normativa básica estatal, de obligado cumplimiento en todos los niveles educativos de Navarra.

El cambio de parecer del PSN, que en el pleno de octubre había votado a favor y que recogió este punto en el pacto de Gobierno, que les llevó a abstenerse en la votación impidiendo que la ley saliera adelante se debe a que en la proposición del ley de Izquierda-Ezkerra no se recogía una alternativa para los cerca de 200 profesores de religión, que con la aprobación de esta ley verían peligrar sus puestos de trabajo. Y en esta línea tanto socialistas como Geroa Bai han presentado sendas enmiendas que finalmente no han sido votadas al decaer el primer punto de la votación. Hasta Izquierda-Ezkerra ha presentado una moción a este respecto contra su propia ley en la que sugería dedicar el currículo de esa materia a “educación cívica, afectivo-sexual, para la convivencia, la igualdad y la no violencia”.

Por su parte la moción del PSN recogía establecer un plazo de 15 días naturales para, mediante la modificación de las órdenes Forales 46/2015 y 51/2014, fijar un número de sesiones mínimo -en minutos- por área de conocimiento, tanto en Educación Secundaria como en Primaria. Las horas restantes quedarían a disposición de los centros, una vez “autorizados” a desarrollar sus propios programas y planes de mejora, si bien otorgando prioridad a la “prevención del fracaso escolar”. Mientras Geroa Bai apostaba por mantener la plantilla presupuestaria y orgánica del colectivo docente de religión con contrato laboral indefinido, de manera que los cambios normativos o legislativos que respecto a dicha asignatura pudieran introducirse no supondrían “ni pérdida de puestos de trabajo, ni merma de los porcentajes de sus contratos”.

Ante la falta de apoyos a las tres enmiendas de adición, se ha solicitado un receso con la idea de consensuar un texto alternativo que permitiera que la ley superara el penúltimo trámite antes de ser aprobada, pero finalmente no ha cuajado. El rechazo del artículo único que se ha votado ha dejado a la proposición de ley sin dictamen y sin posibilidad de afrontar el examen final en Pleno. Las escuelas seguirán impartiendo religión dos horas a la semana en Primaria y Secundaria y tres en Bachillerato.

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