Mustang… y los integrismos religiosos
Este, Mustang, es el título de la película candidata al Oscar a la mejor película en idioma no inglés. Anoche la estuve viendo y el impacto que me causó me sugirió ponerme a escribir.
La película la ha dirigido una directora y actriz turca, Deniz Gamze Erguven, con producción francesa, y es una maravilla de dirección de unas adolescentes sin experiencia como actrices, que la convierten en un hermoso espectáculo de cine.
Por otro lado está el guión, también perfectamente escrito y desarrollado, pero contenedor, denunciador de una realidad triste y preocupante. Y se trata de ese “Islamismo Moderado” que Recep Tayyip Erdoğan está introduciendo y desarrollando en la “amiga Turquía”.
Y explica, sin hacer concesiones al sentimentalismo, cómo las cinco hermanas adolescentes cuando se les produce el “tirón hormonal” propio de esa franja de edad se dan de bruces con la realidad que impone las normas de ese islamismo “moderado” que entrecomillo porque por muy moderado que sea, a mí personalmente me parece un nuevo modelo de involución hacia una sociedad de prejuicios medievales que es lo que la interpretación más literal e integrista del Islamismo pretende.
Expreso aquí todos mis respetos hacia los que dicen que el Islam no es eso y que hay que interpretarlo con las miras más amplias, pero es que me cuesta mucho encontrar esa amplitud en su interpretación por esas sociedades que han decidido abrazarlo como modo organizador de convivencia. Incluso en este país donde se tilda de “moderado”.
Que el papel de la mujer en esa sociedad se relegue al de reproductora, criada y esclava sexual del hombre me parece que se pretenderá que sea moderado, pero no lo es; lo que sí es: involutivo, regresivo, represivo y limitador de la libertad humana.
Y esta película eso es lo que muestra; cómo unas chiquillas entre los 12 y los 16 años toman conciencia de la tristeza en que se va a convertir su vida si siguen por ese camino. No cuento aquí las pocas alternativas que las crías ponen en práctica para no destriparos la película a quienes no la hayáis visto. Pero no me cabe duda de que por ahí el mundo musulmán no va a evolucionar hacia un futuro de libertades humanas. Y por el contrario, lo veo como un viaje a la oscuridad y la superstición.
Yo que ya tengo una buena colección de años vividos, tengo que decir que conocí el integrismo católico y lo viví y sufrí en mis propias carnes. Pero la Iglesia Católica, y su “líder espiritual” Juan XXIII, convocaron en 1959 el Concilio Vaticano II y este transformó la Iglesia y la preparó para transitar por el siglo XX de una forma moderna y le permitió asentar las bases de un futuro que se les empieza a terminar ahora.
La católica e involutiva España de la época ofreció resistencia y al poco tiempo contó con el mayor movimiento involutivo que tuvo la Iglesia, conocido como la Obra de Dios (Opus Dei). Menos mal que la Compañía de Jesús hizo el contrapeso y finalmente pudo avanzar por la senda de la actualización y adaptación a los requerimientos de la sociedad moderna que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo.
Ahora al nuevo papa Francisco le toca dar otro impulso para modernizar de nuevo la Iglesia atacando de base los temas de origen sexual, la pederastia, la corrupción y esos otros no valores que son resultado de estar más inmersos en los asuntos mundanos de nuestros tiempos, y así convertirse en un verdadero instrumento de orientación espiritual para sus creyentes, en lugar del esperpento en el que se ha convertido.
Pues es mi opinión que el Islam necesita algo parecido. Un foro de debate, valoración, actualización, interpretación y adaptación a la sociedad moderna para que pueda establecerse en el mundo de una forma pacífica y no a bombazo limpio. Y donde tanto hombres como mujeres puedan vivir sus creencias sin sumisiones de las unas a los otros.
No sé si será posible o nos veremos abocados a continuar en la guerra. Por cierto, este discurso sobre la libertad para ejercer las creencias de cada uno lo expreso desde mi más convencido agnosticismo.
Actualización: Por un error, en el primer párrafo aparecía que la película Mustang había el obtenido el Oscar. En realidad, fue candidata.