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Ciudadanos o el altísimo precio del humo

Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid

Fran Casamayor

Secretario de Organización de Podemos en la Comunidad de Madrid —

La implicación del regidor de Arroyomolinos, Carlos Ruipérez, en la operación Enredadera, en la que la UDEF investiga presuntos casos de corrupción en contratos de gestión del tráfico y de multas a cambio de comisiones, ha vuelto a ser un jarro de agua fría para los que confiaban en Ciudadanos como agente regenerador de la política.

No es la primera vez que Ciudadanos se encuentra envuelto en un caso como este. En Valdemoro, Guillermo Gross perdió el bastón de mando el año pasado por una moción de censura de los partidos de la oposición tras haber conducido al municipio a la bancarrota. En el Molar, la concejala del gobierno naranja, María José González, fue condenada por la audiencia provincial en 2016 por ocupar ilegalmente 4000 m2 de terrenos pertenecientes al Canal de Isabel II. De cuatro ayuntamientos en los que Ciudadanos logró alcaldía, tres han sido salpicados por escándalos de corrupción o por nefasta gestión.

La formación naranja, muleta del corrupto y descabezado PP en la región, acaba de comprobar cómo la contundencia de los hechos ha despejado todo el artificio sobre el que pretenden construir la inmensa falacia de su regeneración política. Donde toca poder Ciudadanos reproduce las prácticas corruptas y la nefasta gestión pública del Partido Popular.

Nadie duda que Ciudadanos es la apuesta política del IBEX 35 para detener el ascenso meteórico de Podemos. Una apuesta que intentaba frenar la sangría de votos en los menores de 45 años: competir contra Podemos en la brecha generacional que ya se ha vuelto insalvable para los viejos partidos. Un producto a medida de los grandes empresarios que pudiera conectar con los jóvenes desafectos y criados políticamente en el 15M. Sin embargo, el principal problema de Ciudadanos es su ausencia de proyecto político, pese a que la envoltura y la melodía tienen cierto gancho y una lejana aproximación a conceptos y significantes de “lo nuevo”.

Sin proyecto para España sólo queda gestionar las ruinas del viejo régimen del 78, por mucho que esa gestión se haga en un formato cool 2.0. El vacío sobre el que se construye Ciudadanos les impide orientar la política del país. Existir para defender los intereses del IBEX 35 sin nada que aportar no te habilita para ser dirigente, únicamente para ser fiel escudero del amo privilegiado. La desorientación estratégica mostrada tras la moción de censura y los continuados escándalos no hacen más que poner de manifiesto esta incapacidad constitutiva para regenerar la vida pública o para ponerse al servicio de la ciudadanía.

Cuando no estás en el gobierno del Estado o algún gobierno autonómico, únicamente tienes el aval de la gestión de los gobiernos municipales para presentarte como opción creíble que dé seguridades a las mayorías sociales. Desde Podemos, hemos sido capaces de demostrar que gobernamos mejor que el PP y siempre al servicio de la ciudadanía. Madrid, Barcelona o Valencia son ejemplos contundentes de gestión de gobierno eficiente, eficaz, en los que la gente vuelve a estar en el epicentro del servicio público. Ciudadanos, aparte de ganar en poblaciones muy pequeñas, sólo tiene casos de corrupción y bancarrotas que ofrecer. Es la diferencia entre tener un proyecto de cambio sólido, de largo aliento y con centenares de miles de personas detrás movilizadas, a tener un proyecto vacío que únicamente cuenta con el apoyo del establishment mediático y de los grandes del IBEX 35.

Nos acercamos a la importantísima cita de 2019. Desde Podemos, hemos hecho los deberes y toca seguir ampliando y sumando los municipios al cambio que ya está en marcha en Madrid. Ciudadanos sólo ofrece palabras y muy pocos hechos. El paso por la política madrileña de Ciudadanos ha sido para apuntalar la corrupción apoyando primero a Cifuentes y luego a Garrido y, cuando no la apuntalaba, la ejercía desde los ayuntamientos de Arroyomolinos o el Molar. Mal balance que invita a pensar que, lejos de regenerar la política, Ciudadanos busca regenerar las redes clientelares del PP. Cuando no hay proyecto de país sólo se aspira a heredar y sustituir las viejas redes por otras nuevas para seguir manteniendo la corrupción estructural en la Comunidad de Madrid.

Seguimos construyendo la alternativa de futuro para ganar la siguiente década.

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