Adelson se queda con Esperanza
Al final, a Madrid. Las Vegas Sands, la empresa del magnate del juego Sheldon Adelson, ha comunicado en la madrugada del sábado que aterrizará en Madrid. Esperanza Aguirre ha ganado el pulso a Artur Mas, cuyo Gobierno, para compensar la previsible desazón, anunció el viernes la construcción de, nada más y nada menos, seis parques temáticos junto a Port Aventura. Eso sí, no se sabe cuánto terminará costando, cómo se pagará ni cuando estará terminado. Pero se dan cifras astronómicas de inversión (4.800 millones), turistas (11 millones) y puestos de trabajo (20.000 directos y 40.000 indirectos).
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También hay incógnitas en el proyecto del juego del ultraconservador Adelson. Las Vegas Sands no ha concretado dónde se instalará en Madrid. “No ha sido una decisión fácil”, dice el comunicado oficial, “elegir Madrid en lugar de Barcelona”, pero no especifica nada más. El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, contó el martes que había un acuerdo que sería comunicado por la presidenta regional en su discurso del debate de la región del próximo 11 de septiembre. La Comunidad lo negó, pero siempre expresando, en palabras de Aguirre, “una intuición” de que el proyecto se quedaría en Madrid. Y así ha sido.
Intuición y seducción, porque la Comunidad no ha dejado de regalar todos sus encantos para cautivar a Adelson y los suyos, inmersos en diversos problemas judiciales en China y EE UU. De acuerdo con el proyecto, la inauguración de la primera fase será en torno a 2016 y la última, si todo va bien, para 2022. Las promesas, para el final del desarrollo, que habrá que ver en qué quedan definitivamente, son invertir 17.000 millones y crear unos 30.000 empleos directos y hasta 200.000 indirectos, fundamentalmente relacionados, obviamente, con la construcción, hostelería y el juego.
La otra incógnita es la ubicación: ¿Alcorcón?, ¿Valdecarros?, ¿Paracuellos?, ¿Torrejón? Y, lo que es más interesante, si la empresa sólo aportará un tercio de la inversión inicial (6.000 millones) y va a requerir dos terceras partes de los bancos, ¿qué entidades prestarán el dinero?, ¿cómo afectará al embotellamiento crediticio que ya existe en España?